ESTÁN VIVOS

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Narra Karen:

Por alguna razón no podía abrir mis ojos y eso me molestaba. Me dolía la cabeza y no estaba segura de donde estaba. Tampoco sé dónde está Bruce, Alfred, o la mujer del lazo. Logré abrir mis ojos y había una mujer en la sala. Vestía una chaqueta de cuero café, leggins y camisa negra, y botas altas de color rojo. Ella me vio feliz y aliviada, sonreí inconscientemente. 

—¿Dónde estoy? ¿Quién eres?—pregunté muy acelerada.
—Karen, calmate. Estás en casa de la madre de Bruce. Alfred y Bruce están descansando, era mi turno de cuidarte—dijo ella, leí su mente. —Y yo soy Diana Prince...
—Wonder Woman, creo saber de ti.
—Yo no sabía nada sobre tí. Lamento lo del lazo.
—No te disculpes, mujer del lazo—dije sonriendo, ella imito el gesto.
—Gracias por entender. Por cierto, eres la primera persona que conozco con habilidades de telequinesis.
—¿Hablas de controlar objetos con la mente? 
—Sí, las cosas de la habitación comenzaron a moverse, y cuando te desmayaste, las cosas cayeron.
—Es imposible, yo no tengo ese poder.  

En ese momento, ambas desvíamos nuestra mirada a un adorno de la sala. Se estaba moviendo en mi dirección. Lo miré extrañada, desconocía que tenía ese poder. Moví mi mano hacia el sofá, pero el objeto no se movió, quedo suspendido en el aire. 

—Lo ves, no soy yo—dije convencida.
—Inténtalo de nuevo—dijo Diana. Rodé mis ojos, pero decidí intentarlo. Lo miré fijamente, en efecto, el objeto se movio hacia mí.
—Te lo dije—dijo Diana sonriendo. En ese momento entro Bruce.
—¿Cuándo pensabas decirme esto?—pregunto Bruce.
—Ni siquiera yo lo sabía—dije riendo. Bruce se acercó a mí, puso su mano en mi frente.
—¿Cómo estás?
—Me duele la cabeza. 
—La mancha desapareció—dijo él.
—¿Mancha?—pregunté confundida. Bruce iba a responder, pero fue interrumpido por Alfred.
—Señor, Superman, Supergirl; y posiblemente Flash; se acercan al refugio—dijo Alfred preocupado. 
—Creí que los retenías mentalmente—dijo Bruce asustado.
—Lo hacía, luego un nuevo poder surgió y me desmayé—dije agitada.
—¿Por qué no quieren que Kal-El sepa que están aquí?—dijo Diana confundida.
—¡Porque estamos muertos!—dijimos Bruce y yo a coro, muy enojados.
—Tengo una idea, acérquense—dije casi gritando.
—¿Qué vas a hacer, Karen?—dijo Bruce asustado.
—Los haré invisibles, es algo en lo que he estado trabajando desde hace mucho. Todos atrás de mí, y no digan ni una palabra—dije. Ellos no tardaron en hacer lo que les dije. Hice un campo de fuerza en forma de burbuja para que ellos estuvieran dentro. 
—¿Cómo un campo de fuerza nos ayudará?—dijo Bruce enojado, casi susurrando. 

Nos hice invisibles en el momento en que Kara y Clark entraron rompiendo el techo, se miraban confundidos. No sólo éramos invisibles, también estaba controlando las mentes de Clark y Kara para que no nos escucharan o vieran.

—No lo entiendo, yo escuché sus voces—dijo Kara con un hilo de voz. Mis ojos se inundaron de lágrimas al ver a Kara.
—Vámonos a casa, amor—dijo Barry apareciendo en la casa, él si uso la puerta trasera.
—Yo también los escuché Kara, y está casa parecer estar habitada—dijo Clark. —Pero tal vez sólo fue una confusión.
—Tu primo tiene razón, Kara, la cafetera aún tiene café caliente—dijo Barry.
—Tal vez alguien viva aquí, pero no es Karen—dijo Kara y comenzó a llorar, Barry la abrazo. Sonreí al ver que Kara y Barry siguen juntos.
—Chicos, salgamos de aquí—dijo Clark.

Los chicos se fueron volando. Barry recorrió toda la casa a velocidad de la luz. Esperé casi dos minutos para romper el campo de fuerza. Aunque aún seguía controlando a Kara y a Clark. 

—Ellos saben que están vivos—dijo Diana para luego sentarse en el sofá.
—Y los kryptonianos no pararán hasta encontrarte—dijo Alfred mirándome a los ojos.
—¿Cuál es el siguiente paso, vampirito?—pregunté seriamente a Bruce, Diana hizo un gesto de confusión ante el apodo que le había puesto a Bruce.
—Presentar a Teen of Steel—dijo Bruce sonriendo. —¿Estás lista, Steel?



Las últimas hijas de Krypton: La favorita de Rao. [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora