No consigo averiguar nada pues, Dafne se mantiene con la cara neutra mirando fijamente el predictor.
- Dafne, por favor, di algo ya. - insisto.
- ¿Embarazada era una o dos rayas? - pregunta.
- Dos. - responde Iam. - ¿Cuántas rayas hay?
- Pues... Aquí hay... Una raya, así que ya podéis poneros a fabricar el bebé porque yo quiero ser tía. - dice al fin.
- ¿¡Una raya!? - exclamo aún sin creerlo. - ¡Os lo dije!
Me abrazo a Iam, quien también parece que ha vuelto a respirar y, me corresponde rodeando mi cuerpo con sus brazos fuertemente.
- Menos mal, porque... - comienzo a decir pero, me detengo al instante.
- ¿Qué sucede? - pregunta Iam cuando me separo de él.
- ¿Quién te ha llamado? - pregunta mi amiga.
- Mi madre. - sonrío levemente.
- ¿Qué te ha dicho? - insiste Iam.
Por un segundo pienso en mentir diciendo cualquier cosa pero, rápidamente lo descarto pues, no me gusta hacerlo, de manera que, cojo aire y suelto la noticia de la mejor forma posible.
- Pues... Que yo voy a acostumbrarme a ver dibujos sí o sí porque está embarazada.
- ¿¡Qué!? - exclama Dafne. - ¿Tu madre embarazada? - asiento. - ¡Madre mía! Menos mal que al final no lo estás porque si no...
- Eso mismo he pensado yo cuando me lo ha dicho...
- Y ¿qué vas a hacer ahora?
Antes de poder responder, veo que Dafne dirige su mirada a Iam y, hago lo mismo.
Está en shock, tiene los ojos muy abiertos y la mirada perdida. Le llamo y le doy varios toques en la cara pero no reacciona.
- Tía, ¿qué le pasa? - pregunta Dafne.
- No lo sé... Está en shock...
- ¿Tan mal le ha sentado la noticia?
- Eso parece...
- ¿Qué hacemos?
- Intentar hacer que vuelva al mundo real. - respondo.
Tras llamarle varias veces, dejarle las mejillas coloradas por los golpecitos y pellizcos y moverle un poco por los hombros, Iam pestañea.
- Ey, ¿estás bien? - pregunto.
- Sí. - responde aún sin mirarme.
- ¿De verdad? Nos has asustado...
- Lo siento... No me esperaba lo de tu madre... ¿Qué harás? - pregunta y regresamos al instante antes de que cayese en shock.
- ¿Por qué me preguntáis eso?
- Stella, tu madre está esperando un bebé, tendrás que estar cerca de ella. - dice Dafne.
¡Es verdad! En eso no me había fijado pero, no puedo abandonar los estudios sin haber empezado por tener que regresar a España, además, el embarazo son nueve meses...
- Tengo que hablar con ella pero, no me iré, de momento. - aseguro.
De pronto, Iam se levanta, se disculpa y desaparece del salón sin más.
- ¿A este qué le pasa? - me pregunto.
- Ni idea. - responde mi amiga y me fijo en que lo he dicho en voz alta. - ¿Por qué no vas a hablar con él? Creo que no le ha gustado la noticia de tu madre y se está poniendo en lo peor...
ESTÁS LEYENDO
La Dulce Melodía del Deseo
Teen FictionDebo ser una rara especie en el mundo: 23 años, virgen y a punto de terminar mi carrera musical. Por fin me han admitido en el conservatorio de Florencia (Italia) y, cuando he comenzado a colocar lo que será mi futura habitación, mis ojos han ido di...