Capítulo 43: Descanso

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Tuvieron un almuerzo tranquilo

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Tuvieron un almuerzo tranquilo. Adriano hablaba mucho de sus planes para el restaurante, le lanzó ideas para las nuevas opciones del menú, sobre la remodelación, y también sobre el viaje. Las vacaciones que tendrían juntos. Ambos quedaron en que tenía que ser algo muy relajante, un destino diferente donde puedan desconectarse de todo. Una playa quizá, eso sería excelente.

Estaban ya de salida para ir al apartamento de Adriano, cuando Priss recibió una llamada de Edu por WhatsApp. Eso era un poco raro, el chico casi nunca hacía llamadas, prefería escribir y mandar memes para comunicarse.

—Hola, Edu —dijo ella ni bien contestó—. ¿Cómo...?

—¡Oye, basura! —Fue lo primero que gritó al teléfono—. O sea si yo no te busco tú ni llamas, ni saludas, ni nada.

—Lo siento, estuve un poco ocupada. Y me bajas ese tonito, ¿qué es eso de basura? —dijo fingiendo molestia. En realidad, ellos se hablaban así desde tiempos ancestrales, no la ofendía.

—Bueno, no importa. El domingo hay fiesta de cumpleaños en casa de tía Nora, quieren verte por ahí. Papá me pidió que te llamara, dice que te extraña.

—¿Y mamá? —preguntó con algo de tristeza. Adriano pudo notarlo y se sintió culpable de pronto. Sabía que el día en que se accidentó, ella se fue de casa para vivir con Rachel. Y no había tenido la delicadeza de preguntarle cómo iba todo, si al menos se había reconciliado con su madre.

—Ella también está preocupada, solo que se hace la que no le importa. Ya la conoces, la "reina del drama".

—Pues dile que estoy bien. Dile que también la extraño.

—Está bien. Oye, deberías venir a casa. Papá también te extraña, date una vuelta aunque sea un momento.

—Ella no quiere hablar conmigo, no creo que tome bien que me aparezca por ahí.

—Si quiere. Se hace la superada, que es diferente. Bueno, ya te dejo. Hablamos luego y nos vamos a "Mc Rata", ¿si?

—Está bien, adiós Edu.

Colgó el teléfono y se quedó en silencio un rato. Desde que se fue de casa no había vuelto a ver a su madre, apenas sabía algo de ella por lo que Edu le contaba. Había estado muy molesta desde que se fue, incluso había dicho que no quería volver a ver a "esa ingrata". Y aunque sabía que su madre hablaba de puro disgusto, no tenía idea de cuanto le dolía eso. De vez en cuando preguntaba por ella disimuladamente, según su hermano haciéndose la enojada, pero en realidad se notaba preocupación por su hija. A su padre si lo había visto, él estuvo de acuerdo en que se fuera y la seguía ayudando con dinero. Incluso le aconsejó que no se acercara a casa de momento, su madre estaba tan molesta con todo que iba a ser peor. Aunque pensaba que ya era momento de acercarse, aunque sea un poco.

—¿Estás bien? —le preguntó Adriano de pronto. Se sentó a su lado y colocó sus manos en sus hombros.

—Sí... bueno, dentro de lo que se puede decir "bien", supongo que sí.

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