Casado Con un Principe

7._paseo por shikon

En pocos minutos el carruaje había llegado la ciudad…

-Bajemos ya.-Dijo entusiasmado el menor.

-¿Para que querías bajar? Desde el carruaje podemos ver perfectamente.-Dijo el albino.

-Claro que no, hay lugares en donde el carruaje no puede pasar, además es un lindo día para una caminata.

El rey no podía contradícele, sus argumentos eran totalmente validos  y quería que el menor disfrutara el paseo, quería agradarle al pelinegro pues era una persona amable y honesta, por otra parte también le favorecería su amistad ya que cierta pareja de yerno y suegra parecían no haberlo perdonado a pesar de su sincera disculpa, no sólo eso sino estaba 100% seguro de que ellos estaban en su contra.

-Como quieras, mi lindo inu-chan, después de todo este paseo es para tu disfrute.

-Muchas gracias, inu taisho-san.

Inu taisho dio la orden y de inmediato al carruaje se detuvo, uno de los guardias abrió la puerta y salió el rey para luego que este ayudara al bajar al pelinegro, luego el carruaje volvió al castillo con la orden de regresar por ellos en unas horas, dejándolos en compañía de 2 guardias, todos se sorprendieron al ver al rey en persona pasear por las calles con el hermoso pelinegro a su lado.

-Todo es tan tranquilo aquí pero aun así tan lleno de vida.-Comentó el menor viendo a  las personas (que no habían notado sus presencias) hacer sus actividades diarias.

-Este es un país prospero y seguro para vivir, ya que me alejo a toda costa de guerras innecesarias.

-Es usted un buen rey inu taisho-san.

-Me esfuerzo por ello, espero que sesshomaru se convierta no solo en un gran rey sino también en un gran hombre… cuanto contigo para eso.-Dijo guiñándola un ojo al azabache, este de inmediato se sonrojo.

-Cu… cuente conmigo para eso, yo lo ayudare en lo que pueda siempre.

-Eres un buen chico inuyasha… realmente amas a mi hijo ¿cierto?-Preguntó sin malicia el ojiambar.

-Si lo hago, lo amo desde que lo conocí hace 10 años y lo seguiré haciendo hasta el día de mi muerte.-Aseguró amable pero decidido el menor, el peliplata vio en sus ojos la sinceridad de sus palabras, ese chico sin siquiera saber quién era realmente había amado a su hijo por 10 años y aun lo seguía amando sincera y desinteresadamente.

-Me alegro tanto de que se hayan encontrado… gracias inuyasha.

-¿Por qué me agradece?

-Por amar a mi hijo como lo haces.-Explicó sereno. El pelinegro sonrió y negó con la cabeza.

-No tiene nada que agradecerme, es más, seria yo quien tendría que agradecer porque usted ha aceptado nuestro compromiso… soy consciente de que mi realidad como dolce es difícil de creer pero es cierto y hare mi mayor esfuerzo por darle un nieto algún día.

-Debo confesarte que al principio no lo creí, pensé que sólo era un engaño para atrapar a mi hijo, creía que lastimarías a mi hijo quien por primera vez en su vida se  había enamorado realmente… estaba enfadado por eso y cosas que había dicho sesshomaru, incluso llegue a decir cosas terribles sobre tu madre y sobre ti y por eso recibí los golpes de tu madre y sesshomaru,  me siento terriblemente mal por lo que dije y por eso te suplico que me perdones.
 
-Ya veo, con que eso fue lo que realmente paso anoche… no le mentiré, realmente me hiere saberlo y me enoja más el saber que insulto a mi madre, la cual me sorprende que lo haya agredido ya que usualmente jamás haría algo así, pero comprendo el que temiera que lastimara a su hijo destruyendo su primer amor, es obvio que sesshomaru no abre la puerta de su corazón nadie o a nadie excepto a mí y aunque sea egoísta de mi parte soy inmensamente feliz por ello, le entiendo y le perdono y sé que ellos lo harán con el tiempo.-Argumentó el menor con gran serenidad y sabiduría.