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Esto ha llegado a su fin,  no iba a permitir que la situación siguiera así,  no iba a permitir que una chica a la que le había dado de todo manchara su apellido, se podría decir que hasta le había dado amor y ¿le paga de esta forma?.

Desde hace unos días que ya había visto Aleksandra actuando bastante raro,  primero pensó que no era nada,  ya que cuando era más chica era bastante solitaria, pero cuando había sido más seguido sabía que algo raro estaba pasando,  por eso un día decidió enviar a uno de sus esclavos a seguirla y así descubrió lo que la menor le estaba ocultando.

Lo primero que había pensado fue que estaba conociendo a un hombre,    eso lo había preocupado bastante,   no por ella,  sino por su apellido. ¿ Qué dirían sus amigos  si ven que  la chica que está a su cargo está por mal camino?  o peor ¿Qué trae bastardo en el mundo?,  ella conoce a los hombres y son que lo único que quieren era eso,  sin importar las consecuencias.

Por un lado se tranquilizó saber que eso no estaba pasando, al menos la educación que le había dado todos estos años no fue tirado a la basura,  pero saber que estaba en contacto con su hermana le fue mucho peor.

Sabía lo que aquella chica había hecho cuando era más pequeña  y estaba segura que lo llevaría por mal camino, pero obviamente esto no se iba a quedar así,  iba a hacer todo lo posible para que la rubia está alejada de su hermana mayor,  inclusive si tenía que tenerla vigilada las 24 horas de los 7 días de la semana.

La mujer se enderezo cuando vio por la ventana que Aleksandra se acercaba, trató de actuar como siempre lo hacía  ya que no quería que se dé cuenta o se pongan alerta  de que ella estaba sospechando algo,  tuvo la suerte de que la menor le creyera  y se dirigió hacia su habitación dejándola sola,  una parte sí que echarle la culpa  a Katherine por haberse contactado con Aleksandra.

Pero eso no era del todo cierto,  la rubia también tenía un poco de culpa y especialmente porque no se lo había comunicado,  cómo pudo y antes de que se den cuenta,  ella decidió avisarle a los padres de las hermanas,  tenían que estar al tanto de lo que está ocurriendo  y saber  qué no iba a permitir esta situación,  pero a último momento decidió no enviarla,  iba a ver si con la advertencia que le iba a dar  se alejó por sí misma.

Aleksandra había pasado una bonita tarde con su hermana, es cierto que los principio le había costado  asimilar todo lo que había pasado con su familia,  pero para su mala suerte tuvo que aceptarlo,  Como si fuese un rompecabezas  cada pieza tomó su lugar y entendió todo lo que sus padres le decían luego que su hermana se había ido.

Soltó un suspiro de tristeza cuando ya estaba en su habitación y se recostó en la cama,  aunque no pareciera  había notado la frialdad con la que la recibió la señora que la cuidaba, aunque trato de no prestarle atención,  ya que siempre  cuando estaba enojada por algún motivo, la trataba de esa manera.

Sin mucho ánimo se levanto de la cama,  cuando escucho alguien tocar la puerta,  era fácil saber quién era porque había solamente dos personas  que iban a su cuarto,  pero no esperaba ver a la señora del otro lado.

-¿Necesita algo?- Cuestionó la rubia,  ya que no era normal que la mujer se dirigiera a su habitación a menos que sea importante.

-Necesito hablar seriamente contigo-  se pudo escuchar su tono autoritario y frío con ella.

La rubia se corrió de la puerta para que pudiera entrar y ella procedió a hacer eso,  te ofrece que se sentara en su cama para que estuviera más cómoda pero la mujer lo negó  y decidió ponerse enfrente de ella,  para que la menor vea que estaba enojada.

-Soy toda oídos-

Aunque no lo demostrara Aleksndra estaba aterrada,  muchas cosas se le vinieron a la mente,  la rubia  trato de negar acerca  que se encontraba con su hermana, no sabía nada qué  en estos días había sido  espiada por uno de los que trabaja con la mujer.

-Escucha Aleksandra-  La mujer la tomó de la cara para qué  la mirará. -Te he dedicado muchos años de mi vida para que me pagues esta manera, así que espero que no vuelvas a ver a tu hermana o dirigirle la palabra,  porque sino encontraré la forma de que vuelvas a tu casa  y que nunca más en tu vida vuelvas a verla.-

Con desprecio y enojo soltó la cara de Aleksandra y luego la corrió para irse a la habitación,  un frío recorrió la espalda de  la menor de las Petrova,  estaba asustada, pero no por ella, sino por su hermana.

Sabía que que su mujer era poderosa y que con solo  querer algo iba a hacer todo lo posible para conseguirlo,  tenía miedo de que le hiciera algo a Katherine,  pero tampoco quería dejar sola en este momento su hermana, y aunque ahora estaba un poco confundida,  iba a pensar hasta encontrar la forma de comunicarse con su hermana para que no  piense que decidió arrepentirse con la ayuda  para encontrar a su sobrina.




A|N: ¿Qué les parece? ¿Creían que iba a ser tan fácil este reencuentro las hermanas? Esperó qué les guste el capítulo y  me dejen su opinión como siempre.

Las Hermanas PetrovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora