KingBooigi Shits

«34»

Mantener una relación en secreto es difícil, y más si tu hermano mayor es un sobreprotector contigo.
Luigi llevaba saliendo en secreto con King Boo aproximadamente unos tres meses, no se veían muy a menudo, solo cuando Mario salía a rescatar a la princesa. Y hoy, seria su día de suerte, pues anteriormente su hermano le había dicho que saldría a rescatarla, eso significaría ver de nuevo al ente.

Eran máximo las seis de la tarde, Luigi se arreglaba para salir, supuso que Mario ya no estaría en casa, pues no lo había escuchado marcharse, pero tampoco se veía ninguna señal de él dentro.
Tomó sus llaves dispuesto a salir de casa.

—¿A dónde vas? —Luigi se tensó al escuchar la voz de su hermano venir tras su espalda, se giró lentamente para ver que estaba ahí.

"Mamma Mia, esto es una mala jugada."

—¿No ibas a rescatar a Peach? —Ignoró completamente yendo directo al grano, tratando de no parecer nervioso.

—Ya lo hice, —el de verde se extraño —fue rápido esta vez, creo que es un nuevo record para mi.

El de rojo rió leve para volver mirar a su hermano.

—¿A dónde ibas?

—Yo... —Trataba de poner una excusa, la que sea estaría bien mientras Mario le creyera —I-iba a salir a con Yoshi por unos helados.

Mario se le quedó viendo por unos minutos, Luigi mientras tanto trataba de no hacer contacto visual con él, eso le pondría más nervioso.

—Cuando regreses traeme una paleta.

El menor de los hermanos sonrió y se calmó un poco para después salir de casa.

Cerca del bosque, ahí se encontraba el fantasma esperando al chico de verde, se estaba impacientándose un poco al ver que no llegara.

—¡Hola! —Exclamó, el monarca volteó a verle con una sonrisa en cara —¡Lamento la tardanza!

—Por un momento creí que no vendrías.

—Lo lamento, mi hermano estaba en casa y me pregunto a dónde saldría.

—Espera, ¿qué no dijiste que saldría a rescatar a la princesa?

—¡Volvió pronto! Ni siquiera sé cuándo salió a por ella.

—... Bueno, eso ya no importa, por lo menos estas conmigo ya, te echaba de menos —Dijo King Boo mientras lo tomaba de las mejillas y le dejaba besos en ellas.

Su salida fue normal, los bosques eran el mejor lugar para que nadie los encontrara y estuvieran solo los dos. Hablaban de cosas como que les había sucedido en sus días, lo mucho que se amaban y querían, se daban besos y se hacían cosquillas. Se amaban demasiado.

De un momento a otro, Luigi había perdido la noción del tiempo, eso hasta que vio su teléfono con tres llamadas perdidas de su hermano.

—Diablos, espera... —Apartó al monarca quién lo estaba abrazando para tratar de devolverle la llamada a su hermano.

—Buzón de voz, la llamada se cobrara al- —Colgó.

—¿Pasa algo?

—¡Acompáñame rápido a casa!

Luigi llegó a su casa un tanto nervioso por lo que diría a su hermano, por lo menos ahí estaba sentado.

—¡Hola! —Saludó el menor aún con los nervios a tope.

—¿Y mi paleta?

—¡Oh! —Golpeó su frente —Diablos, lo lamento, se me olvidó pasar por ella, deja voy a traertela hermanito.

Luigi volvió a salir de casa, a fuera estaba el monarca esperándolo.

—¿Y bien?

—Acompáñame rápido, por favor.

«...»

Y ahí iban los dos de regreso a casa del fontanero, Luigi traía en su mano derecha la paleta mientras con la izquierda tomaba la mano del fantasma.

Todo parecía tranquilo, el fantasma movió su mano para que el de verde diera una vuelta, ambos rieron, nunca creían ser tan cursis.

El fontanero volvió a su vista de enfrente encontrándose en la otra calle a Mario, con una cada de pocos amigos, ahí soltó la mano del ente.

—¡Ma-mario! —Exclamó con una sonrisa nerviosa en cara al ver que este se acerco a ambos.

El mencionado no decía nada, sólo lis miraba a ambos. Luigi sentía que estaba jodido.

—Toma —El menor sin saber qué hacer le dio la paleta al de rojo.

Mario la tomó para después darse la vuelta.

—Te veo en casa Luigi.

El de verde se puso más nervioso de lo usual, el Boo se acerco a este tomándolo del hombro.

—Eh, ¿quieres que hable con él? —Sin decir ninguna palabra, el fontanero asintió tapándose el rostro muerto de pena.

Mientras Mario seguía su camino, el monarca se coloco frente a este detengo su paso.

—Hola Mario, parece que no nos hemos presentado de frente a frente.

—Largate ahora.

—Sólo quiero hablar, tu hermano es mayor de edad y creo que tiene todo el derecho de salir y andar con quién sea.

—¿Y tú te crees la persona correcta para hacerlo? —Rió con sarcasmo —¡Eres un villano!

—Sí, tal vez lo sea, pero preguntale a tu hermano cuántas veces le he hecho algo.

Mario se extraño volteando a ver a sus espaldas a Luigi, este respondió a que ninguna vez le hubiera aunque sea alzado la mano.

El mayor suspiró un tanto frustrado, si protegía a su hermano era por su bien.

—Mañana a las ocho, quiero que vengas a cenar y explicarme bien todo este asunto.

Dicho esto, el de rojo apartó al fantasma, dando la oportunidad de que Luigi se acercara.

—¿Qué te dijo?

—Mañana hay comida gratis para mi.