Capítulo 17

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- Gracias por todo lo que acaba de suceder, eres perfecta. - dice y vuelve a fundir su boca en la mía.

- Deberíamos volver al salón, ya hemos tardado demasiado. - digo sonriendo cuando el beso llega a su fin.

- Sí, pero yo me iré a casa ya.

- Vale... - digo haciendo una mueca pues, en verdad no quiero que se vaya.

- ¿Qué pasa? ¿Por qué esa cara? - pregunta sujetando mi barbilla.

- Nada, tranquilo, volvamos al salón. - digo intentando salir del hueco entre él y el armario.

- Stella... - dice impidiendo que escape.

Le miro a los ojos y, me doy cuenta de que tengo que aprender a disimular más las emociones pues, ésta vez, no tengo escapatoria.

- Dime a qué ha venido esa cara cuando te he dicho que me iré. - insiste.

- A que no quiero que te vayas. - digo en apenas un susurro inaudible mientras bajo la mirada al suelo.

- ¿Qué? No te he oído bien.

- Pues ya lo he dicho, Iam, no quiero repetirlo más.

- ¿Por qué te cuesta tanto decir las cosas?

- No lo sé, soy así... - me encojo de hombros. - Vamos al salón.

Doy pocos pasos y siento su mano envolver mi muñeca tirando hacia él de nuevo. Me envuelve entre sus brazos y apoyo la cabeza en su pecho, deposita un beso en mi pelo y me echa hacia atrás para mirarme a los ojos.

- No quieres que me vaya, es eso ¿verdad?

- Si me escuchaste, ¿por qué quieres que lo repita? - respondo.

- Porque quiero que dejes a un lado la timidez que te caracteriza, Stella, me encantas tal y como eres pero, tienes que expresar más las emociones, no seas tan retraída...

Tiene razón, soy tímida pero, siempre he sido así y, hasta ahora, me ha ido bien. Me enfada que me diga eso pero, por otro lado se lo agradezco, de modo que, si quiere que se lo vuelva a repetir, lo haré aunque ello me lleve a ponerme roja como un tomate y a temblar como un flan.

Cojo aire y le miro a los ojos.

- Está bien. - digo seriamente. - No quiero que te vayas, ¿ya estás contento o quieres que te lo vuelva a repetir?

Una sonrisa ilumina su rostro y, sin decir nada, cubre mi boca con la suya en un beso lleno de sentimientos que no consigo descifrar.

Es un beso tranquilo y dulce, su lengua explora mi boca lentamente y despierta a la mía mientras que nuestras respiraciones se mantienen relajadas. Sostiene mi cabeza con delicadeza y yo coloco las mías sobre su pecho.

Es él quien guía el beso y yo siento que estoy flotando en el espacio, sin gravedad alguna. Me quedaría así el resto de mi vida pero, antes de lo esperado, Iam pone fin al beso y yo necesito unos segundos para asimilarlo.

- ¿Ves? Tampoco ha sido tan difícil. - dice.

- Iam, ¿qué... Qué ha sido eso? - pregunto aún perpleja por el beso.

- ¿A qué te refieres?

- Al beso, no... No ha sido como los demás, jamás me habías besado así.

- Siempre hay una primera vez, signorina. - sonríe. - ¿Volvemos al salón?

- ¿Te irás? - pregunto de golpe y me asombro de mí misma.

- Tengo que hacerlo, ya sabes que mañana trabajo.

- También puedes irte desde aquí. - digo quemando el último cartucho.

La Dulce Melodía del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora