20

1.2K 71 9
                                    

Katherine nunca pensó qué luego de encontrarse con su hermana le tendría qué decir la verdad de su partida, pero debió haberlo esperado sabiendo perfectamente cómo era su hermana, mientras ella le contaba, Alek tomó su mano y de vez en cuando se la apretaba cuando se quedaba callada por unos segundos, ese gesto para ellas significaba. "No te preocupes, estoy aquí y no pienso dejarte sola".

Aleksandra tenía dos sentimientos mientras escuchaba lo qué la castaña decía, estaba principalmente enojada, ella sabia qué tener un hijo fuera del matrimonio estaba mal visto para cualquier persona, pero de eso a desterrar a una hija, era algo muy diferente sinceramente no entraba en la cabeza la sola mención de esa idea, pero sus padres pensaban de esa forma lamentablemente y ahora entendí lo que la señora quería decir respecto: "No quiero qué  termines como tú  hermana".

Cuando la castaña terminó, sin perder un segundo su hermana le dio un abrazó, decidió no hacerle preguntas, sólo quedarse callada y demostrarle mucho amor qué sentía qué ella necesitaba, Katherine no entendía cómo algunas veces sin necesidad de hablar su hermana podía llegar a entender lo qué le pasaba y había extrañado en estos años lejos eso de ella.

Ambas se quedaron de esa forma por un buen rato, la castaña se apartó de su hermana cuando estuvo más tranquila y sintió qué la podía mirar a los ojos, cuando sus miradas se cruzaron, la rubia le dedicó una sonrisa de apoyo haciendo que la castaña hiciera lo mismo.

-Sabes en algún momento cuando mamá dijo qué te fuiste, yo creí qué te habías escapado, ya sabes- Comentó Aleksandra.

-Era el plan o eso es lo qué había pensado- Miro para abajo -Pero eso no importa ahora, solo quiero recuperar mi tiempo perdido contigo y encontrar a mi hija.-

-Te ayudaré a hacer eso- dijo la rubia -Entre las dos vamos a encontrar a mi sobrina.-

Es cierto qué con solo escuchar eso la llenó de esperanza a la castaña, pero lo qué menos quería en este momento era meter en problemas a su hermana, teniendo en cuenta de lo qué le había dicho ella respecto a la mujer con la qué estaba viviendo.

-No quiero traerte problemas- Comentó la castaña -Yo puedo encargarme de eso sola.-

-No me traerás  problemas- Le aseguró su hermana -Además es lo mínimo qué puedo hacer- Le volvió apretar la mano para qué la mire. -Sabes qué desde pequeñas siempre juramos qué nos íbamos a apoyar la una a la otra y no pude hacerlo cuando tuviste a tú hija, y aunque me digas qué no lo haga pienso hacerlo, no me pienso echar para atras especialmente porqué yo también quiero conocerla y quiero que mi hermanita sea feliz.-

-Oye,  la mayor aquí soy yo- Se quejó la castaña.

Ante la insistencia de su hermana no pudo rodar los ojos, al igual qué ella la rubia era bastante terca y aunque le propusiera cualquier cosa para qué cambiara su opinión era algo qué no iba a ser facil, porqué ella ya había tomado la decisión de ayudarla con él tema de su hija.

-No sé para qué me gasto si se qué lo vas a hacer igual- Niega varias veces.

-Eso es obvio-

La rubia sabía qué aunque no le gustará la idea, estaba contenta de qué le ofreciera la ayuda, la castaña se apoyó contra el hombro de su hermana y ambas se quedaron mirando hacia el lago en un completo silencio.

-Aceptaré tu ayuda- Comentó la castaña -Pero si hay algún problema, lo dejas de hacer.-  

-Si, madre- Comentó Alek en forma de broma logrando qué Katherine se riera de cómo lo había dicho.



A\N: Y con eso hemos llegado al fin de qué Alek sepa toda la verdad acerca de lo qué paso con su hermana en todos estos años. Espero qué les haya gustado y me dejen su opinión.

Las Hermanas PetrovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora