32.- La realidad.

7 0 0
                                    

Me levanto con rapidez del sofá. Y un escalofrío recorre mi espina dorsal al imaginarme lo peor: Alguien podría acabar con la vida de Alicia en cualquier momento. Me apresuró y tomo una navaja, mi arma, mi celular, las llaves y el diario.
Subo a mi auto y al intentar arrancar noto que las llantas delanteras están ponchadas. Sé que arreglarlas llevará tiempo por lo que mi decisión más apresurada es irme corriendo.
Intento marcar de nuevo a Alicia pero esta vez únicamente me manda a buzón. El nerviosismo comienza a presentarse en mi cuerpo completo.
Me dirijo a la casa de Alicia.
Me toma unos minutos llegar y justo cuando me encuentro delante de la puerta escucho una risa demente por el otro lado. Sin pensarlo saco mi navaja y forzó la cerradura. Cuando lo logró entro a la casa en silencio. No hay nadie en la sala pero hay ruidos que provienen de el ático en la parte de arriba. Antes de entrar por la puerta saco mi arma y me preparo para defender a un civil asustado.

Entro con rapidez y me es difícil aceptar lo que mis ojos ven: Una pequeña Alicia yace en el suelo con todo su rostro golpeado y sangrando de la nariz está tiene una de sus manos en su estómago donde noto que hay una herida hecha por una navaja, en sus labios un pedazo de tela para impedirle el habla. Alicia llora con dolor que es reflejado en cada expresión de su rostro. Y Eva está apuntando con un arma a esta niña inocente, una sonrisa en su rostro y una mirada de furia y satisfacción.

El rostro de Itzel Write llega a mi mente.

Tengo que salvar a Alicia. No puedo permitir que Angeline continúe con estás masacres.

—Suelta el arma—Digo apuntando a su espalda. Noto como su cuerpo se tensa ante la sorpresa y luego escucho su risa, una risa muy sínica—

—¿Porqué debería, Harry?—se voltea rápidamente y me mira a los ojos con odio. Mirar sus ojos llenos de furia provoca en mi una sensación extraña, de verdad la quería. Pero esto no puede continuar así, es una relación tóxica.
—Tu sabes porque tienes que hacerlo—respondo evitando que mi voz se quiebre por mis emociones—.

—Ella merece morir...al igual que tú— dice con un tono lleno de misterio mientras coloca su pistola en mi estómago y sonríe con locura, acaricia mi mejilla mientras se acerca para intentar besarme—.

—¡Basta Eva!—dirigo mi mirada hacia  Alicia quien nos mira con terror mientras intenta levantarse. Bajo una de mis manos hasta el vientre de Eva y siento que mi alma se estruja— Lo siento Eva— apunto el arma hacia su cabeza y ella abre los ojos con sorpresa— pero... tú no mereces gozar de libertad y...

—¡Harry! ¡No digas tonterías! Yo te amo...además...

—No Eva, ya no más—respondo con frialdad— ya ha sido suficiente.

—¡¡Ahhh!! ¡Entonces ella lo pagará!—grita furiosa mientras de un rápido movimiento  se gira, escucho el disparó contra Alicia, yo disparó a la mano de Eva, quien deja caer la pistola. Pero es tarde, la bala a tocado a Alicia y su débil y dañado cuerpo cae contra el suelo—.

—¡Eva!—grito con fuerza mientras la empujó hacia atrás, logrando que caiga. Tomo en mis brazos el cuerpo moribundo de Alicia y llamo a la estación de policía con desesperación. Vienen en unos minutos. Él cuerpo de Alicia se hace más pesado y comprendo que es tarde. Me giró a mirar a Eva, quien observa su mano sangrante con sorpresa— ¡maldita! ¡Eres una maldita! ¡Mil veces maldita!

—¡Ja! ¿Y dónde quedo el muy reconocido detective Harry Brown?  Porque lo único que veo...es una basura para la investigación—me mira con desprecio y luego me escupe en el rostro—.

Tiene razón. No soy un buen detective.

Llega la policía. Y me miran con severidad. Luego voltean a ver el cuerpo de Alicia y finalmente arrestan a Eva, quien no deja de lado su altanera sonrisa.
Miro como todo pasa tan lento, pienso en lo rápido que perdí otra vida.

—¡Detective!—me saca de mis pensamientos la mirada de uno de los policías quien probablemente llevaba tiempo observándome— tendrá que ir con nosotros a dar su testimonio.

—claro—respondo— llegaré después de ustedes.
El policía asiente y se alejan con Eva arrestada. Mientras los paramédicos y peritos se encargan del cuerpo de Alicia.

Me salgo de la casa de Alicia, caminando a paso lento. Con el alma destrozada. Eva tiene razón, soy pésimo en lo que por muchos años creí que era muy bueno. Recuerdo cuando mis compañeros de trabajo me dijeron que ya dejara el caso. Recuerdo la triste y desbaratada cara de la madre de Itzel pidiendo justicia.
Recuerdo la llamada que me hizo la supuesta “mujer anónima".
Recuerdo mi primer encuentro con Eva y la forma tan absurda en la que creí enamorarme.
Recuerdo la información y datos que me pasaron de Drake, y también recuerdo sus cartas de ayuda. Recuerdo cuando leí sobre su muerte y jure justicia.
Recuerdo mi primer encuentro con Alicia y cómo le dije que lograría capturar a Angeline. Recuerdo sus tristes ojos diciendo que se sentía culpable de haber perdido a su amiga. Recuerdo la niña que más tarde me topé, la niña que tenía leucemia.
Recuerdo mi seguridad acerca de resolver el caso.
Recuerdo el asesinato de Itzel Write y su triste vida.
Y finalmente recuerdo la muerte de Alicia... Mi ignorancia al pedirle ayuda a una adolescente.
En lugar de ayudar, empeore la situación.

Sí mi madre estuviera aquí me diría
Eres un tonto Harry..." Y me daría esa mirada de decepción, esa mirada que de niño odiaba ver en ella.

Las lágrimas salen de mis ojos.

Sí, me he roto, Harry Brown se ha roto...

Harry Brown es un imbécil...






Ultima Ilusión (Diario De Una Adolescente)  #PGP2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora