Capítulo 17

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—¿Qué quieres hacer? —indaga Jimin al estar ya un rato caminando con su mano entrelazada a la de Taehyung. Quería que esté dejará de darle muchas vueltas al tema de Jungkook, Jungkook no era importante en ese momento, lo eran ellos, y si, él se encontraba muy celoso.

—Mmm... ¡Ya sé! —el castaño se vio entusiasmado de pronto, y miró al mayor con brillos en sus ojos—¡Vayamos a un café! Uno de esos que tienen animalitos. Bueno, solo si quieres.

—Si, me parece muy bien—asiente el rubio, caminando en dirección hacia el café. No esperaba menos de Taehyung, un chico amante de los animales, no le sorprendía aquella desición.

Lamentablemente, aún Jimin no podía manejar, y eso le molestaba ya que tanto para él como para Taehyung les hubiese sido más fácil si se tuviera auto para transportarse donde quisieran. Qué linda cita, Jimin. Llevas a tu novio a pie. Se golpeaba mentalmente, pensando en cómo es tan idiota para no haber pensado en eso antes. A Taehyung le debe molestar el tener que estar caminando.

Aunque no quedaba muy lejos el lugar al cual deseaban ir, Jimin sabía que había hecho mal al planear todo. ¿Qué planes? Si ni siquiera sabía a dónde irían desde un principio. Sin duda, esto iba a salir un total fracaso.

El trayecto hacia el café no fue muy extenso, y aunque a Jimin le inquietaba un poco si el castaño tal vez ni siquiera se estaba divirtiendo, todo quedó en segundo plano cuando el.menlr comenzaba a hablarle como normalmente lo hace, sacando a ambos de un silencio totalmente incómodo, comenzando a sacar temas triviales pero divertidos.

Una vez llegaron al café, Taehyung se sintió muy emocionado. A pesar de saber de la existencia de aquel café, jamás había entrado en él, y hacerlo ahora le causaba mucha ilusión. El establecimiento era de un tono celeste pastel, todo siendo rodeado por una cerca color blanco, impidiendo que los pequeños perritos que se encontraban dentro no huyeran. Emocionado por haber visto ya a diferentes razas, sin soltar la mano del rubio, lo jaló hacia dentro del café.

Dentro era todo muy colorido con tonalidades muy suaves, mesas de maderas color blancas, cojines por todas partes al igual que juguetes y perritos meneando sus colas felices de ver a tanta gente ese día.

Se sentaron en una mesa, una al lado de la ventana y cerca de una cerca más pequeña en la cual habían perritos que aparentaban tener solo uno o dos meses de edad. El castaño se sentía emocionado, y no sabía porqué estarlo más: que su cita hasta ahora iba saliendo bastante bien, o que literalmente se encontraba rodeado de animales.

No sabía si iba a poder concentrarse mucho teniendo a tantas bolitas de pelo esponjosas meneando su cola pasando por su lado todo el tiempo. Solo quería ir y jugar con ellos.

—¿Qué quisieras pedir?—Jimin mira al castaño esperando una respuesta, pero alza una ceja cuando lo ve más enfocado en unos perritos ladrandose mutuamente que en la carta—¿Tae?

—¿Ah? Si, mmm...—abre la carta y mira rápidamente todo lo que hay escrito en ella. Bueno, con tantas cosas se le era complicado decidirse por una sola; era un glotón, pero no era el momento para comenzar a comer como cerdo— Un milkshake de chocolate.

El mayor asintió sonriendo, y alzó la mano llamando a una mesera para darle la orden. Mientras la chica anotaba todo en una libreta, Taehyung no se encontraba escuchando, es como si estuviese al ciento por ciento enfocado en los perritos y eso a Jimin le causó una sensación de malestar. ¿Enserio Jimin? ¿Celoso? ¿¡Por un animal!?

Bueno, si Jungkook lo era, entonces estaba acostumbrado a sentir celos hacia los animales.

—Taehyung—no obtuvo respuesta. Bien, no estaba correcto que sienta celos tontos, pero era su cita y mínimo debería prestarle atención, ¿No?—¡Taehyung!

—¿Si?

—¿Podrías prestarme atención, porfavor?— el castaño notó el ceño del mayor fruncido, y se preocupó. Se dejó llevar mucho por las bolitas de pelo. Se enderezó y miró a Jimin, apretando sus labios ante su error —Perdón. Solo... Siento que quedé de segundo por los perritos.

