ꜱʜᴜᴛ ᴜᴘ! 🔚 novela cristiana.

XIV: Luz contra tinieblas

La llamada que recibí me dejó completamente perpleja y en estado de shock.

Mi madre junto con los padres de Lucinda y yo habíamos llegado al área de emergencias del hospital, encontrándonos con mi hermano quejándose de la limpieza que estaban haciéndole a sus heridas.

Lucinda nos vio llegar y se levantó de la camilla rápidamente, yendo hacia nosotros.

-¡Mamá, papá! -Chilló abrazando a su familia con fuerza, a la par que los tres lloraban.

Mamá y yo nos acercamos a Ezra que seguía sentado en el borde de la camilla, sin su camiseta mientras vendaban algunas zonas de su torso y brazos.

-¿Ellos de nuevo? -Espeté con seriedad a la par que veía fijamente el perfil del mayor.

Él asintió suavemente y suspiró.- Aprovecharon que Lucinda y yo salíamos del restaurant... nos llevaron a un lugar apartado y mientras a ella la sujetaban, me golpearon fuertemente.

Ya me cansaba esta situación, no sé que deseaba Lander pero ya era suficiente de que estuviera agrediéndonos sin descanso así fuese físicamente o por las redes sociales. Estaba exhausta y no sabía hasta cuándo Dios permitiría que fuéramos agredidos.

-Y todo esto pasó cuando le pedí matrimonio a Lucy. -Suspiró mi hermano antes de colocarse su camisa nuevamente.

Mi madre y yo abrimos los ojos al escucharlo.

-¡¿QUÉ?! -Expresamos las dos al unísono por la repentina noticia.

Mi amiga rió tímidamente al notar que sus padres también se hallaban pasmados por aquel gran dato, Lucinda se colocó al lado de mi hermano mayor y tomó su mano. Se miraron mutuamente con una sonrisa y luego nos observaron a todos.

-Bueno... Ezra y yo estamos oficialmente comprometidos. -Anunció con notoria alegría, para luego mirar con ojos brillantes al pelinegro.

Los padres de Lucinda y mi madre se quedaron en silencio al igual que yo, aún asimilando la bomba que acababan de soltar los dos; mi hermano finalmente había dado el gran paso con ella, pedirle la mano en matrimonio.

Y la sala de emergencia estalló en euforia y alegría, enterarnos de aquello fue como un vigorizante ante la dura situación que estábamos viviendo.

-¡Felicidades! -Chillé abrazándolos con el sumo cuidado de no lastimar a Ezra.

-Me alegro tanto por ustedes. -Expresó mi madre con una sonrisa a los prometidos.

El padre de Lucinda suspiró sonriendo.- Espero que la cuides, Ezra.

-Querido, no dudes de ello. -Agregó Sujin riendo entre dientes.

Mi hermano rascaba su nuca sonriendo avergonzado, Lucinda por otro lado hablaba con su madre y la mía sobre posibles vestidos de novia.

La atmósfera me tranquilizaba, pero aún así estaba exasperada por la actitud de Lander. Por lo que me salí sin que se fijaran de la sala de emergencias, y seguidamente me fui del hospital.

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Sabía exactamente en dónde se encontraba, el aroma a alcohol y estupefacientes inundó mis fosas nasales en el momento en que llegué al recinto, oscuro y lleno de adultos jóvenes hacien quién sabe qué.

Estaba arriesgándome demasiado, pero realmente ya era hora de ponerle un alto a Lander y a su grupo.

-Mmm... -Busqué con la mirada al chico entre aquel mar de gente.

Neon Life era una discoteca reconocida en Danville, y tenía entendido que Lander y su grupo iban siempre los domingos en la noche.

-Perfecto. -Murmuré al encontrar la figura alta de el de orbes aguamarina.

Y con determinación, caminé en dirección hacia ellos.

-Hey. -Llamé su atención al estar delante de ellos.

Lentamente, el de cabellos claros me miró sobre el hombro antes de girarse y encararme por completo.

Su sonrisa burlona cruzó su rostro.- Vaya... qué valiente al venir aquí.

Me crucé de brazos sin dejar de mirarle con seriedad, no iba a permitirle que me intimidara en ningún instante.

-Vengo solamente a decirte esto, por mucho que intentes destruirnos... Dios no te lo permitirá, ni a ti ni a nadie que desee meterse con Sus hijos.

Su risa resonó en mis oídos de forma estruendosa, inclinó su rostro hacia el mío y sonrió mordazmente.

Tragué saliva pero no demostré miedo alguno.

-Sigue soñando, idiota. Voy a destronarlos a todos ustedes hasta que no les quede de otra que negar a ése Dios invisible. -Masculló lleno de odio y rencor.

Pero solamente pude sonreírle, sin temor ni nada por el estilo.

-Las tinieblas no prevalecerán contra la luz.

Y con ello me fui de ahí, dejándolo boquiabierto de seguro.

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Bueno, he de decirles que Shut Up está en su recta final, le quedan dos capítulos! 👀 o quizás tres, ya veremos 😉 comenten y voten! 🙏

¡Dios les bendiga!