𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ➴kookv

Brothers secret

Taehyung: 10; Jungkook 12

.Juguemos

Bajo la calidez que otorgaba aún el sol de aquella tarde dos hermanos daban vueltas sobre el césped regado recientemente, provocando que sus ropas queden sucias con notorias manchas de color verde que, por cierto, eran el verdadero desafío para la madre de aquellos revoltosos. El jardín trasero donde ambos jugaban era realmente envidiable, prolijamente podado y cuidado, dándole aquellos vivos colores gratos para la vista las variadas flores que los señores Kim se esmeraron tanto en plantar. Sobre todo, le daba aquel aire hogareño los comederos para aves que los mismísimos hermanos hicieron con sus propias manos una tarde en familia, por lo cual era común tener un que otro cantor revoloteando en el jardín. 

Entre un sinfín de risas se va escondiendo lo que queda de sol; toda la tarde se han divertido los pequeños y, sin embargo, no les bastaba. Ya habían recibido una advertencia de su madre diciéndoles que era hora del baño, pero termino cediendo esos diez minutos que sus hijos tanto le rogaron.

—Taetae, juguemos a las escondidas —propone el mayor, Jungkook, aprovechando así el poco tiempo que les quedaba. El contrario asiente efusivamente, contento—. Bien, pero cuentas tu. 

—¡Eso no se vale! Siempre debo contar yo, Kookie... —pero Jungkook paso por alto los labios abultados de su hermanito haciéndole pucheros, corriendo presuroso en busca de un sitio donde esconderse. El menor, resignado, sencillamente cubre sus ojos ocupando sus manos, empezando a contar: —1, 2, 3...5.... Ay, así no iba. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 8, 10, 13, ¡20! ¡Listo o no, a mi Kookie encontraré!

Una vez que sus manos ya nos estorbaban su visión, sus ojos, curiosos y traviesos, observan a su alrededor en busca de su hermano, en algo fuera de lugar que delatara al otro. Suspira decepcionado tras no encontrar ni una pista, y comienza con su verdadera búsqueda a lo largo del jardín pensando que si va de puntillas lograría cual ninja ser sigiloso sin que su hermano lo descubriera. Tras el bello rosal que su madre planto no se encontraba, elevo su mirada hacia el gran manzano y solo pensó en su jugo de manzana guardado en el refrigerador; los arbustos que tanto le aterra meterse con miedo a que se encuentre con una lagartija definitivamente no planeaba ni mirarlos. 

 Y se cansó. Cuando algo no beneficia a Taehyung, no le es de su agrado o diversión, se termina aburriendo con demasiada facilidad. No poder hallar a su hermano era una labor frustrante para el pequeño, sobre todo cuando lo único que quería era entrarse a terminar los capítulos de Peppa pig mientras tomaba aquel jugo de manzana que su padre compro y él lo guardo toda la tarde, mientras comía galletas. Ahora quería llorar, seguramente su hermano ha de estarse riendo de él, sea donde sea que se encuentre escondido, pensando que es un tonto por no poderlo encontrar. Así era su hermano, no obstante, no quería entrar a la casa sin él. Sin su Kookie. 

—¡Jungkook! —grita el menor, colocando sus manos alrededor de su boca como veía en las películas.

No hubo movimiento alguno. De pronto cayó en cuenta que se hallaba solo en el jardín con la oscuridad dando cada vez un paso más, aquellos tontos arbustos convirtiéndose de pronto en algo tenebroso. Abultó sus labios. A Taehyung no le gustaba aquello de su hermano, siempre le gustaba ganar en absolutamente todo; poseía tal ambición de tenerlo todo, que llevaba aquella palabra más allá de lo considerado normal. Aun recuerda aquel día donde fue a apoyarlo en su primer partido de béisbol, el cual desgraciadamente perdió. Jungkook se encargó de hacer un berrinche en medio de la cancha digno de ser recordado, todavía puede ver la decepción y furia como si estuviese impregnada en los ojos de su hermano. Todos los sentimientos que Jugnkook sintió en aquel entonces (de los cuales él jamás hablo) lo consumieron tanto que acabó insultando a todos sus compañeros y a su, como dice él, inservible instructor. Luego de eso, dejo el equipo.