— Jimin, enserio, lo siento—Taehyung toma la mano del nombrado por sobre la mesa, sintiéndose totalmente culpable ante su falta de preocupación por su pareja—. Me dejé llevar. Creo que a fin de cuentas fue mal lugar para elegir.

—No, no lo fue. Es un lugar bonito y cálido, te gusta el sitio y con eso está bien.

¿Por qué Jimin era tan amable? Sintió su corazón palpitar aceleradamente cuando el contrario comenzó a darle caricias a su mano de manera gentil, mirándolo intensamente. El menor no sabía qué hacer, o qué decir, esos momentos incómodos en donde gobierna la vergüenza se le hacía una situación difícil de llevar para él.¿ Se supone que debe seguirlo mirando, o tal vez besarlo, o igualmente darle caricias o sonreírle? ¿Por qué todo era complicado? Se sentía nervioso estando bajo la mirada del rubio.

— Aquí está su pedido—la misma chica interrumpe el contacto de ambos, cosa que Taehyung agradece de alguna manera. Deja la comida sobre la mesa y se retira con una sonrisa.

El castaño recién se dio cuenta que Jimin había ordenado comida demás, tal como galletas, pasteles y dulces que desconocían pero realmente se veían delicioso. Mientras le daba un sorbo a su milkshake, notó que Jimin solo bebía una Coca-Cola, así que le ofreció del suyo.

—Oh, no gracias Taetae. Me gusta la Coca-Cola, en verdad—el rubio le dio un gran sorbo a su líquido y soltó un sonoro suspiró de satisfacción—Hace tiempo que no bebo esto, mamá compra más Sprite.

—¿Por qué?

—Dice que la Coca-Cola es mala—se alza de hombros, y lleva un dedo a sus labios en forma de que guarde silencio—. No le digas que estoy bebiendo de esto, es nuestro secreto.

Taehyung solo asiente, y Jimin solo buscaba de alguna rara manera evitar cualquier silencio que incomode al menor. Veía totalmente abonado el cómo su novio comía bastante feliz las galletas, especialmente de chocolate. Y bueno, a Tae le gustaba demasiado el chocolate, se lo veía venir.

Una vez acabaron de comer, se levantaron y se sentaron ahora en el suelo, Jimin viendo la emoción en los ojos de Taehyung cuando un perrito se le acercó para lamerle la mano. Veía como éste le acariciaba y el perrito, de un color negro con unas cuantas manchas marrones claras le ladraba y movía su cola demostrando felicidad.

A pesar de tener tantas criaturas pequeñas y adorables, el rubio solo podía concentrarse en una, una que provocaba un aceleramiento en su corazón, la única criatura que le hacía quedarse embobado mirándolo por horas sin siquiera cansarse. No sabía si Taehyung sentía lo mismo, una de las tantas cosas que le preocupaba y se acumulaba en sus inseguridades, pero en este momento no le tomaba demasiada importancia, el rostro lleno de euforia de su tae le bastaba para hacerlo sentir verdaderamente bien por este día.

Taehyung giró su cabeza para mirar a su novio, sintiéndose nervioso Alf Arse cuenta que este ya lo estaba mirando hace un rato. Dejó aquello de lado y tomó el perrito entre sus brazos para enseñárselo a Jimin, y sonrojado a más no poder dijo:

—Este puede ser nuestro hijo—ambos corazones palpitar en sincronía, y ahora a Jimin le tocó sentir una sensación de nervios y felicidad. ¿Un hijo? ¿Con su Tae? Este día no sabría cómo expresarlo en palabras, no podría, sentir su pecho tan lleno de alegría que no podía dejar de sonreír como un bobo enamorado cada dos por tres.

Ambos se inclinaron y se besaron, suave y dulce, expresando a través de un beso el cariño que se tenía por el otro.

—Gracias por hoy, Jimin—dijo Taehyung, sintiéndose raro por haberse besado con su novio frente al perrito. Pobrecito. Igualmente, sintió su corazón lleno de felicidad, pudo decir que hoy su salida con Jimin fue mejor de lo que esperaba, y cada vez sentía que ese era el chico correcto para él.








𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬 𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 ➴kookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora