I am not easy [Fillie]

Chapter 24

Lección de volleyball

-El teléfono con el que se quiere comunicar esta fuera de servicio-Rodé los ojos-Si quiere dejar un correo de voz, presione 1

No dejé que siguiera hablando y presione la tecla correspondiente. Solté un resoplido. Coloque el micrófono del teléfono cerca de mi boca y comencé a grabar

-Sadie, ey-Dije algo nerviosa-Es como el cuarto mensaje que les dejó a ti y a Sophia. Oigan, se que están enojadas, aunque no se porque, pero podrían por favor contestarme. Todos se enojaron conmigo y ya no se que hacer. Por favor, ¿pueden...?

El pitido corto la grabación del mensaje y apreté el artefacto con fuerza para lanzarlo sobre la cama. Me tome de la cabeza y cerré los ojos para conservar la consciencia. Se aguaron al abrirlos y solo pude soltar una lagrima antes de volver a la normalidad.

¿Que voy a hacer ahora? Mis amigos no quieren hablarme, los casi nuevos tampoco. Hoy falte al colegio porque estuve toda la noche llorando. Mi mamá me lo permitió, sin tener que preguntarme el por qué. Se lo agradezco, ya que no estoy en un buen momento para hablar.

Necesito despejarme un poco. Tome mi teléfono y lo guarde en mi bolsillo. Me coloque una chaqueta de cuero de color negro y me peine un poco con mi mano para salir de mi cuarto. Pase por la sala central sin decir una palabra. Salí de la casa.

Comencé a caminar sin dirección alguna. Voltee a ver la casa Wolfhard y note como alguien bajo la persiana de su ventana al voltearme a verla. Rodé los ojos, no estoy para tus caprichos, Wolfhard. Encerré mis dedos en los bolsillos de mi jean. El día esta nublado, y hace un poco de frío.

Después de caminar unos cuantos minutos, llegue al parque. Me encogí de hombros por el escalofrío que le agarró a mi cuerpo cuando una masa de viento frió pasó sobre mi cuello descubierto. Me acomode los bordes de la campera y me dirigí a un banco para sentarme.

Voltee inconscientemente hacia la cancha de basketball. Donde está locura con Wolfhard empezó, de nuevo. Sonreí a medias, al menos logre que no me hablara más, que no me molestara más. Aunque no se si eso es lo que quiero ahora.

Pensándolo sin cabeza fría, no debería tratarlo mal. Ya tiene suficiente con su familia desaparecida. No tiene porque soportar una chica caprichosa que no pudo superar un rencor. Que estupida que fui, como pude tratarlo así. Pasó hace un año, ¡un maldito año, Millie! Eso no es rencor, es una obsesión seria.

Un golpe en mi cabeza me despertó de mis pensamientos.

-¡Auch!-Me agarre la parte trasera de la cabeza

-Lo siento-Escuche una voz detrás de mi y voltee-No quise...

Alce mis cejas sorprendida. Me levante de la banca y le sonreí falsamente a la persona. Tome la pelota entre mis manos. El dueño solo calló cuando me vio y me dedico una mala mirada.

-Hola, Noah

-Brown-Rei un poco-No te vi

-Dudaría el hecho de que "sin querer" me golpeaste con una pelota de...-La inspeccioné entre mis manos-...plástico

El apretó sus manos hechas un puño y se inclinó hacia mi con un rápido movimiento. Me arrebató la pelota entre mis manos y volvió a paso firme hacia una nena pequeña de coletas. Rodé los ojos sonriendo y me volví a sentar en la banca.

Tome el celular para revisar si alguien había mandado algún mensaje. Ninguno, ni siquiera en el grupo de "Según Sadie, los pingüinos vuelan". Baje mi mirada algo decepcionada.

-Hola-Dijo una tierna voz en frente de mi

Alce mi cabeza para encontrarme con la nena de coletas que está jugando con Noah. Le sonreí tiernamente, con el ceño levemente fruncido, y ella me devolvió la sonrisa.