Capítulo 9

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- Iam, Stella, os presento a Leo. - dice mi amiga adentrándose un poco más en el salón y haciéndose hacia un lado para que un chico de pelo negro aparezca justo detrás de ella.

- Buenas tardes. - dice tímido y se acerca a Iam para estrechar su mano. - Encantado Iam. - acto seguido se gira hacia mí y me da dos besos. - Stella...

- Buenas tardes. - le respondo. - Así que tú eres el famoso Leo... - digo mientras le examino detenidamente.

Es un chico delgado, un poco más alto que Dafne, cuyos ojos son de un marrón oscuro casi negro. La verdad es que es un poco más atractivo en persona que en fotos y, en cuanto miro sus brazos, me doy cuenta de que hacer deporte le sienta bastante bien. Aun así, es inevitable sentir una especie de odio hacia él.

- Vamos a mi habitación a que dejes la maleta ¿vale? - dice Dafne y el chico asiente.

Ambos salen del salón y, de mi boca se escapa un pequeño suspiro, aquella situación va a ser demasiado incómoda y no sé si voy a ser capaz de mantenerme callada sin poner a Leo en el lugar que se merece. Siento el brazo de Iam rodearme la cadera y me giro para quedar frente a él.

- Tranquilízate ¿vale? Intenta que esta situación sea lo más cómoda posible para todos. - dice suavemente antes de depositar un beso en mi frente.

- No sé si voy a ser capaz Iam, ese chico...

- Lo sé bella, lo sé. - me interrumpe. - Por eso quiero proponerte algo.

- Dime.

- ¿Pasamos la tarde fuera de casa? Así los dejamos solos y no tienes que forzarte para estar callada.

- Sí, por favor. - respondo sin pensar.

- Perfecto.

En ese momento Dafne y Leo regresan al salón con el portátil de mi amiga, fulmino con la mirada al chico que parece estar disfrutando de la compañía de Dafne y, ésta me hace un gesto para que me controle, el cual hace el efecto contrario en mí.

- Nosotros nos vamos para no tener que verle la cara a este tío. - digo de pronto y Dafne me mira rápidamente como si quisiera matarme.

- Vale... - responde. - ¿Dónde iréis?

- Daremos una vuelta por los alrededores y tomaremos algo. - responde Iam volviéndome a agarrar por la cintura. - ¡Pasadlo bien chicos!

- ¡Y vosotros! - exclama sonriendo.

Un agradecimiento por parte de Leo suena detrás de la voz de mi amiga y, nos dirigimos hacia la puerta del piso pero, antes de que pueda alcanzar la manilla de ésta, Iam me apoya en la pared y funde sus labios contra los míos haciendo que una pequeña chispa de deseo se encienda en mi interior.

- Me temo que al final te has quedado sin postre. - susurro contra su dulce boca.

- Pasar el resto del día contigo también es un postre perfetto, linda. - responde antes de volver a rozar mis labios con los suyos. - ¿Nos vamos?

Asiento y ambos salimos de casa dejando a Dafne y Leo solos.

Pulso el botón del ascensor y, por suerte está en nuestra planta así que, entramos en él y le doy a la tecla 0. Las puertas se cierran ante nosotros y, un silencio incómodo nos inunda por completo a la vez que siento los ojos de Iam recorrer mi cuerpo provocando que mi respiración se altere por la situación. Las puertas se abren y respiro aliviada pensando en lo que hubiera pasado si el ascensor hubiese tardado más en llegar, lo que causa que suelte una pequeña risa en bajo.

- ¿Dónde vamos? - pregunto rompiendo el silencio mientras salimos del portal.

- A un parque.

- ¡Es verdad! Se me olvidaba que eres un niño pequeño. - río al recordar los pucheros que me ha puesto en la comida.

La Dulce Melodía del DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora