Salgo del hospital aún con la preocupación en el cuerpo de haber dejado que pasase sin protección. Ahora sí que deseo más que nunca que me venga el período.
Miro el reloj y quedan unos tres minutos para que el autobús llegue, por lo que me siento en el banco de la marquesina a esperar mientras saco el móvil y aviso a Dafne de que acabo de salir de la consulta. Subo al autobús y, automáticamente me voy a los últimos asientos, dejo el bolso a mi lado y cojo los auriculares para ponerme música.
- ¿È occupato? - pregunta un chico joven tras darme varios toques en el hombro izquierdo.
- No, puedes sentarte. - respondo quitando el bolso del asiento.
- Grazie. - sonríe y me fijo en sus penetrantes ojos negros.
Le devuelvo el gesto y comienzo a mirar por la ventana nuevamente. Siento sus ojos sobre mí y, sin saber por qué, comienzo a ponerme nerviosa y a sentirme un poco incómoda. "Por favor, que llegue mi parada ya." En ese momento, oigo una voz detrás de la música que invade mis tímpanos y, me doy cuenta de que proviene del chico, por lo que, muy a mi pesar, me quito los auriculares.
- Perdona, ¿me decías algo? - pregunto disimulando mi incomodidad.
- Eeh, sí, preguntaba si eres de aquí.
- No, soy española ¿por qué?
- Por curiosidad, nunca te había visto. - responde y una bonita sonrisa aparece en su fino rostro.
- Bueno, Florencia es bastante grande.
- ¡Certo! Y... ¿Cómo te llamas?
- Stella ¿y tú?
- Stefano, encantado Stella. - vuelve a sonreír.
- Igualmente. - devuelvo el gesto y me doy cuenta de que mi parada es la siguiente, lo cual, me alegra bastante. - Disculpa, me bajo ya.
- ¡Hasta pronto! - se despide dejándome salir y opto por dedicarle una pequeña sonrisa.
Al bajar del bus visualizo una farmacia, por lo que, me dirijo a ella para comprar la anticonceptiva que Iam me ha mandado. Una vez comprada, voy a casa y decido hacerme arroz cocido con jamón york para comer, así que cojo un cazo y le lleno de agua para comenzar a hacerlo. Miro el reloj, son las dos menos cinco de la tarde, Dafne estará a punto de comer también así que, espero que tarde poco en llegar. Antes de apagar la pantalla del móvil, una notificación de whatsapp aparece en ella. Dafne.
"¿Qué tal fue la consulta? Nosotros estamos buscando sitio para comer."
"Bien, fue bien, me ha mandado la anticonceptiva... Vale, yo voy a cocer arroz."
"Bueno, ¡no pasa nada! Así es mejor. ¡Que aproveche! Nos vemos luego."
"Igualmente, un beso." respondo y dejo el móvil en la mesa.
Echo el arroz en el agua que ya está hirviendo y me acuerdo de que tengo que avisar a Iam para que sepa que ya estoy en casa, de modo que, remuevo un poco la comida y cojo el móvil de nuevo.
"Ya estoy en casa, he tardado un poco más porque fui a la farmacia a por las pastillas." escribo.
Termino de hacer la comida e Iam no ha respondido todavía pero, no lo doy importancia pues, iba con 45 minutos de retraso y yo he estado bastante tiempo dentro... Al recordar de nuevo ese momento, un escalofrío recorre mi cuerpo y, la preocupación vuelve a aparecer pero, enseguida consigo alejarla recordando sus palabras.
Cuando estoy terminando de comer, el sonido del whatsapp invade la cocina. Cojo el móvil y compruebo que es él quien ha respondido, por lo que abro enseguida el mensaje.
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La Dulce Melodía del Deseo
Подростковая литератураDebo ser una rara especie en el mundo: 23 años, virgen y a punto de terminar mi carrera musical. Por fin me han admitido en el conservatorio de Florencia (Italia) y, cuando he comenzado a colocar lo que será mi futura habitación, mis ojos han ido di...