8_accidente & disculpas

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Cuando llegaron se sentaron cerca de la enorme fuente e inuyasha les dio una porción de pastel a todos, todos comieron del pastel. Los niños estaban muy felices junto a inuyasha en especial kanna a quien pareció gustarle el pelinegro, pasaron unos minutos y luego shippo comenzó a mostrarle sus trucos de magia con cartas, hojas y trompos mientras rin trenzaba su cabello en una larga tranza, cuando el castaño terminar inuyasha y los otros le aplaudieron.

-Eres sorprendente.

-Bien hecho, shippo.

-Increíble.

-Asombroso, shippo.-Exclamó el mayor sonriéndole, el pequeño se avergonzó y se sonrojo un poco.

 -ari...aigatou, eres un glotón Inuyasha

-¿Qué? ¿Yo por qué?

-¿Cómo que por qué? mira cuantas galletas compraste.-Comentó el castaño señalando la bolsa.
 
-Es cierto inuyasha-san, si te comes todo eso te dolerá el estomago.-Dijo rin un poco preocupada.

-Tranquilos no me pasara nada, algunos son de ustedes y los otros son para llegárselos a mi madre, sesshomaru y los otros, no se preocupen no me enfermara.

-¿Quién es sesshomaru?-Preguntó haku.

-Es mi prometido.-Confeso el pelinegro.

-¿Prometido? ¿Ósea que te vas a casar inuyasha?-Preguntó entusiasmada rin.

-Si así es, rin, pronto me casare con alguien maravilloso.-Contestó feliz el mayor, a la peliblanca se le rompió el corazón por la noticia.

-¡Inuyashaaa!-Gritó inu taisho corriendo hacia él con los guardias, los niños se asustaron y se escondieron detrás del mayor, cuando el albino llego hasta él lo abrazo fuertemente.-¿Estás bien?

-Sí, estoy perfectamente.

-Por kami, inu-chan, no me des eso sustos, mira que desaparecer así como si nada, te hemos estado buscando por todas partes.

-Me fui unos minutos y cuando volví no estaban, lo siento no era mi intensión preocuparles.-Se disculpó el pelinegro, el peliplata noto a los niños que se escondían tras él.

-¿Y estos niños?

-Los encontré frente a la pastelería y les compre algo rico.

-Tú siempre tan generoso inu-chan.-Comentó soltándolo y agachándose para ver a los pequeños.

-Gracias por haber cuidado de inuyasha en mi ausencia.-Agradeció sonriéndoles el ojiambar lo que cautivo a rin.

-Inu… inuyasha-san ha sido sumamente amable con nosotros.-Dijo tímida la mayor.

-Cierto, es muy bueno.-Afirmó haku cruzando los brazos, inuyasha les sonrió a los niños luego tomo la bolsa y le dio a cada uno una bolsita al igual que a los guardias.

-Compre esas galletas hace un rato, pensé que les gustaría probarlas.

-Inuyasha-sama esto no es necesario.-Afirmó uno de los guardias.

-Sí lo es, es un agradecimiento por cuidar de nosotros todo el tiempo, de verdad les agradezco su dedicación.-dijo amable el menor, los guardias sonrieron y le hicieron una señal de respeto militarponiéndose firmes con la mano derecha en al frente.

-Muchísimas gracias, su alteza.
Y por último le dio una al rey.

-Esta es para usted.

-Eres maravillosos, mi querido inu-chan.-Dijo el albino dándole un beso en la mejilla. La pequeña kanna no pudo soportar eso y salió corriendo lo más rápido que pudo.

-¡Kanna!-La llamaron haku y shippo.

-¡Kanna-chan!-La llamaron rin e inuyasha pero esta no se detuvo, el pelinegro corrió tras ella.-¡yo iré por ella!

-¡¡Inu-chan espera¡¡.-Gritó el rey.
La niña cruzo la calle sin prestar atención a un carruaje a gran velocidad que por allí transitaba, la peliblanca sólo reacciono al oír el relinchar de los caballos, vio como los grandes corceles se levantaban y pateaban en el aire asustados, cerró los ojos fuertemente esperando el golpe pero cuando casi la iban a golpear sintió como era empujada hasta la cera y el sonido de algo rompiéndose. Cuando abrió lentamente los ojos noto que estaba en los brazos de alguien.

-¿Daishobu desuka, kanna-chan? (¿Estás bien?)

-Ha… hai, daishobu.-Respondió la niña que temblaba luego alzo la vista para ver que su salvador no era otro que inuyasha.-In… inuyasha.-Dijo abrazándolo y llorando desconsolada.

-Ya ya kanna-chan, todo está bien ahora pero no vuelvas hacer eso nunca más de acuerdo.

-Ha… hai

El pelinegro se levanto con la niña de los trozos de madera que antes eran la mesa de una especie de cafetería, estaba herido pues al caer y romper con su cuerpo la mesa uno de los trozos de madera le hirió levemente el ante brazo izquierdo rompiéndole la manga de su hermoso kimono y manchándola con sangre. Segundos después el dueño de la cafetería y el de la carroza fueron hacia ellos.

-Estás loca chiquilla? ¿Por qué diablos corres así al frente de mi carruaje?

-Mi mesa! ¡La han destrozado!

-Ha sido un accidente, todo está bien.-explicó el pelinegro dejo a la niña en el suelo.

-Inuyasha, tu brazo… es mi culpa-dijo preocupada y sintiéndose culpable.

-Estoy bien no te preocupes, no ha sido tu culpa.-Dijo dedicándola una hermosa sonrisa para que no llorara que dejo a todos los que la vieron embobados.

-¿Está usted bien?-Preguntó el dueño de la cafetería que con sólo verlo se le había olvidado por completo su mesa.

-¡Oh, pobre joven! Permítame llevarlo a un hospital.-Ofreció el noble que como el dueño de la cafetería estaban embelesados con la belleza del chico.

-No se preocupen, estoy bien.-Insistió con amabilidad el dolce, después de eso llegaron corriendo el rey, detrás de este los soldados y los niños.

-Su… su majestad.-Exclamaron haciendo una arrodillándose todos los que lo vieron.

-Su alteza.-Dijeron los guardianes.

-Kanna, inuyasha ¿están bien?-Preguntaron los niños, kanna corrió a los brazos de su hermano que la abrazo fuertemente, luego se unieron al abrazo los otros dos niños.

-¿Te has vuelto loco, Inuyasha? ¿Cómo se te ocurre saltar frente a una carroza de ese modo?-Preguntó preocupado el rey sosteniéndole los hombros con fuerza para luego abrazarlo de igual manera.

-¡Auch!-Exclamó adolorido el menor pues su futuro suegro le había lastimado, este se separó del menor y se fijo en la herida.

-Inu-chan estas herido… lo siento, te he lastimado.-Se disculpó preocupado.

-No se preocupe inu taisho-san estoy bien, solo ha sido un rasguño.-Comentó sonriente el pelinegro. Los habitantes de la ciudad que estaban cerca para escuchar se quedaron helados al oír la confianza con la que ese hermoso chico le hablaba al rey.

-Nos vamos ahora mismo al palacio… si estamos un poco más aquí vas a provocarme un infarto.-Expresó el peliplata que ya no podía más con el estrés y una gran jaqueca.

-De acuerdo, siento mucho haberlos asustado… acompañemos a los niños a casa y luego vámonos.-Dijo el menor, para después mirar al dueño.-Siento mucho lo de su mesa, señor.

-N… no se preocupe no ha sido nada, lo bueno es que usted y la niña estén bien.-Aseguró  haciendo una reverencia el señor.

Obviamente el rey pago más de lo que costaban los daño, luego llevaron a los niños al orfanato e inuyasha prometió visitarlos otro día, inu taisho literalmente arrastro a su terco nuero al hospital donde lo atendieron sin perder tiempo. 

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Bien capitulo 8 listo!

Ahora sólo ahí que esperar a que inu-chan le quede suegro :v

Casado Con un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora