15._Tierno amor & sorpresas exoticas(-16)

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Sesshomaru desnudó lentamente a su esposo y luego se desnudó él mismo. Ninguno dijo una palabra, el rey acaricio cada centímetro del frágil cuerpo que yacía bajo él. Besó sus labios, luego su cuello y bajó por su pecho, todo era lento y cuidadoso como si se tratara de un ritual. El pelinegro se dejo mimar por su esposo, sus miradas no se despegaron ni por un segundo.

El camino de besos del albino se detuvo en su vientre y rompió el contacto visual con su amado para poder observar con cuidado el lugar en donde crecía su primogénito y sonrió acariciando ese lugar. El menor observo feliz a su marido que sin dudas estaba extasiado por la noticia de su primer hijo al igual que él.

  

-Es algo increíble.-Con un susurro el rey rompió el armonioso silencio sin despegar la vista del vientre de su Dolce.-El haberte encontrado ese día hace diez años, el reencontrarme contigo, el casarme contigo y ahora esto. Tú eres el centro de mi felicidad, inuyasha. Gracias por esperarme tanto tiempo, por amarme y por esto.-El mayor besó tiernamente el vientre de su esposo y este extendió una de sus manos para tomar uno de los largos mechones plateados que caían hasta su vientre haciéndole cosquillas.

-Lo mismo es para mí, me esperaste y me amaste por años aunque tu deber era contraer matrimonio con alguna de las candidatas pero te rehusaste y me encontraste para después cumplir nuestra promesa como también tu palabra de hacerme inmensamente feliz, gracias.-Inuyasha posó su mano en el rostro de su esposo regalándole una bella sonrisa.

Sesshomaru subió y lo besó tiernamente, el menor abrió sus piernas para que sus cuerpos encajaran, el ojiambar comenzó a prepararlo con sumo cuidado hasta que estuvo correctamente dilatado.

-Voy a entrar ahora.-Avisó para después entrar muy lentamente en su pareja.

 

-Aaaah.-Siempre era tan placentero tenerle dentro, fundirse en uno y completar los vacios del otro, era como llegar al cielo sin elevarse un centímetro. Su peliplata le hacia el amor con tanta devoción y ternura que le daban ganas de llorar.

-¿Estas llorando? ¿Te he lastimado?-Preguntó angustiado el mayor pero su pelinegro negó con la cabeza y lo abrazo fuertemente.

 

-Soy tan feliz que no puedo contener mis lágrimas, quiero estar contigo por siempre, Ashiteru sesshomaru.-Susurró aferrado al cuerpo de su amado, este sonrió y le devolvió el abrazo.

 

-Yo también te amo, inuyasha, ahora y siempre.

 

Los dos hicieron el amor tan tiernamente que sus caricias podrían ser comparadas con el rose de los pétalos, suaves y delicados pero sobre todo llenos de amor. Al terminar inuyasha quedo dormido entre los brazos de sesshomaru, este no durmió sólo se quedo viendo a su hermoso esposo mientras acariciaba su larga cabellera negra.

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Un mes después era el día del cumpleaños del peliplata menor y se celebro una gran fiesta por ello, y claro, celebrar la alegra noticia del embarazo del pequeño dolce quien ya tenía mes y medio. Sesshomaru estaba sentado en su trono buscando a su esposo con la mirada puesto a que no aparecía por ningún lado, Kagura y las demás le aseguraron que ellas se encargarían de buscarlo pues como ahora era el rey no podía abandonar la fiesta.

-¿Dónde te has metido inuyasha?-Se preguntó el gobernante inquieto por un mal presentimiento que lo atormentaba desde que despertó, pero una voz melodiosa lo hizo salir de su pensamiento.

Casado Con un PrincipeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora