Capítulo 38: Complot

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—¿Qué acabas de decir? —dijo él sorprendido

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—¿Qué acabas de decir? —dijo él sorprendido. Volver a escuchar ese maldito nombre después de lo que pasó entre él y Priss fue como recibir una cubeta de agua fría. No Sandra, no otra vez.

—Sé que no debería decirte esto, es más, ni sé qué hago aquí.

—No puede ser —le dijo Adriano a Edu. Aquellas declaraciones sí que lo habían sorprendido.

—Sí, supongo que estás cansado, necesitas reposo y todo eso. No sé por qué he venido a perturbarte.

—Déjate de tonterías, muchacho. Ya dijiste lo que tenías que decir. Ahora quiero que lo aclares todo.

—Para empezar, mi hermana no sabe que estoy aquí. Nadie en realidad, he venido por cuenta propia. El asunto es simple. Sabes que Priss renunció a The Oak Room, ¿verdad? —él asintió—. Pues lo normal es que cuando alguien sale de tu restaurante tenga las puertas abiertas para entrar en cualquier otro, hasta en Mc Donald's como gerente.

—Si, eso es cierto.

—Pues Priss no perdió tiempo y envió su curriculum desde el primer día, y nada. Nada de nada. Bueno, en varias ocasiones la han llamado para decirle que todo estaba bien y al final le daban una razón estúpida para negarle el trabajo. Hasta en el Hotel Plaza, hasta en "The Palm Court"

—Rayos... —Adriano conocía muy bien el mundo de las altas esferas de la cocina. Cuando un gran chef decía que le cierren las puertas a alguien y el rumor se expandía por varios restaurantes, sin duda la carrera del desafortunado se iba al agua. Y al parecer era justo lo que le estaba sucediendo a Priss.

—Y pues ya conoces a Rachel. Comenzó bromeando con teorías de conspiración con los Iluminati, y se lo terminó tomando en serio. Comenzó a preguntar por ahí, le avisó a Kate y ella hizo su investigación. Rachel me lo contó mientras rompía un par de vidrios de pura rabia. Tu ex maldita, la Weaver de mierda, ¡ella es la responsable!

—Jovencito, es una señora y se merece respeto —le dijo Helda, aunque sinceramente tampoco se lo creía mucho. Solo lo hizo porque sabía lo sensible que se ponía Adriano con todo lo relacionado a esa mujer.

—Señora nada, ¡es una maldita de lo peor! ¿Qué rayos le ha hecho mi hermana? Bueno, aparte de estar contigo, supongo que es una posesiva que te quiere soltero de por vida. Sin ofender claro, aunque ya la ofendí... ¡Lo siento!

—No importa —le dijo Adriano. También pensó que posesiva era el mejor término para denominar a Sandra en esos momentos—. ¿Priss sabe que es ella la que está influenciando para que nadie la contrate?

—Supongo que lo sospecha, pero no lo sabe. Solo quise contártelo, pues no sé, para que la mandes a volar, para que le digas "perra fracasada" o algo así. Claro, tú ya no estás con mi hermana, así que no sé por qué debería importarte. Tampoco es que estés en la obligación de hacer algo, solo decía.

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