"¿A dónde me llevan?" Era la pregunta sin respuesta que Jaehyo había estado haciendo durante la última hora y media desde que esos dos tipos lo subieron en contra de su voluntad en la van. A veces le decían que se callara, otras lo ignoraban y la última vez que preguntó, el hombre a su derecha lo amenazó con golpearlo si volvía a preguntar lo mismo una vez más así que prefirió hacer silencio para no enojar a sus captores.
No podía ver nada gracias a la venda cubriendo sus ojos que apretaba su cabeza y se encontraba inmóvil con sus manos atadas y una soga aprisionando sus brazos contra su cuerpo. Estaba muerto de miedo y lleno de dudas pero no podía pensar coherentemente, sólo rezaba en silencio y trataba de mantener la calma hasta que el vehículo por fin se detuviera. Parecía que el tiempo pasaba más lento a medida que la incertidumbre y los nervios en su interior crecían, comenzaba a creer que nunca llegarían al destino y viajarían por días interminables y tortuosos, pero la velocidad de la camioneta aminoró hasta detenerse por completo. No sabía si estar tranquilo por saber que ya habían llegado o estar más asustado. Escuchó la puerta abrirse y el asiento liberarse del peso de los dos captores, seguidamente fue arrastrado al exterior y una helada brisa hizo sacudir todo su cuerpo. No estaba seguro de la locación en la que se encontraban pero a su nariz llegó un olor tierra mojada y se respiraba un aire puro por lo que supo que no era una ciudad si no un lugar rodeado de vegetación.
-¿Qué quieren? No soy alguien importante, no conseguirán nada conmigo- dijo Jaehyo.
-Te dije que te golpearía si abrías la boca de nuevo - le dijo el captor.
-No te atrevas a ponerle un dedo encima, no podemos hacerle daño y lo sabes - le dijo uno de sus compañeros y el otro bufó por lo bajo.
Haciendo uso de los únicos sentidos que podía ayudarlo saber lo que ocurría a su alrededor, Jaehyo escuchó llaves y una puerta abrirse. Estaban en una casa o una cabaña, optó por lo segundo cuando olió madera y percibió el sonido de las brasas quemándose en una chimenea. Fue conducido escaleras arriba y lo próximo que experimentó fue un empujón que lo hizo aterrizar en una cama y creyó lo peor, pero pronto se sacó la idea de la cabeza cuando la puerta de la habitación donde estaba se cerró y se quedó completamente solo. No podía moverse, con lo poco que lograba hacerlo parecía un gusano retorciéndose en sal y no conseguía liberarse de las sogas que lo retenían. Desistió y esperó pero al hacerse larga la espera, le permitió a su mente y su cuerpo dormir a pesar que no fuese lo más prudente considerando que estaba secuestrado. Sin embargo, la puerta se abrió y cerró y escuchó pasos acercándose a la cama.
-¿Quién es?- preguntó nervioso más no recibió respuesta. Sintió cómo la cama se hundió y alguien se ponía sobre él. Un calor perfumado hizo contacto con su cuerpo. Conocía ese aroma- ¿J-Ji Ho?
-Qué bueno saber que me reconoces sin siquiera verme - dijo sobre los labios de Jaehyo.
Jaehyo estaba un poco aliviado de conocer a su secuestrador pero igualmente estaba muy impresionado y aterrado por la obsesión de Ji Ho que lo llevó a secuestrarlo. Nunca imaginó que pudiera ser capaz de hacer algo así y no podía asegurar que no le fuera a hacer daño.
-Siento mucho tener que haber hecho esto así pero es la única forma de poder estar contigo- dijo Ji Ho.
-Estás demente ¡Suéltame ahora mismo!
-Shh, no te alteres, sabes que te quiero y no te dañaré.
-¡Te dije que me soltaras! ¡Cuando salga de aquí te voy a denunciar e irás preso!
Ji Ho rió de forma maliciosa, burlándose y quitándole importancia a la amenaza. El corazón de Jaehyo latía con fuerza y desconfianza y sentía ganas de llorar de la rabia.
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Devil's Gift
FanfictionUna buena pose y una hermosa sonrisa no es suficiente para tener éxito en el mundo del modelaje, parece algo fácil lo que se ve en fotos y pasarelas pero es algo más complejo que requiere de esfuerzos y sacrificios, agregando la competencia, envidi...