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Lunes 19 de Marzo

El sentimiento de culpa por lo que me he dejado hacer sigue dentro de mi pecho. En mi cabeza solo aparecen sus ojos verdes mirándome mientras yo le practico una felación. ¡Por dios!

Que decir sobre la vergüenza de volver a mirarlo, aunque para él no es problema alguno. Es tan desvergonzado que hará cualquier cosa sexual que se le ocurra conmigo.

Después de levantarme de la cama y decidir darme una ducha bien caliente, bajo a la cocina donde mamá desayuna junto a Dallas ambos callados.

Esta casa ya no es lo que un día fue, faltan las risas, las bromas de papá, Dallas metiéndose conmigo y mamá defendiéndome. Roman y papá destrozaron esta familia.

-Encontré trabajo limpiando una casa. -anuncia mamá antes de darle un sorbo a su café.

-Eso es bueno. -digo sonriendo. -Así no nos molestará.

-Quizás a nosotros, pero contigo lo sigue haciendo. ¿Verdad Mabel?

-Puedo controlarlo mamá, no te preocupes. No es tan malo.

No se siquiera que pensar ante pis propias palabras, pero es la única manera de hacer que ella no se preocupe tanto. La necesitamos fuerte y que saque esta familia rota adelante.

Miro el reloj para darme cuenta que ya se ha hecho tarde y Claire aun no ha aparecido así que junto a Dallas decidimos caminar hasta el instituto ya que no queda muy lejos.

Mi hermano sigue callado, algo muy extraño en su personalidad, la muerte de papá y todo lo sucedido al parecer le afectó demasiado. No puedo obligarle a reaccionar, el debe superarlo a su manera.

Al llegar a nuestro destino ambos nos separamos y tomamos caminos diferentes. Busqué el auto de Claire pero ni rastro de este.

Demonios, llevo sin saber de ella todo el fin de semana. Espero no haya tenido más peleas con Roman. Pero seguramente ya que ella cuando falta a clases siempre dice que es debido a discusiones "familiares".

¿Pero realmente donde están sus padres? ¿Solo se tenían el uno al otro?

Atravieso el aparcamiento cuando una mano toma mi brazo y me hace girar con suavidad.

-Hola fiestera. -saluda Ian antes de presionar sus labios contra mi mejilla.

Vaya, que confianzas, no sabía que de repente nos hemos convertido en amigos después de una noche de cervezas. Bueno, y algo más que no fuese alcohol al parecer.

-Hola.

-Se suponía que ibas a ir por más bebida y desapareciste.

-Bueno, cambio de planes, me surgió algo. Pero quizás en la próxima no me escape. -digo riendo. No se por qué pero esta mañana Ian me parece mas agradable que nunca.

-Eso espero. Sabes, quería saber si te gustaría después de clases, ir juntos a tomar algo.

Espera. ¿Qué es esto? ¿Me está pidiendo una cita? Quiero reír por la cara de afligido que tiene pero a la vez me gusta que sea valiente aun teniendo la posibilidad de que yo le rechacé.

¿Pero que puedo perder? Si, Ian a veces tiene la boca suelta y dice burradas, pero no es un idiota. Es guapo, muchas veces agradable y quizás nos podemos llevar bien.

-Pues clar...

-¡Y una mierda!

Joder, esa voz. Mi mirada se dirige a la espalda de Ian por donde un Roman cabreado aparta al chico y se posiciona a mi lado protegiendo su presa, yo. Maldito animal.

Quiero golpearlo y gritarle que yo puedo hacer lo que me daba la gana con mi vida pero eso no va a pasar. Se sincera contigo misma Mabel, es Roman, le temes como la mierda, además de que es dueño de todo lo que algún día tuviste.

-¿Quién eres tú? -pregunta Ian confundido mirando al chico a mi lado que ha pasado su brazo alrededor de mi cuerpo.

-¿Y a ti que cojones te importa?

-Roman. -suspiro cansada por su tono de voz. Si, eres peligroso, no hace falta demostrarlo.

-Cállate. -demanda haciendo que Ian nos mire en sorpresa al permitirle que me hable así. -Escucha pedazo de mierda. -dice dirigiéndose a Ian. -Me quedé callado pero te pasaste con lo que es mío. Permití que le hablaras, que tu sucia boca la tocara pero no vas a invitarla a nada.

-Lo siento, no sabía que tenías novio.

-Yo no...

-Ahora lárgate o me conocerás de verdad.

El pobre muchacho me mira con pena antes de alejarse a paso rápido hacia su grupo de amigos al otro lado del aparcamiento. ¿En serio? Me vigila hasta con las personas que hablo, eso es enfermo.

-¿Qué se supone que hablé contigo a noches? -dice cogiendo mi rostro entre sus dedos.

-No hice nada Roman, estas sacando las cosas de control, eres un exagerado. No soy un objeto con dueño. Y a todo esto, ¿porque me espías?

-Primero hago lo que me da la gana y segundo no te estaba espiando, traje a Claire.

-¿Ella está bien?

-Oh, ella está muy bien pero mejor te preocupas por ti misma. Recuerda cuanto odio que me desafíes y no seas obediente. Ya hiciste de las tuyas, te encanta desafiarme.

-Te estoy diciendo que no hice nada malo, estoy siguiendo tus órdenes de mierda de niño mimado.

-Hey, a mí no se te ocurra hablarme así. -advierte presionando sus dedos contra mi mandíbula.

-Tu tampoco me hables como lo has hecho y suéltame, no soy tu juguete.

-¿Ah no? ¿Estás segura de que no lo eres?

Su boca choca contra la mía con fuerza mientras su mano libre pega mi cuerpo al suyo. Devora mis labios como si su vida dependiera de ello mientras me manosea en público a su antojo.

Estoy harta de esto, de dar espectáculo, de que piense que le pertenezco, de que se crea el dueño de todo lo que le rodea.

En un afán de valentía empujo su cuerpo con todas mis fuerzas consiguiendo apartarlo y golpeo mi mano contra su mejilla. Mis ojos se amplían al darme cuenta de lo que acabo de hacer.

¡Mierda Mabel! 

Cobarde corro lejos de él escuchando mi nombre a gritos mientras empujo a la gente para tomar de vuelta el camino a casa. No se si es el sitio más seguro pero no tengo más opciones.

Y aunque hubiese sido mejor permanecer entre la gente, una parte de mi me dice que a Roman le da igual tener testigos y matarme ahí mismo.

¿Qué voy a hacer? 

Me he metido sola en la boca del lobo.

Russian Roulette © +18 | Libro #1| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora