Capítulo 24

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Cuando despierto, intento buscar a Iam pero, lo único que encuentro es un trozo de papel encima de la almohada. Me froto los ojos y cojo la nota.

"¡Buenos días sirenetta! He bajado al bar a ver si me devuelven la tarjeta, te espero en el comedor para desayunar.

Espero que hayas dormido tan bien como yo.

Te quiero."

Bueno, no he despertado con él a mi lado pero, ha sido el primero en hacerme sonreír, como siempre. Salgo de la cama y me visto como alma que lleva el diablo para reunirme cuanto antes con él pues, no me gusta que esperen por mí y no sé a qué hora se habrá ido. Miro el reloj, son las diez de la mañana, en dos horas tenemos que dejar el hotel y yo aún necesito una ducha, la noche anterior ha sido... Maravillosa.

Decido llevar el pelo suelto y salgo por la puerta de la habitación rumbo al ascensor. Coincido con varias personas más, entre ellas, una pareja que no paran de sonreírse y, los saludo a todos.

Las puertas se abren y voy directamente al comedor para encontrarme con Iam pero, no le encuentro allí, de modo que decido ir al bar.

Cuando entro a éste, le veo de espaldas. Está un poco apartado de la barra y las mesas, parece concentrado en algo así que, me acerco lentamente. Sólo hay dos parejas más, una de ellas con maletas, sonrío al pasar por su lado y me acerco más a Iam.

Delante de él visualizo una silueta, seguramente sea el técnico del datafono, ojalá no haya ningún problema más con la tarjeta... Cuando estoy lo suficientemente cerca de ellos, me quedo plantada como una estatua.

No puedo creer lo que ven mis ojos, quiero reaccionar pero mi cuerpo no responde, las lágrimas arden y comienzan a empapar mis mejillas mientras consigo cubrir mi boca con las manos para ahogar los sollozos.

Iam tiene a la chica agarrada por la cintura y ella tiene las manos en su cuello. Parecen dos ventosas e Iam disfruta del momento, se nota que lo estaba deseando... Por un momento siento que me quedo sin respiración y necesito coger una bocanada de aire para poder reaccionar cuanto antes y salir de aquí pero, Iam me oye y se gira hacia mí rápidamente.

Sus ojos se abren como platos y compruebo que realmente es cierto lo que veo, la persona en la que estaba concentrado Iam hasta ahora es la camarera. Sin decir nada, giro sobre mis talones y salgo corriendo de vuelta a la habitación.

¿Cómo ha podido hacer algo así? Dijo que me quería y le creí como una estúpida...

- ¡Stella! - escucho su voz de lejos pero no me detengo, no quiero verle más.

Decido subir por las escaleras y sé que Iam viene detrás, oigo sus zancadas.

- Stella para, necesito explicarte lo que has visto. - grita.

Sin dejar de subir escaleras comienzo a reírme mientras las lágrimas siguen rodando por mi cara. ¿Acaso no está demasiado claro? ¿Qué quiere explicarme, cómo besa?

Consigo llegar a la habitación y cierro la puerta con la espalda, echo el cerrojo para que no entre y me siento en la cama. Cuando llega comienza a llamar a la puerta pidiendo que abra pero, no pienso hacerle caso, quiero que se vaya bien lejos. Decido echarme en la cama esperando a que se canse y desaparezca de allí mientras cierro los ojos recordando el suave tacto de sus manos sobre mi piel. Un tacto cada vez más real y doloroso para mí, sigo escuchando su voz fuera de la habitación pero no pienso levantarme de aquí.

Me concentro en el tacto de su mano, necesito tranquilizarme aunque sé que no debería hacer esto pero, lo necesito.

- ¡Stella! - grita de nuevo y le escucho muy cerca de mí. - ¡Stella, despierta!

La Dulce Melodía del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora