—Definitivamente, esta ha sido la peor idea que alguien ha tenido jamás en su vida —dijo Priss, más que eso parecía una sentencia definitiva sobre lo que ella y Rachel estaban viendo en la televisión.
—¿Lo dices por Adriano? Bueno, eres su novia, debiste oponerte rotundamente.
—No lo digo por él, Adriano sabía lo que estaba haciendo. Me refiero a esa gente de la producción del programa, ¿qué tenían en la cabeza cuando decidieron invitar como juez a Adriano?
—Pues si fue capaz de echarme por una cebolla, imagínate...
—Ay no, ahí va otra vez...—Las chicas callaron. Adriano volvió a aparecer en la televisión, le acababan de presentar un nuevo plato que miró sin mucho agrado.
—¿Crees que lo demanden por daños psicológicos?
—Rachel, por favor.— Priss se sintió nerviosa. Quizá no demanden a Adriano, pero si antes era el chef más querido de América estaba segura de que después de ese programa las cosas no iban a terminar bien del todo.
—He despedido gente de mi cocina solo por presentarme cosas como estas —empezó a decir Adriano con molestia mientras señalaba el plato.
—Si, es cierto. Yo soy testigo —dijo Rachel muy relajada mientras comía palomitas.
—Te digo con sinceridad, si vas a preparar este tipo de cosas, será mejor que replantees tu vida. Esto es un estorbo para la cocina. La originalidad es importante, y eso algo que aprecio mucho. Pero esto...—señaló el dichoso plato—. Me hace cuestionarme por qué estás en este programa. No entiendo a qué has venido, no demuestras el talento que dices tener. Lo único que has conseguido de mí es decepción.
—Ay...— Fue lo único que pudo decir Priss.
—Esto se pone cada vez mejor —dijo la chica mientras cogía más palomitas.
—¡Rachel, basta! Es serio.
—Si, ya sé. Pero, ¿qué vamos a hacer? El programa es grabado y Adriano aún no regresa, así que a aguantar, ¿no?
—Pobre gente.
—Mira, Priss, si esa gente cocina hasta el orto y tiene la concha de meterse a Master Chef entonces que se aguante, ¿no? Encima una crítica del chef Hartmann, o sea, ¿qué más le pueden pedir a la vida?
—Pues sus críticas son bastante dolorosas.
—Ni creas, a veces dice cosas buenas. Shhhhh... ahí va otro.— Presentaron otro platillo. Adriano lo vio en silencio, lo probó junto con los otros jueces, quienes intercambiaron miradas, hasta parecían temerosos de contradecir al mejor chef del país.
—Ya he dicho que admiro la originalidad, y eso es algo que veo en tu plato.—"¡Bien!", pensó Priss, eso sonaba mucho mejor. Y hasta le pareció que Adriano sonreía apenas un poco—. Espero que Priss esté escuchando esto —dijo de pronto y ella sin querer se puso roja—, pero el sabor de tu plato me recordó a la primera vez que probé algo hecho por ella. Y mi novia es la mejor chef que existe, así que tienes mucho futuro. En serio que si.— El competidor sonrió, el jurado también, todos lucían felices. Y Priss conmovida, nunca le había dicho algo como eso.
—Lo amo tanto...—dijo sonriente. Bien, quizá no era tan mala idea que Adriano esté en ese programa.
—¿Ves? No es tan malo como creen.
—Eso parece —se distrajo un momento. Adriano llegaba al día siguiente, así que para recibirlo prepararía algo de su agrado, una cena especial para dos, y luego... Bueno, luego otra fiesta privada.
—Oye, mira eso.— Priss volvió los ojos a la pantalla. Se quedó fría. Un participante acababa de presentar un plato delante de Adriano. Era una cosa que de solo verla daban ganas de romperla, y por la cara de Adriano parecía pensar lo mismo—. Ese tipo acaba de firmar su sentencia de muerte.
—Ay no...—se llevó una mano a la boca.
—Mi plato se llama "León come Gamba"...—empezó a explicar. Rachel soltó una carcajada y ella solo se sentía más temerosa de la respuesta de Adriano. Estuvo segura que se puso pálida cuando vio que Adriano intentó partir la patata y esta estaba cruda.
—Rachel, este es el fin...
—Y se volverá viral, lo estoy grabando todo —dijo antes de soltar una carcajada, que era lo único que quedaba a esas alturas.
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Lol, Adriano no puede contener el shade de su alma cuando se trata de cocina XD
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Calidad Total
General FictionPriscila ha encontrado el trabajo de sus sueños, su nuevo jefe hará su vida miserable y ella tendrá que demostrar que es una chef de calidad total. Secretos, intrigas y amores inesperados... Es lo que encontrará en El Plaza. *** Priscila Hudson sue...