- Chapter VI -

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— ¿Quieres beber algo? —el silencio fue la respuesta a su pregunta— Deberías tener sed, después de un día caminando.

De nuevo, solo silencio.

JongHyun observaba sus manos con un aspecto tranquilo. Rendido. Había despertado después de que el sedante dejara de tener efecto en su cuerpo, seguramente solo habían pasado un par horas desde que se cruzó con el lobo, porque aún notaba el cuerpo pesado y entumecido. Despertó en el sofá donde aún se encontraba, estaba en un salón común, similar al de Key: Aspecto clásico y de madera.

— Hey, ¿quieres comer algo? ¿Qué te apetece? —frunció de nuevo el ceño ante el silencio de JongHyun.

Tal vez lo más raro no era despertar en aquel sofá, sino que al incorporarse lo vio a él: el hombre del lobo había estado en el sofá enfrentado al suyo en todo momento. Ese hombre solo bebía de un vaso de lo que parecía un alcohol de alta graduación. Lo tomaba como si se tratara de agua.

Era inquietante.

— Oye, Protegido, ¿no vas a decir nada? —suspiró— Al menos dime como te llamas, o algo... Yo soy Choi MinHo ¿y tú?

Dudó. No quería ser llamado Protegido, le parecía irónico. ¿Protegido de un asesino en serie? ¿Qué diablos significaba aquello? Pero por supuesto, si decidía darle el nombre, le estaría entregando aquel distintivo que Key había creado.

— Kim JongHyun —podría haberlo creado ese asesino pero se negaba a abandonarlo, era como volver a perder su identidad. Le aterraba.

Volvía a caer en las garras de Key. ¿Sería algún síntoma del Síndrome de Estocolmo? ¿Era ese en el que los secuestrados cogían apego a sus secuestradores y se volvían dependientes a ellos, no? ¿Se estaba volviendo loco?

Probablemente.

JongHyun observó al hombre delante suya. Era mucho más alto, de pelo negro carbón y brillantes mechones largos. Tenía una media sonrisa que denotaba lo divertido que se sentía en aquella situación, sabía que JongHyun estaba en sus garras y no podría huir. Sus ojos eran enormes y expresivos, le daban un toque más humano que a Key, parecía un hombre que se movía por intereses propios.

— ¿Trabajas para Key?

— ¿¡Para KiBum!?

Empezó a reír sonoramente. Los criados que estaban cerca lo miraron algo curiosos y asustados. JongHyun solo lo observó con una cara seria y cabreada, no estaba jugando y precisamente aquello hizo reír más fuerte a MinHo.

— No te han explicado nada, eh —dijo mientras se secaba una lágrima que de tanto reír había caído por su mejilla—. Odio cuando los Protegidos son unos estúpidos.

— Pues explícamelo tú —el pelinegro lo analizó, sopesando sus opciones.

— De acuerdo —se incorporó en el sofá y luego tragó el contenido de alcohol que le quedaba en el vaso—. En Gyeoul hay tres familias: Kim, Lee y Choi. Uno se convierte en líder de familia cuando cumple los 25 y se gradua, ya sabes, de una carrera antes blablabla, eso no es importante.

— ¿Entonces para qué me lo estás contando?

El pelinegro parecía sorprendido ante la valentía —o estupidez— de aquel rubio. JongHyun ya estaba acostumbrándose a aquellos idiotas y poco miedo les tenía ya, o eso pensaba. Si querían matarlo, lo harían, ya de paso no se guardaría sus comentarios mordaces.

— ¿Quieres que te lo cuente o no, JongHyun? —su nombre pronunciado por aquel hombre mientras lo miraba con ojos de advertencia fue suficiente. Asintió temblando ligeramente, ocultando con todas sus fuerzas el miedo. Se rió mentalmente de aquella falsa creencia de que ya no tenía miedo. Sí lo tenía, lo impredecibles que podían resultar aquellos hombres le hacían temblar.

Despertar una nevada medianoche 【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora