- Chapter XXI -

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JongHyun se llevó otro bocado de la carne a la boca, en silencio mientras los líderes de familia conversaban entre ellos. Llevaban alrededor de media hora así, tratando temas sobre JongHyun y la excesiva cantidad de víctimas de los últimos días.

— KiBum, es una locura ¿11 personas en menos de un mes? —Onew calló un segundo en el que todos permanecieron con los nervios de punta— Estás llamando mucho la atención, son demasiados cuerpos.

El rubio bebió algo de agua, llevaban diciéndose lo mismo desde que los criados les trajeron la comida. JinKi se encontraba liderando la mesa, a sus laterales estaban MinHo y KiBum. El menor y él habían sido prácticamente marginados a los lados, TaeMin junto a Choi y JongHyun junto a su pareja.

— Es necesario para que JongHyun se acostumbre a esto —rebatió el Señor de la casa Kim, seguro de su técnica para educar al rubio. A ninguno parecía importarle las víctimas, más que nada tenían pánico a llamar la atención.

La discusión continuó de aquella manera, la pelea de los dos líderes mientras MinHo se mantenía al margen. Parecía acostumbrado a aquellas situaciones. JongHyun levantó la mirada mientras tomaba los últimos bocados de su postre y sus ojos conectaron con los fuertes y rebeldes orbes de TaeMin. Cierto, él no había acudido allí para comer algo o escuchar a KiBum pelear, necesitaba hablar con el menor vampiro urgentemente.

TaeMin levantó una ceja al ver la penetrante mirada que le dirigía el protegido.

— Disculpad, —cortó de repente el rubio, recibiendo una mirada de molestia de los otros tres— ¿puedo ir a hablar con TaeMin mientras vosotros continuáis con esto?

Todos los ojos se dirigieron hacia el Señor de la casa, que aceptó con una sonrisa falsa. JongHyun se asustó, ¿no podía saber ya todo, no? JinKi resultaba intimidante siempre, pero aquellos ojos que gritaban que lo sabían todo eran lo peor.

El más joven lo observaba dubitativo mientras ambos se alejaban del comedor hasta llegar al salón principal. JongHyun pretendía irse más lejos, donde los ojos espías de los criados no pudieran hacer llegar al Señor Lee la conversación que tendría con su hermano pequeño, pero la molestia en TaeMin desveló que no iba a avanzar hasta saber que diablos ocurría.

— ¿Qué diablos quieres, Protegido? —preguntó con enfado.

— Vamos a un lugar más privado —cuando el otro hombre iba a reprochar, JongHyun le dedicó una mirada de advertencia.

TaeMin calló, el rubio parecía no estar de humor para sus quejas inmaduras así que asintió.

— Vamos a mi habitación.

Bajo la atenta mirada de los criados, que no tardarían en informar a Onew sobre su ubicación, el par de vampiros subieron las ostentosas escaleras hacia la segunda planta. JongHyun analizó la habitación del otro hombre con detalle, tonos negros y rojos se mezclaban para crear un pequeño oasis juvenil entre tanto color blanco y madera oscura. Las paredes de tonos opacos combinaban con esos muebles negros y ligeros toques rojo brillante acababa de dar la elegancia de un hombre joven. Era una habitación grande sin muchos muebles en ella, así que la sensación de amplitud era mayor. Definitivamente aquello no lo habían diseñado ni Onew ni TaeMin.

Ambos se sentaron, JongHyun en una butaca carmesí y TaeMin en el sofá delante de esta.

— ¿Qué ocurre? —cuestionó el joven con un tono mucho más suave y curioso.

— Necesito averiguar de donde vengo, saber sobre mi vida antes de llegar a Gyeoul —el silencio se apoderó de la sala durante unos segundos mientras TaeMin le observaba como si acabara de decir la estupidez del siglo.

Despertar una nevada medianoche 【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora