- Chapter XVII -

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Observó como Key lo esperaba en la entrada de la mansión, este se giró al escuchar como bajaba las escaleras. JongHyun sintió un escalofrío al conectar sus miradas, podía distinguir un brillo enigmático pero sombrío que antes no detectaba. El eco de sus tacones de las botas para montar provocaba que su corazón se moviera deprisa, alterado por los sucesos que ocurrirían en unas horas.

No había podido dormir aunque se había pasado el resto del día tirado en su cama... en la de ambos. Los criados lo habían atendido de manera silenciosa y tranquila, como siempre, y aún así él sabía que algo había cambiado. Ellos tampoco estaban enterados de la condición de JongHyun hasta el día anterior.

Observó la sonrisa de Key, como su desbordante alegría y tranquilidad lo incomodaba. JongHyun también quería sentirse así, pero no podía. Dios, estaba aterrado, querría jamás enfrentar esa realidad que cada vez le golpeaba más cerca.

¿Quién era él? Aquella pregunta le consumía hasta la saciedad y desgraciadamente aún no tendría respuesta.

Las campanadas del reloj indicaron que efectivamente, eran las doce. El ruidoso sonido en el salón jamás se había escuchado desde su cuarto, era extraño y a la vez entendible por la gran dimensión de la mansión.

— Qué puntual, JongHyun —comentó risueño el pelinegro.

El forastero no respondió y solo le siguió lado a lado para salir a los jardines. La nieve rodeaba todo el paisaje y a pesar del claro y gélido viento que los golpeaba, JongHyun fue dolorosamente consciente de que él no sentía frío. Desde luego no era inmune a la sensación, solo mucho más resistente a ella. ¿Cómo no lo había notado antes?

Los árboles se apoderaban de los sonidos de la noche, el viento daba suaves susurros al pasar por ellos. La oscuridad prácticamente total si no fuera una luna brillando con una sonrisa. Todo el paisaje tenía una belleza macabra que erizaba el bello de JongHyun.

— JinKi me ha dicho que seguramente ahora tendrás una visión humana, ya que tu ojo se ha desacostumbrado a la caza —explicó junto al rubio—. No te preocupes, en unos cuantos días de práctica volverá a la normalidad.

Él solo permaneció en silencio. Tenía que resistir las ganas de agarrar la mano de Key, que de vez en cuando se rozaba con la suya. Estaba asustado y se sentía perdido en un lugar al que no pertenecía, pero el hombre a su lado era un refugio... o al menos lo parecía. Y JongHyun se negaba a necesitarlo.

— ¿No hablas? ¿Estás enfadado? —cuestionó curioso y algo preocupado.

— No sé que decir.

La respuesta satisfizo al vampiro pelinegro, que de improvisto agarró la mano del hombre a su lado. Todas las defensas de JongHyun se derrumbaron.

— Usualmente cazamos con lobos —el novato lo observó asustado, incluso con la oscuridad, Key pareció notarlo—. Los caballos no son nocturnos, JongHyun. Los lobos de Gyeoul son bastante grandes, ya conociste a Roo. Si se doman se pueden montar, eso corresponde a la familia Choi usualmente —la sangre de JongHyun se heló solo de pensar en aquellos monstruos—. Pero hoy no será así. Iremos con luces y caballos, ya que es tu primera vez y no ves bien.

La sonrisa de Key brilló entre la penumbra y el rubio solo pudo asentir ante el otro hombre. Era demasiado bello, Key estaba fuera de los límites de la belleza terrenal. Su mirada cariñosa lo drogaba de tal manera que JongHyun dejaba de pensar en todas la alarmas que sonaban en su cerebro.

Desde la distancia, JongHyun distinguió el establo y tembló.

— No estés nervioso, vamos a pasarlo bien.

Despertar una nevada medianoche 【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora