Russian Roulette © +18 | Libro #1| Bill Skarsgård

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-Gira a la derecha.

Al ver que Roman ignora mis órdenes pongo la mano sobre el volante girando este en un brusco movimiento haciéndole tomar el camino que Yo quiero. Muy bien Mabel, provoca un accidente ya que estás.

-¿¡Estás loca!? ¿Quieres matarnos o qué?

-Pues la siguiente hazme caso. -digo encogiéndome de hombros. -Derecha, otra vez.

Sin más remedio y a regañadientes Roman gira a la derecha conduciendo recto hasta tener frente a nosotros el aparcamiento de la feria.

Sonrío al ver su cara de disgusto queriendo dar marcha atrás pero detengo sus actos al tirar del freno de mano.

-¿Qué haces? Nos largamos de aquí.

-Oh vamos Roman, no seas aburrido. Podemos divertirnos un poco y no acabar la noche tan rápido.

-¿De verdad? Si piensas divertirte con ese vestido darás un espectáculo gratis a varias familias. Ademas yo tengo mil maneras de acabar la noche a lo grande.

-Oh no me digas, ¿atándome a la cama quizás? Bueno, y por la vestimenta no te preocupes, para eso hay algo que se llama tienda de disfraces.

-No me jodas. -dice girando sus ojos echando la cabeza hacia atrás.

-Vamos, va ser divertido.

Rio abandonando el auto y escucho varias maldiciones por su parte antes de seguir mis pasos. Suspiro al verlo parado incomodo sin moverse así que camino hasta él para coger su mano y tirar de esta.

Cuando por fin consigo que camine nos adentramos entre la gente que disfruta de una noche tranquila de juegos y diversión. No puedo evitar mirar a Roman y disfrutar la cara de pocos amigos que lleva en este momento.

-¿Vas a explicarme a que viene esto?

-A que quiero divertirme y a que me fui contigo. Además, quiero conocerte.

-¿Conocerme?

-Sí, no se mucho sobre tu persona, me tienes intrigadísima Roman. -digo con burla haciéndole sonreír.

¡Por fin!

-Creo que sabes lo suficiente.

-¿Cuántos años tienes?

-¿Es en serio?

-Lo es, eres Roman Graves, hermano de mi mejor amiga y un maníaco que le gusta vestirse solo de negro, pero no se las cosas más simples sobre ti.

Se lo piensa antes de tirar de mi mano hacia una de las tiendas sin contestar a mi primera pregunta.

Abre la puerta para mí y me deja pasar y ver el sitio en el que me ha traído. Vaya, Roman bajando la guardia.

Camino entre los disfraces y sonrío al ver una diadema con orejas de gato. Tomo esta y la escondo a la espalda volviendo a caminar hacia Roman.

Su ceño se frunce al verme tan sospechosa pero coloco la diadema sobre su cabeza agarrando sus muñecas evitando que se la quite.

-¡Que adorable!

-Quítame esta mierda.

-No seas gruñón. -digo acercando mi cuerpo al suyo y dejando un casto beso sobre sus labios.

Me mira sorprendido antes de alejarme de él y tomo un vestido color amarillo ya que es lo único que no parece sacado de un cuento de hadas.

Me acerco a los probadores y tras vestirme salgo de estos con la etiqueta en la mano para pagar el vestido. Mi mirada se dirige a Roman que sigue con la diadema en su cabeza hablando por teléfono.