Capítulo 4

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- Ejem, ejem... ¿Interrumpo algo?

Al escuchar esa voz, empujo a Iam hacia atrás y giro la cabeza para comprobar que, efectivamente, esa voz proviene de mi amiga Dafne.

- ¿Se puede saber por qué no me has dicho que habías quedado con él, Stella? - vuelve a hablar mi amiga demasiado cabreada.

- Dafne, no quería que sacaras tus propias conclusiones, él me dijo que quería verme pero, realmente no sabía para qué... Por eso no te dije nada, lo siento.

- ¿Cómo que no sabías realmente para qué quería verte? ¿Estás ciega o qué te pasa? Si cada vez que os veis os ponéis más calientes que una chimenea...

- No lo sabía Dafne... - vuelvo a repetir y, acto seguido miro a Iam. - Por favor, dile tú mismo que no me has querido decir el por qué.

- No hace falta que me digas nada Iam, da igual. - dice antes de que éste pueda articular palabra y girando sobre sí misma para irse a casa.

- ¡Dafne, espera! - grito tras ella, pero Iam me detiene. - ¿Qué haces? Tengo que hablar con ella...

Sin pronunciar ni una palabra, tira de mí hacia él y me abraza fuertemente. Oler su perfume y sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo consigue que me tranquilice un poco pero, mi amiga se ha enfadado y le debo una explicación de todo esto.

- Por favor Iam... Tengo que irme... - digo intentando separarme de su cuerpo.

- Está bien, ve con ella pero, si sucede algo no dudes en avisarme ¿vale signorina? Ahora tienes mi número así que no tendrás problema. - responde dejándome marchar. - Gracias por haber aceptado la propuesta de vernos esta noche y, siento mucho todo lo de Dafne.

- No te preocupes, te diré lo que sea. - sonrío entrando al portal que, por suerte no se ha cerrado bien. - De nada, ¡hasta mañana!

Iam se despide con un breve gesto y se dirige hacia su portal, cierro bien la puerta y decido subir corriendo por las escaleras. Doy varios toques en la puerta pero no obtengo respuesta, de modo que decido mandarle un mensaje pero, me doy cuenta de que tampoco he cogido el móvil.

- Dafne por favor, abre la puerta... - digo volviendo a llamar.

Varios segundos después, la puerta se abre y veo a mi amiga dirigiéndose a su cuarto, así que, me tomo la libertad de ir tras ella. Cuando estoy a punto de alcanzarla, cierra su puerta en mi cara y, antes de entrar, doy unos toquecitos en ella.

- ¡Déjame en paz! - exclama al otro lado.

- Dafne, por favor, tenemos que hablar...

- ¡No quiero hablar contigo!

- Pero yo sí, así que déjame entrar.

Escucho cómo se levanta de la cama y se dirige a la puerta para abrirla.

- ¿Qué quieres? - pregunta aún sin mirarme a la cara.

- Quiero que me creas cuando te digo que no sabía realmente por qué quería verme y, que entiendas el motivo por el que no te he dicho nada, tía. - empiezo a decir mientras me siento en la silla del escritorio, como esta mañana. - Cuando llegase te lo iba a contar todo, en serio, pero te has adelantado y, antes de que pasase nada, has aparecido hecha una auténtica fiera...

- ¿Antes de que pasase nada? Stella... ¡Estabais a punto de besaros! - exclama y, por fin me mira a la cara.

- Pues eso mismo, antes de que pasase nada...

- Al menos me podrías haber avisado de que ibas a tardar un poco más en volver ¿no?

- Cuando no me has abierto la puerta he ido a mandarte un mensaje pero, me quedé el móvil aquí... - me excuso. - Y ya te he dicho que no sabía realmente que iba a pasar lo que ha pasado Dafne, Iam no quiso decírmelo...

La Dulce Melodía del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora