- Estoy así porque... - comienza a decir. - Me he acostado con él al igual que supongo que habréis hecho vosotros esta mañana.
No puedo creer lo que estoy escuchando, ¿¡Dafne se ha acostado con Leo!? Definitivamente mi amiga está rematadamente loca.
- ¿¡Cómo has podido ser capaz de hacer algo así, Dafne!? - exclamo alzando bastante la voz e ignorando por completo la segunda parte de lo que ha dicho.
- Stella, por favor, cálmate si no quieres hacer partícipe a todo el bloque. - dice Iam, también asombrado, agarrándome por la muñeca.
Tomo varias bocanadas de aire para intentar tranquilizarme y digerir lo mejor posible lo que mi amiga ha hecho con ese tío y cojo mi hamburguesa para darla un mordisco.
- Está bien, siento haberme puesto así pero, es que no doy crédito a lo que acabas de decir. - hablo mirando a mi amiga.
- La verdad es que yo tampoco. - dice Iam a mi lado.
- ¿Puedes contarnos qué fue lo que se te pasó por la cabeza para acostarte con él? - pregunto lo más calmada posible.
- La verdad es que no sé cómo pasó... - comienza a explicar y de su boca sale un suspiro. - Estábamos esperando a que el ordenador se terminase de encender y... - se detiene para dar un mordisco a su hamburguesa y veo cómo sus mejillas empiezan a coger un poco de color.
- ¿Y...? - pregunto para hacerla saber que nos lo va a contar quiera o no.
- Leo empezó a mirarme fijamente y me puse nerviosa, de modo que le dije que no me mirase así pero, él respondió que no es capaz de mirarme de otro modo y que estaba recordando lo felices que fuimos cuando... bueno, ya sabes... - sigue explicando.
- Sí tranquila, por cierto Iam también sabe la historia, se lo conté esta tarde. - respondo y ella asiente en señal de aprobación. - Continúa...
- Al final nos pusimos a recordar todo y... Stella ya sabes que Leo para mí es una debilidad, me resulta muy difícil luchar contra ella... - dice y noto cómo se va derrumbando poco a poco, por lo que le aprieto la mano para darle ánimos y ésta coge un poco de aire para seguir hablando. - Como iba diciendo, recordamos todo y, cuando me di cuenta, Leo ya estaba besándome y yo respondiendo al beso. - sonríe levemente.
- Ya entiendo... - digo en casi apenas un susurro y animo a mi amiga a seguir.
- Yo dije que no estaba bien lo que estábamos haciendo pero, él sólo me dijo que disfrutase del momento y, comenzó a acariciarme los brazos mientras me volvía a besar, de modo que mi cerebro perdió la batalla... - explica y siento la mano de Iam encima de la mía trazando pequeños círculos en ella. - Me dejé llevar por las emociones del momento y no puse impedimento cuando él me echó hacia atrás en el sofá y comenzó a besarme más intensamente.
Vuelve a coger aire y, saca su mano de debajo de la mía para comer otro trozo de hamburguesa y beber un poco de agua. En ese momento, la mano de Iam que estaba haciendo los círculos en la mía, recorren la parte trasera de mi cintura y se cuela por mi camiseta para, comenzar a ir de un lado para otro lentamente, causándome escalofríos. Le miro y me dedica una sonrisa pícara por lo que quiero decirle que pare pero, en verdad me gusta lo que está haciendo así que, me echo hacia delante para impedir que mi amiga se dé cuenta de ello, por ahora.
Cuando Dafne se termina el bocado me mira y le hago un gesto para que termine de contar lo que pasó.
- Al final, entre caricia y caricia, nos fuimos quitando la ropa y... me hizo suya aquí en el sofá. - concluye con una sonrisa.
- ¿Te gustó? - pregunto de pronto e Iam saca la mano de mi camiseta y la vuelve a poner encima de la mía.
- ¿Que si me gustó? Stella... ¡Fue maravilloso! - exclama. - Yo jamás pensé que este sofá fuera tan cómodo.
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La Dulce Melodía del Deseo
Подростковая литератураDebo ser una rara especie en el mundo: 23 años, virgen y a punto de terminar mi carrera musical. Por fin me han admitido en el conservatorio de Florencia (Italia) y, cuando he comenzado a colocar lo que será mi futura habitación, mis ojos han ido di...