- Chapter VII -

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Key se alejó pero no soltó la mano que tenía en su nuca. Miró a JongHyun con esa agresividad y enfado que alteraba tanto al rubio. No quería cabrear a aquel monstruo, aquello el forastero lo tenía claro.

— No te vuelvas a intentar escapar, ¿me has oído? —advirtió.

— Sí.

Con la rapidez con la que había llegado, se volvió a dirigir a la puerta, donde le esperaba aquel joven llamado TaeMin. Por la explicación de MinHo, había descubierto que aquel mocoso era el hermano menor de Onew. Aquel era también el niño al que Key había gritado cuando estaba cubierto de sangre. Vio atentamente como el hombre enfurecido le explicaba alguna cosa en susurros y el más joven lo miraba asintiendo.

— Bienvenido a Gyeoul, JongHyun —soltó de repente MinHo que había observado la escena de la llegada de Key—. Me alegra que por fin KiBum tenga un Protegido, aunque JinKi y él aún no me dicen que han visto en ti.

— También me gustaría saberlo.

— JongHyun —esta vez era el joven TaeMin el que le hablaba, con una sonrisa tranquila como si no hubiera roto un plato— Te voy a traer de vuelta a la mansión Kim, acompáñame.

Sintió que no valía la pena negarse y se levantó del sofá ignorando la sonrisa alegre de MinHo. Acompañó al menor hasta el exterior de la mansión y allí observó como sin mirarle, Key se subía a un caballo negro de pelaje largo e invernal y se marchaba. Delante de él habían otro par de caballos, de menor tamaño que el anterior.

No quería hablar, no le apetecía. Sentía que estaba viviendo algún sueño extraño.

TaeMin le ayudó a montar uno de los animales y él se subió con agilidad a otro. Por supuesto, no le dejaron tomar las riendas ya que no tenía ni idea de como dirigirlo, así que los dos caballos se colocaron a la par para que TaeMin pudiera coger ambas cómodamente.

— ¿No quieres hablar? Vamos a ir despacio ya que no sabes montar, probablemente habrán como dos horas de camino, ¿quieres que te cuente-

— No gracias.

El joven pelinegro lo miró con algo de lástima.

— Oye, siento lo del otro día —comentó de inmediato, ignorando las claras señales de JongHyun para que se callara—. No quería asustarte. Si hubiera sabido que ibas a entrar me hubiera cambiado...

JongHyun seguía mirando el camino, ignorando a aquel mocoso.

Le preocupaba su relación con Key. Era difícil odiar a la figura más cercana que recordaba. Le temía, no sabía que iba a hacer cuando volviera a la mansión pero si algo estaba seguro era que estaba aterrorizado de él.

Pero, el miedo y el odio no eran sinónimos. Por mucho que se repitiera "es un asesino, es un vampiro, es un monstruo" su cerebro parecía no asimilar aquello como razones suficientes para odiarle. Se había pasado demasiado rato pensando en él como su salvador, no era fácil cambiar de la noche a la mañana.

Y luego estaba ese beso. Si había luchado por esconder aquellos sentimientos de dependencia hacia Key en algún lugar perdido de su mente, aquel contacto inesperado había destruido todas sus débiles y recientes barreras.

En aquellos momentos, estaba desechando la huida como una posibilidad viable al menos en los días próximos. Pero tenía miedo de que aquello fuera una excusa autoimpuesta para no marcharse y es que había algo que le inquietaba en lo más profundo de su mente: se alegró de saber que Key no era humano.

Ciertamente, le aterraba aquel misterio pero en una pequeña parte de su subconsciente había suspirado aliviado. Key no era humano, lo que explicaba aquel comportamiento inmoral y además volvía sus asesinatos "justificables" de alguna tenebrosa forma.

Despertar una nevada medianoche 【 JongKey 】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora