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Si me hubiesen dicho hace dos años que lloraría por Roman como jamás lo he hecho, me reiría en la cara de esa persona.

Si me hubiesen dicho hace dos años que estaría perdidamente enamorada de él, me reiría en la cara de esa persona.

Si me hubiesen dicho hace dos años que mi felicidad dependería de él, me reiría en la cara de esa persona.

Pero debido a que estos sentimientos están a flor de piel en mi interior no puedo evitar sentirme perdida sin él. Aun haberlo tenido lejos durante dos años pude vivir tranquila pensando que el debía estar bien. Pero esto es distinto, es distinto estar a su lado y saber que se está debatiéndose entre la vida y la muerte.

La vida simplemente no puede ser tan puta y cobrar lo que tanto mal hizo Roman justo ahora, justo cuando él ha comenzado a cambiar.

Quizás la vida ya le ha brindado demasiadas oportunidades a Roman, pero me niego a que el nos abandone.

Jeffrey permanece junto a Claire que llora desconsoladamente en los brazos de este. ¿Qué puedo decirle? Solo podemos esperar lo peor, pero el es Roman, la muerte le teme, ¿verdad?

-¿Familiares de Roman Graves?

Mi corazón golpea con fuerza contra mi pecho al escuchar su nombre y los tres nos levantamos para caminar con rapidez hacia el médico. Este nos mira mientras quita el gorro azul de su cabeza y nos brindaba una pequeña sonrisa.

¿¡Porque sonríes maldito idiota!? ¡Dime como está mi novio!

-Hemos extraído la bala con éxito, el señor Graves se encuentra aún inconsciente pero está fuera de peligro.

Suelto el aire de mis pulmones con fuerza al escuchar tal noticia. No puedo describir la felicidad que siento en este momento.

-¿Podemos entrar para verle doctor? -pregunta Claire aun abrazada a Jeffrey.

-Sí, pero entren de uno en uno. Le han trasladado a la habitación 214.

-Muchas gracias. -dice Jeffrey para después tomar mi brazo y hacerme caminar junto a ellos a la habitación de Roman. -Este chico no puede tener más suerte, verdaderamente la muerte le teme. Creo que no lo quieren en el infierno.

Se burla Jeff, y aunque no esté en este momento para sus bromas, un poquito de humor es necesario para quitar tal carga de nuestros hombros.

Decido permitirle pasar primero a Claire ya que yo voy a quedarme junto a Roman toda la noche. Sé que tanto ella como Holden cuidaran bien a Aurora.

Permanezco junto a Jeffrey fuera de la habitación hasta que Claire sale y abraza su cuerpo con fuerza contra el mío. Roman es lo único que le queda, su única familia pero pase lo que pase jamás la dejaré sola.

-Cuidaré bien de Aurora.

-Lo sé Claire. Gracias, cualquier cosa te llamaré.

Beso su mejilla y nos despedimos para después tomar el pomo de la puerta y adentrarme en la habitación de Roman. Estaba preparada para todo y no me sorprendió el hecho de ver su cuerpo conectado a varios monitores, o las gafas de oxígeno, o el suero conectado a sus venas.

Una lágrima resbala sobre mi mejilla cuando me acerco a la cama y acaricio su frente.

-Nunca voy a dejarte Roman, te amo.

Tomo la silla situada contra la pared y la acerco a la cama para tomar asiento a su lado y acariciar su brazo expuesto. Jamás he visto a Roman tan vulnerable, este no es él y realmente echo de menos sus estúpidas bromas, su mal carácter y sobre todos sus besos y...

-No estoy muerto pero esto duele como la mierda.

Su voz rasposa y quejidos hacen que mi cuerpo tiemble y observe su rostro que lentamente comienza abrir los parpado. Su mirada se dirige a mí mientras algunas muecas de dolor me alarman y tomo el timbre dispuesta a llamar a la enfermera pero él me frena.

-Yo también te amo nena.

-¿Estabas despierto? Eres un... si no fuese porque acaban de operarte te llevarías una buena Roman ¿Cuánto tiempo llevas consciente?

-Desde que Claire entró y sus llantos contra mi oído me despertaron. Pero en realidad sirvió para algo bueno.

-Claro, estas consciente bobo. -digo riendo acercándome a su rostro para depositar un suave beso sobre sus labios secos. -No vuelvas a pegarme estos sustos.

-No es eso nena. Se que quizás no sea el mejor momento y tampoco como alguna vez en tu vida te lo hayas imaginado. Aunque lo tenía todo planeado iba a esperar, pero después de todo lo que ha pasado se que cada minuto a tu lado es un regalo y hay que aprovecharlo.

-Roman, no entiendo que quieres decirme.

-¿Recuerdas que te enfadaste porque no pude ir contigo y con la nena a dar el paseo? -dijo a lo que yo asentí. Aunque tampoco fue para tanto, solo que no entendía que tan importante tenía que hacer para no estar con nosotras. -Estuve con Claire y Jeffrey, ellos me ayudaron.

-¿Ayudarte a qué? -pregunto con el ceño fruncido sin entender a dónde quiere llegar.

-Tuve suerte de que ella no llegó a su casa para guardarlo.

-Roman me estas impacientando, ¿de qué se trata?

Su mano se adentra en la sabana que tapa su cuerpo haciéndome mirarlo con más curiosidad y confusión. ¿No será una broma estúpida para enseñarme su...? Porque entonces el tiro se lo pego yo.

Su mano abandona la sabana para enseñarme una pequeña cajita roja de terciopelo y abre esta con sumo cuidado debido a la vía contra su brazo.

Mis ojos se amplían al ver el hermoso anillo dentro de esta, constituido de un no muy pequeño diamante. Esto es, ¿Lo que yo estoy pensando?

-Mabel, te amo. Tú y la nena son las mujeres de mi vida y deseo que estén siempre a mi lado.

-Roman.

-¿Quieres casarte conmigo nena?

Russian Roulette © +18 | Libro #1| Bill SkarsgårdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora