KingBooigi Shits

«37»

Era un día caluroso y ambos ya hacían en un parque, no podían entender como de estar a 26°C la temperatura haya aumentado unos 35°C.

Pero eso no los impediría que su cita se echara a perder.

Lo malo de esto, es que el Boo, ya que no puede estar mucho tiempo bajo la luz del sol y menos en esas temperaturas, tuvo que irse debajo de un gran árbol frondoso, así arrastrando a su pareja.

—¡Qué calor hace! —Exclamó Luigi abanicando su cuerpo con su mano.

—Luigi.

—¿Hm?

—Ven aquí.

El de verde un tanto confundido, se acerco a su pareja. King Boo lo puso encima de sus piernas, mirándolo detenidamente.

Nadie decía nada, sin embargo, poco a poco empezaron a acercarse más y más hasta tal punto de empezar a besarse apasionadamente.

Todo iba tan bien hasta que el monarca puso una mano en los glúteos del menor, así sacándole un suspiro de imprevisto.
Luigi decidió ignorarlo, pues una que otra vez hacía eso y no le molestaba.
Las caricias sin embargo empezaron a subir hasta su abdomen, el ente empezó a tocarlos con tentación.
Luigi se separó después de eso.

—¿Qué estás haciendo? —Preguntó un tanto sonrojado.

—Oh, disculpa, ¿puedo?

—¿Eh?

—Luigi~ —Ronroneó pegándose más a él —Se supone que soy un fantasma y no debería tener calor, sin embargo, me siento... Muy caliente~.

Aún más sonrojado por la respuesta, Luigi seguía sin entender del todo.

—¿Puedo?

Con pena, asintió, el monarca puso su mano derecha en su pecho, empezó a bajar lentamente hasta que llego a la parte de abajo de la camisa. Metió su mano y empezó a apretarlos y acariciarlos, sacándole suspiros al de gorra verde.

King Boo volvió a besarlo con más deseo, ahora sus lenguas peleaban una contra la otra.
Quitó su mano del pecho del otro y empezó a bajarla a su entrepierna, ahí Luigi se detuvo al sentir ligeros roces a su miembro contra la mano del otro.

—E-espera, es un lugar, público —decía entre jadeos.

—Vamos Luigi, sólo algo rápido, además, ya no hay nadie aquí. Por favor amor~

—¿Ju-juras que será rápido? —Preguntó tratando de no gemir.

—Lo prometo.

Sin esperar un sí o un no de Luigi, desabrochó el pantalón de este, metiendo su mano para poder estimular el miembro —ya erecto— de este.

Los gemidos no se hicieron esperar, trataba de ser lo más cauteloso posible pero a como iba el mayor era imposible.

—¡A-ah~! King Boo...~ Pa-para~

—No grites, además te está gustando.

—Hmm, Boo~ —Se mordió el labio para no seguir.

Las piernas del menor empezaban a temblar, el rey vio esta oportunidad para aumentar su velocidad moviendo su mano de arriba a abajo.
El líquido blanquecino empezaba a salir, Luigi ahogó un grito ocultando su rostro en el pecho de King Boo al momento de venirse.

—Juju, ¿sabes? creo que ya no tengo calor —Respondió entre leve risas ayudando a volver a vestir al menor.

—Eres un idiota.