Capitulo 20

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"Estoy nervioso, también ansioso y mi estómago no deja de hacerse nudos cada vez que me veo al espejo"

-Es solo un almuerzo-me repito a mi mismo por lo que será la décima vez-Te presentas,recuerda tus modales, les das los obsequios, recuerda tus modales y después del postre-toco mi ahora más notable vientre -Les das la noticia-suelto un gran suspiro-Nada puede salir mal.

Arreglo nuevamente el cuello y los puños de la nueva camisa que me a hecho mi hermano Býleistr, según el los colores oscuros y patrones me ayudaran a disimular mi vientre, no suelo ser fanático del negro pero esta camisa azul marina con difuminados de flores de sakura se ven tan geniales y aun más genial es qué se ve y se siente cómo si fuera seda. Paso mis manos por la coleta que me he hecho, todavía faltan cuarenta minutos para el almuerzo con los padres de Thor y soy todo un mar de nervios.

—¡Thor, tú ropa está en la cama!—le grito, el ardiente Dios del sexo intento persuadirme para bañarnos juntos, pero le he dejado por su lado ya que desde ayer me le subido encima cada vez que flexiona esos grandes brazos tan marcados—¡No tardes!

Salgo de la habitación y camino hacia la cocina en busca de un aperitivo, froto mi vientre para intentar apaciguar a mis conejitos  que no dejan de reclamar comida, lo primero que cruza por mi mente es fruta y muy fría. Con una manzana y una pera en cada mano continuo mi búsqueda tras la última naranja que estoy seguro deje en el desayuno, me acabo la manzana y calmo mi hambre con piña, melón y mucha miel.

—Si sigues comiendo no dejaras espacio para el almuerzo con mis padres—alzo la mirada y me encuentro con mi Dios del sexo recargado en la puerta, y se ve delicioso con la ropa que eligió Býleistr para el. Amo ver a mi León usando verde.

—Descuida, esto apenas y los mantendrá quietos por media hora—chupo la miel de mis dedos, sus ojos siguen el movimiento de mi lengua por lo que exageró un poco.

—Voy a llamar a Sif—regresa a nuestra habitación, desde hace unos días a nacido la costumbre de que llame a su amiga cada vez que se calienta y sabe que no lo dejare avanzar, lo cual me hace reír de satisfacción ya que el jueves se la paso todo el día al teléfono mientras yo trabajaba.

La impaciencia de Thor nos hace salir en dirección al restaurante, ya que mi pequeño departamento se calienta muy rápido con nosotros dos sin nada que hacer. El restaurante se encuentra bastante retirado de mi departamento, ubicado en la misma calle que varias boutiques y a poco más de 5 cuadras de la boutique de mi hermano,sin duda el mundo es pequeño.

Debido a nuestra puntualidad decidimos esperar a sus padres mientras mis ojos se entretienen con el menú, la mayoría son carnes y platos fuertes muy bien pensados ya que este lugar esta lleno de cambia forma felinos y no todos son leones, mi cuerpo se estremece al cruzarme con la fría mirada de un lobo. Thor no parece afectado en lo más mínimo por el resto de las especies, su león debe estar bostezando de aburrimiento al no encontrar oponentes, mi conejo por otro lado esta comenzando a estresarse y apenas nos hemos sentado.

—¿Tú que ordenaras, Loki?—su pregunta me toma de sorpresa.

—No tengo mucho apetito, esperaré a que lleguen tus padres—digo entre dientes y con una falsa sonrisa lo suficientemente convincente como para que Thor continue hablando con el mesero.

Paso mis manos sobre mi vientre repertidas veces para que mis bebés se calmen, lo peor de todo esto es que estamos encerrados y las presencias de los nuevos clientes que resultan ser tigres comienzan a ejercer más presión en mi, los ojos fríos del lobo no me abandonan. Me siento vulnerable y expuesto, creo que si ese maldito lobo o alguno de esos osos se acerca mucho a mi les soltare  un buen golpe en la cara y luego me desmayaré.

Problemas con OrejasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora