Epílogo

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Las grises nubes cubrían el opaco cielo. Amenazaba con largarse a llover en cualquier momento, el frío viento hacía volar en todas direcciones el cabello de la señora Kim. Pero a esta no le importaba, de hecho se concentraba más en limpiarse sus, al parecer, infinitas lágrimas que salían de sus ojos, derramándose por sus mejillas.

Su esposo se mantenía a su lado, con un brazo sobre los hombros de ella de alguna manera transmitiendole apoyo, aunque en ese momento se podía entender que no haría caso alguno y simplemente querría hundirse en sus lamentaciones y sollozos.

El hombre por su parte se mantenía con la cabeza gacha, con un vacío en su corazón, el cual no encontraba manera alguna con lo cual reponerse si quiera un poco. El querer mantenerse fuerte para su esposa lo rompía y desesperaba cada vez más, solo queriendo liberarse de aquella gran tristeza que se dedicaba a gobernarlo.

Ambos con la vista sobre aquellas pulcras placas que yacían adheridas al suelo, con los nombres de sus dos hijos escritos en ella. Unas bellas flores adornando sobre aquellas placas.

"Kim Jungkook [2000- 2019]"

"Kim Taehyung [2003- 2019]"

De tan solo recordar aquel día, aquel miserable y horrendo día, en el cual no pudo salvar a ninguno de sus dos pequeños, día que fue una verdadera tortura y tragedia para todos. No podrá sacar de su cabeza la espantosa, y última, imagen de sus hijos.

Aquella noche en la cual Jungkook, con su cabeza sobre las piernas de su hermanito dio su último aliento, dejó a un consternado Taehyung al borde de la locura pura. Un estado de espanto y alteración se apoderaba de él, su pulso se aceleraba de una manera casi irreal y su cabeza daba vueltas, sin permitirle el poder del pensamiento.

Un pensamiento que sea coherente y claro.

Lo único que aquel castaño tenía claro, era que había acabado con la vida de su propio hermano. Qué había sido un monstruo sin compasión que le arrebató la vida a otro monstruo; tal para cual. Su cuerpo temblaba con fuerza, su respiración totalmente alterada, sin un ritmo marcado le provocaba un dolor en su pecho.

Sus ojos miraron a Jungkook, sin saber específicamente qué sentir. De tan solo ver la sangre de su hermano salir de su espalda le revolvía el estómago, y el remordimiento atacaba su cabeza de una forma atroz. Lloró. Lloró de una manera descontrolada, se aferraba con fuerza al azabache, apretando la polera de este entre sus puños, implorando hacia los cielos que su hermano no esté muerto.

Sus dedos se ensuciaban cada vez más de sangre, sangre de su ser querido, pero no le importaba, estaba demasiado sumido intentando de hacer despertar a Jungkook de alguna manera que no tomaba en cuenta que su estado tan deplorable le causaba de a poco un daño muchísimo más grande. Desesperado, cual niño pequeño aferrándose a su peluche favorito por las noches cuando siente temor, estrechaba sus temblorosos brazos contra el mayor, llorando contra su espalda sin poder creer la abominación que acaba de cometer.

"Mate a Kookie... ¡Mate a Kookie! ¡Soy un monstruo! ¡La quité la vida a mi hermanito! Y-yo... Yo no merezco seguir mirando a Kookie..."

Taehyung se alejó de su hermano, despacio. El sonido de una ambulancia se hizo presente, y los gritos de su madre del otro lado de la puerta de hicieron presentes. Cómo pudo, se puso a gatear sobre el frío suelo, ya que sus inestables piernas debido al miedo no le permitían mantenerse estable.

-¿Taehyung? ¿Jungkook? - la voz de su madre tras la puerta le llegó a sus oídos. No sonrió, no se puso contento de que ella esté ahí. Simplemente no contestó y siguió gateando lento- ¡Abran la puerta ahora! ¡Por favor! ¡Jungkook!

El castaño siguió gateando hasta llegar junto a la ventana, dónde junto al suelo yacía la pistola que anteriormente Jungkook cargaba.

"No merezco seguir mirando a Kookie así...

Taehyung nuevamente se movió sobre el suelo, tembloroso, hasta llegar junto a Jungkook, de pronto sintiendo como sus ojos volvían a picar para seguidamente dejar brotar lágrimas de estos.

...porque yo me iré con él"

Por la ventana rota, el rostro de su madre se asoma, y pierde el equilibrio ante lo que sus ojos ven. La escena más horrible y lamentable que una madre, o cualquier ser humano podría llegar a apreciar. La mujer se quedó sin respiración y con la boca abierta, cegada por el miedo, no pudo decir ni hacer nada, por más que quisiera.

Veía como su hijo menor se acomodaba a un lado de su otro hijo, el cual, se encontraba inerte y manchado de sangre sobre el suelo. La mujer sintió como unos pasos apresurados se acercaban hacia ella, pero no volteó.

Taehyung, decidido a sufrir tal condena, acomoda a Jungkook contra su pecho. Lo apreta contra sí con fuerza, llorando de una manera grotesca y desesperada, su pecho bajando y subiendo frenéticamente. No se percató de su madre observándolo con consternación, así que, limpiándose como pudo sus lágrimas con la manga de su chamarra, lleva la pistola hacia su cabeza, temblando al tan solo mantenerla apuntando hacia su propio ser.

La mujer abrió sus ojos lo más que pudo, de una forma prácticamente digna de una caricatura. De reojo, pudo apreciar como los oficiales llegaban de a poco a su lado, otros hacia la puerta, comenzando a empujarla con fuerza con insistencia.

Por un momento, Taehyung tal vez pensó en que no debería hacer aquello. No debería irse al mismo infierno que su hermano; pero los monstruos can al infierno, y lamentablemente, ahora él era uno.

El castaño cerró sus ojos, colocó uno de sus dedos sobre el gatillo mientras que con su otra mano se abrazaba al cuerpo de su hermano. Mordió su labio inferior, intentando de pensar cosas bonitas, cosas que lo distraigan de su estado. Solo hizo llegar a él más recuerdos junto a Jungkook; su cabeza dolía a más no poder, y lentamente sus temblores iban disminuyendo. Sonrió, esa sonrisa porque compensaría todo. Estaría con su hermano de la manera en la cual sea ya que estaba decidido a cumplir estar junto al azabache para siempre.

En sus ojos brillantes debido a las lágrimas, el rostro de Jungkook se refleja. Sonríe melancólicamente, y acaricia una última vez los cabellos negros del contrario, apartando el flequillo de sus ojos. No podía soportar más, su cuerpo, su cabeza iba a colapsar.

El aire salió de los pulmones de la mujer y el sonido la dejó ida.

Quiso gritar, quiso llorar, quiso detener a Taehyung, pero ya era demasiado tarde cuando el menor apretó el gatillo, apreciando como su cabeza era empujaba por el impulso hacia un lado y salpicaduras de sangre salían volando. Finalmente, su cuerpo cayendo en un sueño infinito junto al de su hermano.

Ambos, juntos en el mismo infierno.



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𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ➴kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora