LEGADO

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Narra Carter:

Jamás pensé que el PentHouse y CatCo estuvieran tan lejos. Mamá estaba en el volante, conducía furiosa, aunque mi cerebro estaba demasiado dormido como para procesar lo que ella estuviera diciendo; sin duda un gran sermón. Cerraba los ojos y la imagen de Karen ese chico aparecía una y otra vez. No estoy acostumbrado a que se olviden fácilmente de mí, normalmente es al revés; aunque el disfraz de niño bueno lo haga difícil de creer. No puedo evitar reproducir ese momento una y otra vez, no puedo evitar dejar de verlo. 

Llegamos al apartamento, mamá me hizo un caldo de verduras y me dio los sueros que pasamos comprando antes de llegar; me dio un beso, aún molesta y se fue a CatCo. Apague mi teléfono, pues mis compañeros de universidad estaban ansiosos por saber donde estoy; me salté todas las clases del día y planeaba saltarme las que quedaban. Me dedique a terminar mi sopa y admirar la vista desde mi ventana. Tomé una ducha corta, me cambie el traje de la noche anterior por mi pijama y me dormí profundamente. 

Desperté con los primeros rayos del Sol; la goma había desaparecido. Me puse ropa deportiva y decidí salir a correr antes de las clases. Al llegar al parque, logré reconocer a Karen; se veía muy concentrada, vestía una camisa verde y unos pantalones acampanados negros y unas zapatillas de color beige. Tomaba su café con la mirada perdida, disfrutando cada sorbo. Quería ir a verla, pero llegó un chico; era el mismo que estaba ayer en CatCo. Me senté en una banca, fingiendo amarrar mis cintas, también estaba sentada una señora con su bebé. La banca estaba lo suficientemente cerca como para escuchar y que no me detectarán.

—¿Al final lograste dormir? Anoche no parabas de moverte—dijo el chico mientras se acomodaba su chaqueta de cuero. ¿Dormir?
—Apenas dormí, es difícil pensar en mi... Tu sabes—dijo ella, su tristeza se podía ver desde un avión. 
—Tu padre—dijo el chico tensando su mandíbula.
—No es mi padre, es un monstruo—dijo ella fría como el hielo. —Si es necesario, yo misma lo asesinaré. No se seguirá derramando sangre inocente.
—Debes pensar con la cabeza, Karen, no con tu estómago. No siempre es bueno actuar bajo las influencias de nuestros sentimientos. Te lo digo porque he visto lo mucho que mí madre biológica sufrió—dijo él abrazándola. Ella coloco su cabeza en el hombro del chico. 
—Esto no se trata de ningún problema humano, estamos hablando de...—Karen hizo una pausa, parecía examinar su alrededor. Me escondí detrás de la señora. —William, debemos irnos.
—Apenas llegamos—dijo mirándola confundido.
—Vámonos—dijo Karen. Él la miro y su confusión desapareció.

Se fueron del parque y yo quedé con mil dudas, para comenzar: ¿no se supone que los padres de Karen están muertos? ¿Cómo es eso que Karen quiere asesinar a su padre? ¿Por qué no estoy celoso? ¿Quién ese ese chico?

Narra Karen:

Salimos del parque lo más rápido que los pies de William nos permitieron. No sabía cuanto había escuchado Carter, pero sus pensamientos estaban en desorden y eso me asustaba. 

—¿Cómo sabías que él estaba ahí?—dijo William cansado de correr.
—Sus pensamientos no son silenciosos—dije mientras revisaba que no estuviera él alrededor. —Debemos ir con el equipo.
—A tu señal—dijo William terminando su café.

A este punto ya habíamos llegado a un callejón sin salida y sin gente; nos hice invisibles y fuimos a la DEO. Entramos y vi a todos en sus obligaciones: Will y Cisco hablaban muy rápido, ni siquiera me preocupe en descifrar lo que decían; J'onn y Alex estaban en el laboratorio junto a Barry y Bruce; Kara y Diana estaban en camino a la prisión de Non, las detuve.

—Quiero ir—dije parándome frente a ellas.
—Es muy peligroso, Karen. No sabemos a qué nos enfrentamos—dijo Diana.
—Sin contar que el artefacto extraterreste ha desaparecido—dijo Kara con un tono de preocupación; supongo que de eso hablaban Cisco y Winn. —Non es un enemigo muy fuerte e inteligente, no soportaría que cayeras en su juego.
—Tenemos un lazo de la verdad. Además, quiero matarlo, no convivir con él—dije mientras hacía una mueca de golpes. —Lo del artefacto lo resolveremos luego. Déjenme ir.

Después de un rato de insistir, cedieron. Las tres caminamos a la celda con nuestros uniformes. Sentí un frío recorrer mi cuerpo, una mezcla de odio y miedo. Lo vi, parado frente a nosotras en su celda, sonriente, paciente. Seguro su mente había ideado mil planes para salir, pero los había rechazado al ver el material de las celdas. Habían sido reforzados de tal manera que ni siquiera yo los podría atravesar, sin contar que anulaba sus poderes con la exposición constante a la kryptonita.

—General Non—saludo Diana. 
—Mujer Maravilla, la sobrina y la otra chica; quien por cierto, es buena en el campo de batalla—dijo muy tranquilo.
—Steel—dije seca.
—Yo sabía que ese nombre te iba a quedar muy bien, Teen of Steel, ¿o debo llamarte hija?—dijo Non sonriente. Sentí como me desmoronaba en cuestión de nanosegundos, él sabía; pero no iba a mostrar debilidad.
—No soy tu hija. Y tu no eres mi padre—dije con mucha rabia.
—Mi sangre corre por tus venas—dijo en tono de arrogancia.
—Astra es mi madre. No tengo padre, murió hace años, al igual que mi madre—dije con toda la rabia que mi corazón tenía.
—Eres una chica lista. Salvo que la sangre que corre por tus venas no es de Astra. De ser así no tendrías a tu hermana; pero, la tienes y eso no lo podrás cambiar.
—¿De qué estás hablando?—dije, mi cabello empezó a arder en llamas. Diana abrió la celda y en un abrir y cerrar de ojos lo ato.
—El lazo de la verdad te impide mentir. Responde la pregunta de Steel—dijo Diana mientras lo detenía.
—Perdona no escuche—dijo Non riendo, pero la risa no duró mucho porque el lazo lo quemo y yo me acerqué a él y le golpee la cara hasta girarla, mi mano me dolió, la kryptonita se comenzaba a hacer presente, pero la ignore.
—¿De qué mierda estás hablando, asesino?—grite furiosa. A estas alturas no solo mi cabello estaba en llamas; mis ojos brillaban de color rojo, la visión térmica podría salir en cualquier momento.
—Te equivocaste de gemela, aquella a la que llamas tía es realmente tu madre y aquella a la que llamas prima es realmente tu hermana—dijo con su sonrisa mezclada con sangre. Volví a golpear su rostro, una y otra vez.
—No mientas—dije con mi cabello y ojos ardiendo, con menos intensidad por la kryptonita, pero al parecer la ira anulaba cualquier debilidad. Kara tuvo que usar toda su fuerza para separarme. Estaba por matarlo.
—Tu hermana es Kara Zor-El—dijo Non con un hilo de voz, con sangre en la boca y con un ojo morado.

Las últimas hijas de Krypton: La favorita de Rao. [P.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora