Bill Pov
Cuando regresé a casa la expresión de Aiden era más sonriente de lo normal, hasta el punto de que su sonrisa me provocaba escalofríos.
-¿Encontraste lo que buscabas?- preguntó
-No- contesté cabizbajo -Creo que iré a dar un paseo-
-Me parece bien, no regreses tarde- dijo cargando diversos sacos de grano y guardándolos en el cobertizo.
Con mis manos en los bolsillos empecé a adentrarme en el bosque. Los pájaros se oían lejanos y las copas de los arboles dejaban filtrar de vez en cuando un molesto rayo de luz que incidía, la mayor parte de las veces, en mis ojos y cuando esto ocurría mi mente automáticamente me hacía ver la imagen destrozada de Dipper tras decir aquellas crueles palabras que pronuncié el día anterior.
-Soy un idiota...- murmuré
No llegaba a entender porqué conociéndolo solo de tres días mi corazón parecía haber estado junto a él toda mi vida.
-Debo de estar volviendome loco- me dije con angustia.
-No lo creo, Cipher- habló el tío abuelo de Dipper situándose frente a mi.
-¡¿Que hace aquí?! ¡¿Viene a atacarme?! ¡Ya le dije que me alejaría de su nieto, ahora déjeme en paz!- grité
-No vengo ha hacerte daño, siento mucho lo ocurrido ayer, sólo estaba buscando a mi nieta y a sus amigas, ¿no sabrás tu algo de ellas verdad?- preguntó
-No, lo siento- contesté secamente.
-Ya veo... Lo de Dipper te ha afectado- comentó Stan
-¿Que te hace suponer eso?- pregunté
-Tienes ojeras, y además habría que estar sordo para no oírte hablar tu solo- contestó Stan
-Aún así lo que me ocurra no es cosa suya, así que si me disculpa me iré, que tenga un buen día- me despedí desafiante pasando por su lado.
-Lo que ocurra con mi familia si es cosa mía, Bill y yo también quiero saber porque ahora ninguno de los dos os recordais, debo hacerlo en nombre de Ford- dijo el anciano.
Me detuve en seco.
-Me temo que aunque quisiera no podría ayudarte- hablé.
-Tu a mi no, pero tal vez yo a ti sí- comentó el hombre entregándome un pesado diario con una mano con seis dedos y el numero tres -Cuidalo con tu vida Bill, posiblemente ese libro sea lo único que pueda ayudarte-
El dueño de la cabaña del misterio se marchó cargando su peso sobre su bastón.
Me senté en el suelo a leer el libro. Toda aquella información era increíble, parecía tratarse de algo falso, sin embargo por alguna razón creí en ello. Cada palabra, cada imagen, sentía que estaba reconociendo algo.
Al darme cuenta el atardecer ya caía sobre las copas de los árboles.
-Aiden se va a enfadar- suspire cerrando el libro.
Al levantarme del suelo un mapa cayó al suelo. Cuando lo abrí ví que marcaba una zona cercana a la montaña.
Guardé mi mapa en el bolsillo y regresé a casa justo a tiempo para cenar.
-¿Que estuviste haciendo Bill? Pareces distraído- comentó Aiden
-es solo que estoy cansado, me iré a dormir si no te importa- dije.
-Está bien, yo recogeré, pero mañana te toca a ti. Buenas noches- habló Aiden sonriente
-Jajaja si buenas noches primo- sonreí también yo.
Cerré con pestillo la puerta de mi habitación y saqué de mi armario mi mochila y objetos necesarios, como una linterna, cuerda, prismáticos, etc...
El bosque por la noche cambiaba mucho. Aquellos altos troncos que por la mañana transmitían seguridad, por la noche parecían ser seres que se alzaban para detenerte y devorarte.
Un búho ululó erizandome la piel.
-Debería estar por aquí- comenté sacando el mapa y mirando a mi alrededor con la luz de la linterna.
Un crujido a mis espaldas me alarmó. Me giré asustado para ver como de entre los arbustos salía algo que saltaba sobre mí.
-¡AHHH!- grité quitándome de encima a un pequeño zorro que había saltado para posiblemente protegerse de mí.
Él zorro se escabulló entre la maleza y penetró en una cueva que recientemente aprecié.
Entré en la gruta con cautela. Los grabados en las paredes eras sorprendentes, pero el más destacable hizo que la linterna cayera al suelo.
En la pared habían un dibujo de mi, con una gran inscripción en latín.
-Poseído por un demonio, a encadenar tres veces a pronunciar el nombre de la vida de la terrenal, entonces, debe usted debe deminio decir, el diablo se ha ido, yo te condeno; vete. Me encadeno Demonio... Que significa esto, no entiendo nada- musité.
-Tu latín está oxidado Cipher-
La voz de Aiden resonó por la cueva.
-Aiden ¿como me has encontrado?- pregunté alumbrandolo con la linterna
Aiden sonrió con locura.
-No puedo permitir que sigas adelante tan rápido primito, lo fastidiaras todo- comentó él haciendo salir del suelo unas cadenas que me sujetaron -¡Pronto la falla se romperá y todos nosotros seremos libres!-
La voz de Dipper sonó en mi cabeza
-Bill...ti-tienes...ah~! Tres...tres segundos para... Sol-soltarme--Uno-
-dos-
-Tres, tu lo has querido: Bill, Bill, Bill
ego te condemnabo vade exiit daemonium. Ego daemonium encadeno.-¡AIDEN!- grité llamando la atención de mi falso primo
-¡AIDEN!-
-ey, espera ¿que haces?-
-¡AIDEN!- grité
-¡Detente!- grito él
-Ego te condemnabo vade exiit daemonium. Ego daemonium encadeno- grité
Una luz dorada envolvió a Aiden y yo fui liberado.
Me levanté y lo agarré de la camiseta.
-¡Habla!- grité- ¡¿Que está pasando?!-
Aiden rió.
-¿Te hago gracia?- pregunté dándole un puñetazo.
-Astarot te matará- habló escupiendome
-No si la mato yo antes- dije golpeándole de nuevo.
El interrogatorio, iba a comenzar...
------------------------------------------------
Holis mis queridos lectores, actualice!!! Espero que les haya gustado. Si tienen algo que decir dejenlo en los comentarios y por FA denle a la estrellita. Con todo mí amor, hasta la próxima. Chao, chao
ESTÁS LEYENDO
Mi Uke Rebelde
Fanfiction(Gravity Falls), Dipper Pines estaba estaba pasando unas vacaciones extraordinarias hasta que un extraño personaje se presentó ante el, Bill... Un demonio de la locura un propagador del caos. ¿Quien pudiera imaginar que un ser tan poco cuerdo se ena...