Ego daemonium encadeno...

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Salí de la cueva y camine por el bosque "Ego daemonium encadeno" esas palabras no salían de mi cabeza. -¿Que significará?- me pregunté cuando por segunda vez mi alrededor se volvió gris y el tiempo se detuvo. -Vaya Dipper Pines, últimamente no puedes despegarte de mí- él apareció ante mí y tuve el tiempo justo de esconder el diario a mi espalda. -¿Me buscabas Dippi Dipper?- preguntó risueño. -Jamás te buscaría Bill, ni en mis peores pesadillas- le respondí, el rió sonoramente como un loco -Ya cambiarás de opinión mi querido Dipper-

-¿Cambiar de opinión? Entiendelo de una vez, eso nunca va a pasar- al decir aquello, no se muy bien si se enfado o entristeció. -Bueno, si no es por la buenas sera por las malas. Bill flotó hasta mí y sujetó mis muñecas tumbándome en el suelo, en ese momento Bill dejo que el tiempo avanzara de nuevo. A mí, por desgracia se me cayó el diario y él trato de cogerlo, pero le pegué una patada y salí corriendo a mas no poder. -No puedes escapar de mi Dipper Pines- corrí tratando de llegar hasta la cabaña del misterio. Allí no podía tocarme. Pero me equivoque de camino y quedé atrapado en un callejón sin salida. Iba a atraparme ¿que podía hacer?...

-Buen intento Dipper- habló Bill a mis espaldas

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-Buen intento Dipper- habló Bill a mis espaldas. -Ahora dame el diario- me arrebató el diario de las manos -Llevo años buscándolo y tu me lo has proporcionado, mil gracias- comenzó a leer confuso. -¡Es un libro de misterio!- comencé a reírme. Puesto que antes que llagara le había arrancado la portada al diario y la había colocado sobre un libro de misterio, mientras que el verdadero diario se hallaba a salvo bien escondido en cualquier lugar del bosque. -Buena jugada, sin embargo me temo que deberé darte un castigo- retrocedí hasta chocar con la pared.

Bill mordía mi cuello y sujetaba mis manos por encima de mi cabeza, evitando mi movilidad. -S-sueltame- balbucee asustado. -Hagamos un trato, te dejo em paz si tu me das el diario- apartó un poco la manga de mi camiseta y mordió mi clavícula -P-para, h-hablo en... s-serio- estaba empezando a gimotear, demonios, ¿por que me sentía así? -Dipper, haz esto más fácil- me susurro en el oído. -N-nunca, antes mu-muerto que hacer o-otro trato ah~! contigo- Se separó y sonrió con locura. -Tu lo deseas- negué -No, yo no soy como tú-

-Si lo eres, puedo verlo en tu mente, ahí está todo, lo intentas retener pero tarde o temprano saldrá - hice fuerza con mis brazos para quitarlo de encima pero el tenía el doble de mi fuerza. -Acabarás, cediendo Dipper, lo sé, te conozco-

-¡No! ¡Tu no me conoces! ¡Nadie me conoce!- me besó en los labios pero le mordi haciendo que su labio inferior sangrara. -Esta bien Dipper lo haré por las malas- presionó ligeramente mi cuello -Dame el diario Dipper y no tendrás problemas-

-N-Nunca e-estas-s l-lo-co- me costaba hablar.

-¿Dipper? ¿Dipper? ¿Estas bien?- era la voz de Mabel. Gracias al cielo, nunca me alegré tanto de oír a mi hermana. -Tu hermana te a vuelto a salvar, pero no creas que ella estará aquí siempre, yo me encargare de que no sea así- Bill desapareció, dejando me aparecer ente los ojos de mi hermana. -Dipper ¿Donde estaba? ¿Y que te ha pasado?- ignoré a Mabel y grite. -¡HEY BILL! ¡ATREVETE A PONERLE UNA MANO ENCIMA Y ME ENCARGARÉ PERSONALMENTE DE QUE NO VUELVAS A VER ESE DIARIO!- sonreí con algo de locura y note que Mabel me miraba con preocupación. -Estoy bien, solo es... Da igual, volvamos ya-

Recogí el diario de su escondite y volvimos a la cabaña del misterio. Allí me tiré en mi cama y no me levanté hasta la hora de la cena. Mientras cenábamos yo estaba con una libreta releyendo aquel mensaje. -¿Hoy no tienes nada de lo que hablar sobre ese tonto diario?-- preguntó con sarcasmo mi tíoabuelo Stan. -Nop, hoy estoy ocupado con otra cosa- leí una vez mas y murmuré las ultimas palabras en voz alta. -Eso suena a latín- comento Stan indiferente. ¡Latín! ¡Claro! ¡¿Como no se me había ocurrido antes?! -¿Sabrías traducirlo?- dije con voz de pequeñin. -Depende, ¿que pone?-

Deberas pronunciare compingere daemonium nomine vitam terrestrem deminio ter debes dicere: ego te condemnabo vade exiit daemonium. Ego daemonium encadeno.

Stan leyó durante varios segundos que me parecieron eternos. -Ya está, era muy fácil aquí pone: Para encadenar a un demonio a la vida terrenal deberás pronunciar el nombre del demonio tres veces, luego deberás decir: demonio yo te condeno. demonio yo te encadeno.
¿De donde has sacado esto?- eludí la pregunta y me escabullí de la mesa, o si Bill, ahora si que vas a saber lo que Dipper Pines puede hacer...

-------------------------------------------------------------¿que les pareció? Se que tarde mucho y porfa no me matéis pero he estado muy ocupada. Esto fue todo, si tenéis algo que decir dejenlo en los comentarios. Con esto me despido Chao, chao.

Mi Uke RebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora