Capítulo 14

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El despertador suena a las diez y veinte de la mañana, le hago callar, me estiro en la cama y salgo de ella para comenzar el día. Decido ducharme y depilarme un poco antes de desayunar, así que me dirijo al armario y saco unas calzonas vaqueras oscuras junto con una camiseta de manga corta amarillo pastel y la ropa interior. Entro al baño y abro el grifo para que el agua caliente vaya llegando mientras me desnudo. Una vez dentro de la ducha, dejo que el agua recorra mi cuerpo y, cojo la cuchilla para comenzar a depilarme.

10 minutos después termino con la cuchilla y vuelvo a ponerme debajo de la ducha, sintiendo cómo la temperatura del agua hace que los nervios por la cita médica vayan desapareciendo poco a poco.

Cuando termino de ducharme, me visto tranquilamente y, opto por dejarme el pelo mojado pues, hace buena temperatura aún y no me apetece coger el secador. Recojo todas mis cosas y regreso a la habitación para colocarlas y hacer la cama antes de desayunar.

Aún no he escuchado a Dafne y, la verdad es que se me hace un poco raro. Hoy iba con Leo a la universidad para hacer la matrícula y entregar unos papeles que le faltaban pero, aún es pronto para que se hayan ido.

Cuando termino de hacer la cama miro el reloj, son las once de modo que, me quedan poco más de veinte minutos para desayunar e irme al bus ya que, tengo la cita a las doce menos cuarto y no quiero llegar tarde. Al entrar en la cocina, compruebo que mi amiga no está en casa, pues me ha dejado una nota en la nevera:

¡Buenos días amiga!

Ya sé que es temprano pero la universidad está un poco lejos...

Espero que vaya todo bien en la consulta. Avísame cuando termines para ver si puedo ir a buscarte y así no volver sola.

Te quiero.

Dafne

Desde luego, esta chica no pierde el tiempo, espero que cuando comience el curso, también sea así de rápida porque si no, pensaré que lo hace para estar más tiempo con Leo, cosa que sabe perfectamente que no me agrada.

Me tomo un cola-cao con cinco galletas, friego la taza, cojo el bolso y me encamino a la parada del bus. Miro el reloj, son y veinticinco pasadas, camino más rápido y, cuando llego a la parada del bus, le veo saliendo de la anterior. "Buf, justo a tiempo." pienso mientras mi pecho sube y baja agitadamente.

Los 15 minutos de trayecto se me hacen demasiado cortos debido a que me los he pasado escuchando música mientras disfrutaba viendo cómo un bebé analizaba sus pequeñas manos. Al bajar en el hospital, un suspiro se escapa de mi boca y comienzo a andar en la única dirección que sé.

Llego a la puerta de la consulta de Iam y, tras varios segundos, me encuentro en la lista.

- ¿Por qué hora va? - pregunto.

- Por las once. - responde una chica más joven que yo.

- Gracias. - sonrío.

Encuentro un asiento justo enfrente y, sin pensar mucho, me dirijo a él.

Lleva 45 minutos de retraso, por lo que, si todo va bien, entraré a las doce y media. Quizás Dafne puede llegar antes y así no estoy sola. Decido mandarle un mensaje a mi amiga pero, su respuesta tarda en llegar unos quince minutos.

"No voy a poder, lo siento mucho..." leo en su chat.

"¿Por qué?"

"Comeré con Leo..."

"Entonces ¿me tengo que ir sola a casa?" pregunto, todo esto me está empezando a enfadar.

"No, puedes ir con Iam ¿no?" responde varios minutos después.

La Dulce Melodía del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora