•11._juego de niños•

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Después de bastantes clases, inuyasha y las 5 chicas fueron a visitar a los niños en el orfanato. Tan pronto Inuyasha puso en pie en la ciudad todos los ciudadanos quedaron deslumbrados con él y el grupo de hermosas mujeres que lo acompañaban. Como siempre el pelinegro quiso caminar hasta el lugar, aunque el carruaje real los había déjalo solo 3 calles antes, sin duda el grupo llamaba demasiado la atención.

El pelinegro caminaba y se movía con gran elegancia y gracia, su mirada siempre correctamente fija hacia delante, jamás mirando al suelo, su andar era delicado y casi imperceptible, su expresión relajada y tranquilizadora, había aprendido a la perfección la etiqueta y protocolo de una reina, las cuales impartía midoriko.

Los que los veían no dudarían en afirmar que era un ángel, un ser celestial, un hermoso dios rodeado de bellas doncellas celestiales. Cuando llegaron a el orfanato, que más bien era una casa un algo grande, fueron recibidos por una anciana.

-Soy Mikane Kaede, la encargada del este lugar. ¿Puedo ayudarles en algo?-Preguntó la anciana.

-Soy Soramoto Inuyasha, vengo a visitar a los niños.-Informó el menor.

-Lo siento pero no…-La anciana iba a decirles que las visitas tenían que ser previamente anunciadas pero antes vio el abanico de kagura que tenia dibujado el símbolo real (Ella lo hizo a propósito). Rápidamente la analizar mejor sus caras vestimentas y el aura elegante que transmitían se dio cuenta que tenían que ser un noble con cercana relación a la familia real, rodeado de sus damas de compañía (yo: Casi aserto, démosle puntos por el intento) en seguida hizo una reverencia.-Por favor sean bienvenidos a mi humilde orfanato.-Dijo haciéndose a un lado para permitirles la entrada.

-Domo arigatou.-Agradeció el menor para luego entrar en compañía de las chicas. Al acceder a la casa, como era costumbre su quitaron sus zapatos y entraron en delgadas y perfectas medias blancas. Al entrar vieron a los niños correr y jugar por todos lados.

-¡ ¡Inuyashaaa! !-Gritó emocionada rin corriendo escaleras abajo. Inuyasha que estaba a los pies de la escalera dio unos pasos adelante y la niña salto desde algunos escalones hasta sus brazos.

-¿Cómo has estado, rin-chan? ¿Donde están los demás?

-Bien, bien.-Dijo bajando de los brazos del pelinegro. Luego comenzó a corretear por el lugar.-¡ ¡Kanna-chan, Haku-kun, shippo-kun, Inuyasha está aquí! !-Anunció a gritos dando saltitos alegres. De diferentes lugares de la casa llegaron corriendo los otros 3 niños igual de emocionados.

-¡ ¡Inuyashaaa! !-Gritaron felices los niños, tanto los demás niños como las cuidadoras se asombraron al ver a la pequeña kanna levantar la voz, correr y sonreír ampliamente.

-Niños.-Saludo antes de ser tirado al piso por el efusivo saludo de los niños, los cuales saltaron todos a la vez para abrazarlo por lo que termino en el suelo aplastado por ellos.

-¿Está bien, Inuyasha?-Preguntó botan poniéndose de cuclillas para punchar al pelinegro con el dedo. Los niños abrazaban fuertemente al mayor y no le dejaban pararse.

-Sí, no se preocupen.-Los niños se levantaron para darle oportunidad al pelinegro de hacer lo mismo.-Les tengo una sorpresa niño.

-¿Un sorpresa?

-Sí, recuerdan que les dije de estaba comprometido.

-Sí.-Afirmaron los niños.

-Resulta la fiesta es este fin de semana y he venido personalmente a invitarlos.

-Enserio.-Exclamó entusiasmado haku

-Así es haku… claro que espero que los otros niños y ustedes también asistan.-Comentó mirando a Kaede y a sus dos nietas (¿Alguno adivina quiénes son?)… Kikyo y Kagome.

Casado Con un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora