El baile de gala en El Plaza era la excusa perfecta para juntarse. La fiesta anual de los hoteleros de New York había empezado, y ellos llegaron con traje de noche, ellas vestidas con largos y elegantes vestidos.
Adriano no solía ir a ese tipo de eventos, a pesar de su condición de casi super estrella de la gastronomía. Ese año el gerente Thomas Feige había aceptado ser el anfitrión del evento que daba la bienvenida a muchas personalidades del rubro. Muchos esperaron ese día con ansias, era una oportunidad perfecta para hacer contactos y lucirse con sus mejores galas. Otros, como él y Priss, solo veían en ese evento la oportunidad para encontrarse con los amigos. Ambos eran personas sencillas, se les hacía tedioso usar traje y un vestido costoso, preferían siempre la comodidad de un uniforme de cocina. Definitivamente el glamour no era lo suyo.
Priss y él eran chefs, amaban solo eso, la cocina. Amaban los aromas, las texturas, sus uñas cortas y limpias, el cabello recogido, el impecable traje de chef que siempre vestían con comodidad. Estar en una fiesta así era sacarlos de su hábitat natural, pero era un sacrificio que aceptaban con tal de pasar la noche todos juntos.
Estaban también Cameron y Anne. A ella aún no se le notaba el vientre, pero por alguna razón estaban convencidos que tendría una niña. O quizá fue Rachel y su extraño instinto quien se encargó de difundir ese rumor. Todos habían asumido ya que sería una niña, y hasta los mismos padres acabaron creyéndolo. Ya le habían puesto nombre, se llamaría Eliza, y de cariño Anne le decía Ely. Ni siquiera tenían una ecografía clara de ella, ni estaban seguros que en verdad sería mujer, pero ya la esperaban con ansias.
Estaban también Charles y Emily. Ella era la de la invitación y él su acompañante, los demás trataron de no poner la cara de sorpresa, cosa inevitable claro. En cualquier momento lo harían oficial, o quizá pensaran que no era tiempo para eso. Aunque se suponían que vivían en una sociedad moderna, no muchos aceptarían con facilidad que una mujer exitosa que ya pasaba los treinta se involucre con un chico menor que ella y que nadie conoce de ningún lado. A ellos no parecía importarles mucho, y al que no le guste, pues qué pena.
También estaba por ahí Daniel Barbara, vigilante y sonriente como siempre. Olivia y su mirada fría para casi todos. Hasta aparecieron Camila y Alec, él iba como su acompañante pues ella tenía la invitación al ser supervisora en el Ritz. Más tarde llegaron Rachel y Arnold, se les hizo un poco tarde por el tráfico. Llevaban más de seis meses viviendo juntos, y ya algunas personas empezaban a molestar preguntando cuándo se animarían a comprometerse. Un error claro, Rachel mandaba a volar a cualquiera que intentara meterse en su vida privada.
Había mucha gente conocida esa noche, el reencuentro con todos era agradable. La alegría y las risas de los amigos hicieron que Priss y Adriano se sintieran más cómodos en su ropa de gala. Bebieron un poco, y sobre todo, se dedicaron a su actividad favorita. Criticar la comida. Cameron pasó buen rato diciendo cosas como "¿Para qué me tienen a mí si van a escoger cualquier cosa para el maridaje?" y Adriano agregó un "Si no cocino yo, hacen cualquier estupidez".
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Calidad Total
General FictionPriscila ha encontrado el trabajo de sus sueños, su nuevo jefe hará su vida miserable y ella tendrá que demostrar que es una chef de calidad total. Secretos, intrigas y amores inesperados... Es lo que encontrará en El Plaza. *** Priscila Hudson sue...