lo que sea por amor...

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-¡DIPPER!- Bill miraba horrorizado como el cuerpo de su amado moreno estaba inerte en el frío suelo de la gruta. La sangre se había esparcido por el suelo.

-N-No... P-Perdon Dipper,no he podido protegerte- sollozó Bill abrazando a Dipper.

-¡Bill debemos irnos!- gritó Ford quien tenía una herida profunda en el brazo-El oráculo podría regenerarse en cualquier momento. Debemos marcharnos ahora-

-¡No! ¡ya lo perdí una vez y me niego a perderlo de nuevo!- gritó el demonio.

La calculadora y heladora carcajada del oráculo resonó en la gruta.

-Se agotó mi paciencia Cipher ¡DAME LA FALLA!-

El Oráculo lanzó un gran ataque contra Bill y Ford, y estos lo evitaron por los pelos.

Bill solo pudo huir con lágrimas en los ojos conservando la gorra de Dipper.

-L-Lo siento- Musitó llorando mientras abrazaba con fuerza la gorra con el símbolo de un pino.

-Ese chico...-  musitó Ford una vez salieron de la gruta sanos y salvos.

-Ese chico era Dipper Pines, tu eres su tío abuelo... Y además... Él y yo...-

Bill rompió en llanto derrumbandose en el suelo.

-L-Lo ha matado... Con sus propias manos... Sus ojos reflejaban miedo... Y yo no he podido salvarlo- lloró Bill

Ford le puso una mano en su hombro.

-Bill... Algunas cosas no salen como queremos...-

-¡¿NO LO ENTIENDES?! ¡EL CONFIABA EN MI! ¡LE HE FALLADO!- gritó Bill -L-Lo siento Dipper...-

Las lágrimas del demonio mojaban sus mejillas y caían sobre la gorra de Dipper.

-Bill... Debemos irnos, estamos expuestos- dijo Stan.

Bill se levantó colocándose la gorra de Dipper y asintió secándose las lágrimas.

-Voy a vengarte Dipper- Dijo antes de agarrar del brazo a Ford y caminar con firmeza por el desierto de la miseria y el caos.

Ford vio la determinación, el dolor y el sufrimiento en los ojos de Bill.

Dipper... Él era el culpable, siempre lo había sido. Él era el culpable de llenar de cordura una mente alocada y confusa, el culpable de capturar el corazón más solitario, el culpable de los pequeños momentos que parecían perfectos, el culpable de la preocupación de Bill, el culpable de sus enfados, de sus celos... Pero también de sus sonrisas, de sus alegrías, de sus bromas... Y ahora, también culpable del intenso dolor que le producía al demonio haberlo morir ante sus ojos.

Dipper había muerto, el oráculo lo había matado delante suya, frente a sus ojos. Él no había podido salvarlo.

El grito ahogado de Dipper aún permanecía grabado en la mente de Bill y parecía que jamás podría olvidarlo.

-Bill, la pirámide- dijo Ford señalando la fortaleza de Bill en mitad del desierto.

-¿Que hace aquí?- preguntó Bill al ver su pirámide en suelo.

-Tal vez fue cosa de Astarot- comentó Ford.

-No, este sitio está perdiendo fuerza, el oráculo no puede ejercer en el caos cuando ya manda sobre el mundo del conocimiento y Astarot solo ejerce su dominio sobre la vida y la muerte- habló Bill

-Lo que quiere decir que... Si no regresas a ser el rey del caos...- musitó Ford

-Todo se convertirá en una enorme anomalía que podría afectar sobre la falla y romperla- lo interrumpió de golpe Bill.

Mi Uke RebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora