Karol.
Estaba viendo el paraíso sobre una mesa.
Dulces.
Muchos dulces.
¡Dios bendiga al inventor de los dulces y esa fuerte de chocolate!
Y si, yo era esa chica qué estaba moviéndose alrededor de toda la mesa comiendo todo lo se me cruzara al frente y fuera comestible.
-¿Como es qué puedes comer tantos dulces Karol? -pregunta horrorizado Ruggero.
-Los dulces son mi vida.
-Eso es enfermo.
-Mi pregunta es: ¿Porque no comería dulces?
-Porque daña tus dientes, te dolera la panza, podrias sufrir de azúcar, te pones extremadamente insoportable al consumir tanta azúcar y hay un pequeña posibilidad de que tengas una intoxicación... Por azúcar.
-¿Eso es posible?
-Lo es -asegura y yo me quedo paralizada por unos segundos.
-Que pena -me encojo de hombros y sumerjo una fresa en la fuente de chocolate.
Suelta un bufido mientras niega y vuelve la mirada a su celular, sigo con mi trabajó de calidad en qué veo como los chicos se muevem de un lado a otro molestándose, estabamos en una sala de estar descansado antes de que el show empezará... Aunque es absurdo que diga la palabra "descansar" porque hacemos de todo menos eso.
En excepción de Jorge, el se encontraba en el quinto sueño en su camerino.
-Siempre qué te veo éstas comiendo, ¿a caso no se cansas?
Término de moder la fresa lo cuál fue mala idea porque me empecé a ahogar al divisar a Lizardo a mis espaldas, el se sobresalto y reaccionó golpeando mi espalda levemente mientras que por otro lado Ruggero me pasaba una botella de agua.
-¡Lizardo! -grito después de que me recupere de mi pequeño ataqué.
-¡Karol!
Rei y me eché a sus brazos diciendole cuanto lo habia extrañado olvidando el hecho de que nos habíamos visto antes de que la gira empezar pero igual asi lo extrañe.
-Lo sé, lo sé, soy muy especial para ti -asiente y niego.
-Ya quisieras, ¿que haces aquí? -preguntó curiosa y veo como saluda a Ruggero con el típico saludó de hombres.
-Vine a verte a ti -asegura.
-Si claro, tomaste un vuelo de Argentina hasta Italia solo pata verme a mí -me cruzó de brazos- ni tanto me quieres.
-Si tienes razón, vine con Matteo -confiesa- le tenemos una sorpresa a Katja.
-¿Que le van hacer a mi amiga? -miro a mi alrededor- cuéntamelo,
-No le cuentes nada, tiene la lengua floja y terminara arruinando la sorpresa. -le asegura Ruggero en un tono burlon causando qué lo mire ofendida.