ꜱʜᴜᴛ ᴜᴘ! 🔚 novela cristiana.

IX: Humillación

Danville University.

7:00am.

Apenas entramos a la universidad el día siguiente, sentimos un pesado aire recibirnos en todo su esplendor al punto de sofocarnos, Lucinda venía esta vez conmigo ya que mamá decidió quedarse ése día con Ezra.

Al fin saldría del hospital.

-¿Um? -Ambas nos miramos confusas al escuchar risas fuertes en el salón de clase que nos tocaba.

Por lo que nos apresuramos a entrar, y pude ver que se trataban de Trenton y su grupo molestando a June que se hallaba tirada en el suelo.

Ella les lanzaba una mirada desafiante a todos.- Imbéciles.

Vimos a Trenton tomarla fuertemente de la muñeca, logrando alzarla del suelo.

-¿Ah sí? Lo dice la traidora. -Dijo sonriendo con sorna sin dejar de mirarla con aquel veneno en sus ojos.

Apreté el agarre en mi mochila al sentirme inútil sin poder hacer algo para ayudarla, y lo que vino a continuación no me gustó en lo absoluto.

El rubio lanzó a June contra los pupitres del aula, ocasionando que ella chillara de dolor ante el golpe recibido.

-¡June! -Gritamos Lucinda y yo al unísono mientras nos adentrábamos al salón, para ir a socorrerla.

Las carcajadas de Trenton y su grupo resonaron en todo el lugar hasta que ellos salieron, la castaña jadeaba sujetando su cintura con su brazo.

-¿Estás bien? -Susurré al verla con la preocupación grabada en mi rostro.

Más ella sólo negó con la cabeza.- Estoy bien... solamente fue un leve impacto nada más.

-Igual deberías ir a la enfermería por si acaso. -Sugirió la asiática junto a nosotras igualmente preocupada.

June parecía querer responderle algo, pero en aquel instante la profesora accedió al salón cortando toda posibilidad de seguir con nuestra plática; sabía que June estaba afectada por todo esto que estaba pasando, pero también sabía que tampoco lo haría notar.

Nos acomodamos al levantarnos y fuimos a nuestros respectivos asientos.

-Bien, continuemos con la lección pasada... -Anunció la profesora escribiendo en el pizarrón.

Pero el mal presentimiento que se formuló en mi corazón no me permitió centrarme en la clase.

Dios... ¿qué sucederá ahora?

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Días después.

Y no me equivoqué.

Aquellos días los ataques fueron peores, y la más atacada fue June siendo humillada por Trenton al publicar fotos comprometedoras de ellos cuando estaban juntos; ver el rostro carente de emociones debido al shock provocado me hizo sentirme mal por ella, Trenton estaba yendo mucho más lejos que el propio Lander.

El cual se mantenía serio desde que todo este ataque dirigido a June inició.

-Ya no importa, Dios cobrará venganza por nosotros y por ti June. -Le animó Ezra abrazando los hombros de Lucinda, sonriéndole a la castaña con empatía.

Pero ella sólo asintió con una sonrisa forzada, antes de retirarse del pasillo.

Y nosotros la vimos irse de esa forma tan desanimada y cabizbaja, un nudo se formó en mi garganta al verla de esa forma.

Ezra suspiró soltando a Lucinda para irse a su clase.- Debo irme, cualquier cosa no duden en avisar e interrumpir mi clase con la señora Crownwell.

Y tras darle un beso en los labios a su novia y uno a mí en la frente, se fue casi corriendo por el pasillo amplio de la universidad.

Lucinda y yo nos miramos y nos fuimos por el mismo camino en el que se fue June.

-Me preocupa todo esto... he estado sintiendo una opresión en el pecho desde hace varios días... -Murmuré con la vista clavada en el pulido suelo de cerámica del edificio.

La mayor suspiró a mi lado al entender a lo que me refería.- Me ha pasado lo mismo, primero fue con lo de Ezra y ahora siento que algo va a suceder.

Y el silencio reinó nuevamente, un silencio que parecía ser el inicio de algo que acontecería.

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1:00pm.

La salida estaba abarrotada de gente, y los cuatro nos apresuramos en irnos de la universidad para ir a comer en algún KFC.

-Quiero un bote de alitas sólo para mí. -Soltó mi hermano abriendo la boca como si fuera a tragarse algo.

Y todos nos reímos por sus muecas y chistes.

-Crucemos. -Avisé al ver que el semáforo había cambiado de color.

Ezra y Lucinda cruzaron primero tomados de la mano, luego seguí yo pero terminé tropezándome a medio camino por alguna razón aparente.

June se agacha para ayudarme al ver que mi zapato se había desatado, pero no nos percatamos del sonido de un motor acercarse a toda velocidad hacia nosotras.

-¡Rayos! -Escuché a la castaña decir junto a mí.

Seguido de eso, sus manos me empujaron con fuerza para hacer que llegara al otro lado de la calle. Pude escuchar a Ezra y a Lucinda gritar con fuerza.

-¡June!

Y el sonido de las llantas raspar el asfalto más el estruendo de un cuerpo ser chocado llenaron mis oídos.

Aquello no podía estar pasando.