THE NEW YORK TIMES

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Narra Bruce:

—¿Viajar a la Tierra 616?—dijo Kara sorprendida ante el comentario de Karen.
—Aún eres una niña—dijo Barry.
—En teoría, nací al inicio de los tiempos; y tengo casi 21 años, al menos en esta realidad—dijo Kaur.
—Igual, la solución no puede ser esa—dijo Kara. —Debemos buscar una nueva.
—Creo que Karen tiene un gran plan—dije, el equipo me observo. —Karen ha demostrado ser muy valiente y poderosa. Además, ha combatido al Titán y le ha vencido, sin contar que gracias a ella es que hoy estamos vivos.
—No me gusta la idea de que Kaur esté sola en una tierra desconocida—dijo J'onn.
—No lo estará—dijo Diana pensativa. Karen la miro fijamente, supongo que está leyendo su mente.
—De hecho es una gran idea—dijo Karen. —Si Bruce también está de acuerdo, claro.
—¿Estar de acuerdo en qué?—pregunté un poco confundido.
—En ir con Diana y conmigo a la Tierra 616—dijo Karen. —Diana es hija de Zeus e Hipólita, es muy poderosa; y tú eres un íncreible detective y superhéroe.
—Yo no tengo problema—dijo Diana.
—Y yo menos—dije serio. Los tres vimos a Kara.
—La última vez que Karen y Bruce unieron fuerzas, casi mueren—dijo Barry un poco triste.
—Creo que ya es hora de dejar volar a Karen—dijo Kara. —Estoy de acuerdo con ustedes, chicos. Ahora, creemos un plan.

Pasamos casi dos días elaborando un plan que consistía en viajar a la tierra 616, que Karen fuera de encubierta a alguna universidad para no levantar sospechas, y nosotros ser parte de algún periódico para tener más acceso a la información. Honestamente, ser empleado no va conmigo, así que propuse comprar el periódico, Karen rio pero terminó por aceptar. Así Diana y yo podríamos viajar en misiones y no sería raro al ojo público, en teoría todo cuadraba perfectamente. Por si fuera poco, fingiríamos ser una familia: Diana y yo seríamos esposos y los padres adoptivos de Karen. El plan se creo en menos de 24 horas, Karen había ido a la Tierra 616 con Cisco y J'onn para recolectar información.

Llegó el día, los tres viajamos. Karen vestía un pantalón gris de cuadros, una camisa y mocasines negros y un sobre todo negro; Diana llevaba una falda de tubo negra, una camisa café clara y unos tacones negro de tacón tipo aguja junto a un sobre tipo sobre del mismo color; yo vestía un pantalón formal café al igual que mis zapatos, una camisa blanca y un saco negro.
Cisco abrió la brecha. Iríamos a hablar con el dueño mismo de el periódico The New York Times, Arthur Gregg; gracias a que Karen logró manipular a su asistente y agendar un reunión con nosotros. Entramos a la oficina, dos mujeres diferentes nos guiaron hasta la oficina. Cisco, Winn y Felicity se habían encargado de darnos documentos e identidades para poder asegurar nuestra existencia en esa Tierra, esos nerds son increíbles. Finalmente Arthur nos recibió.

—Señor Wayne, bienvenido—dijo Arthur Gregg.
—Por favor, llámeme Bruce—dije. —Ella es mi esposa, Diana Prince Wayne y mi hija, Karen Wayne Prince.
—Llámeme Arthur—dijo él. —¿A qué debo está inesperada visita?
—Queremos hacerle una propuesta. De un hombre de negocios a otro.
—Estoy un poco confundido—dijo Arthur Gregg. —No tengo nada que ofrecer.
—Nosotros sí. Estamos interesados en comprar su periódico—dijo Diana.
—¿Cómo le suenan 5 mil millones de dólares?—pregunto Karen arqueando una ceja.
—Señorita, por favor entienda, mi periódico no está en venta—dijo él un poco molesto.
—Quizá, 5, 500 millones suenen mejor.
—Esto no irá a ningún lado, agradezco la visita.

«Bruce, no accederá, tengo que hacerlo»—dijo Karen a través del enlace. —«Hazlo»

Karen lo miro fijamente, vi como sus ojos y posteriormente los de Arthur Gregg se tornaron azules. Estoy aprendiendo que a Karen únicamente le cambian el color de los ojos al controlar las mentes o transmitir recuerdos, no al leerlas. Creo que debemos conseguirle lentillas del color café de sus ojos, para evitar sospechas más adelante.

—¿Qué me dice ahora sobre la idea de vender el The New York Times en 5, 500 millones de dólares?—pregunte seriamente.
—Me parece que está muy bien. Llamaré a mi asistente para que genere el contrato—dijo él hipnotizado por la mirada de Karen, ella sonrio.

Se dieron las 7:00 pm y nosotros seguíamos en reunión. Finalmente, salimos de Manhattan con un contrato que nos acreditaba como dueños del periódico.

—Paso 1, completo—dijo Diana. —Ahora el paso 2, la universidad.
—De preferencia una privada—dije mirando a Karen.
—Serían miles de dólares al año, no es necesario si sólo estaremos dos años. Puedo ir a una universidad pública sin problema alguno—dijo Karen.
—El dinero saldría de los fondos del periódico—dijo Diana. —Ayer lo hablamos con Bruce.
—Ahora sí parecen mis padres—dijo Karen riendo. —¿Saben que leí todos los libros, y sí, todos los libros y fuentes de información de mi tierra? No hay nada que no conozca.
—Identidad secreta—dije riendo, ella sonrio. —Además, podrías terminar de estudiar biotecnología y tener ese cartón.
—¿Cómo sabes que estoy estudiando biotecnología?—pregunto Karen.
—Intuición de vampiro—dije, ella rio. Volvimos a la Tierra.

La siguiente semana el equipo regreso y finalmente compramos una casa. Todos los que tenían super velocidad trabajaron para poder crear una baticueva en tiempo récord; nos mudamos en menos de una semana. Inscribimos a Karen en la universidad, logró entrar en su tercer año —el penúltimo—. Cisco, Felicity y Winn crearon una aplicación dimensional para poder hablar entre tierras por llamadas o videollamadas. Nos despedimos del equipo, Karen se despidió de Kara, Clark y Barry; luego de Carter y William; después de Alex y J'onn, finalmente de Oliver y del equipo nerd, Arthur quien le dio un consejo muy largo y en otro idioma jamás escuchado. El último en despedir fue Alfred, quien ahora viviría con Kara y Barry —Cisco nos recomendó que él no nos acompañará ya que es mayor de edad y no sabemos los efectos en su cuerpo o mente—.

Finalmente nos fuimos a la Tierra 616. Admito que pensé que la diferencia sería más marcada, pero no lo fue, lo único que cambiaba es que nadie de nosotros habitaba en esa Tierra.
Conocimos a sus héroes, se hacían llamar Los Vengadores, al parecer New York es la cuna del caos, por eso decidimos vivir aquí.  La mansión era enorme, y abajo de ella, por supuesto, nuestra guarida.

Karen tenía un nuevo traje, con la misma tecnología que el de Flash. La diferencia es que no era un anillo, sino que era un brazalete delgado color dorado, sólo era cuestión de presionarlo y aparecía su nuevo traje. Diana y yo seguíamos con nuestros antiguos trajes. El primer día fue dedicado a desempacar, ordenamos comida japonesa para evitar el lío de cocinar. 

Era cerca de la media noche, salí de mi habitación porque vi la luz de la terraza encendida, era Karen.

—¿Todo en orden?—pregunte un poco preocupado.
—Jamás pensé que tendríamos que pasar por esto—dijo ella, su voz se escuchaba débil. —He tenido pesadillas y los he visto morir demasiadas veces. Bruce, no podemos perder de nuevo.
—No lo haremos—dije dándole un abrazo.

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CONTINUARÁ EN LAS ÚLTIMAS HIJAS DE KRYPTON, PARTE III
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Las últimas hijas de Krypton: La favorita de Rao. [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora