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_______ se despertó cuando los rayos de sol se colaban por su ventana, así que dio la vuelta sobre si misma para clavar su vista en el reloj de su mesa de noche.

9:40. Resopló.

No había conseguido dormir hasta las cinco de la madrugada. Su mente únicamente había dado vueltas y vueltas, pensando en lo que pasó la tarde anterior, pero lo más importante, no se había quitado de la cabeza a Justin.

Se levantó de la cama y se recogió el pelo en una cola. Abrió con sigilo la puerta de su habitación, pero se detuvo allí. Su cabeza ya no argumentaba. Afinó de nuevo su oído para comprobar que su mente no le había jugado una mala pasada debido al sueño acumulado, que quizás, en ese momento fue lo que más deseó.

Una voz ronca y melodiosa dejaba armonías en la planta baja de su casa, que subían por las escaleras y acariciando sus oídos y su sentido común. Cerró los ojos involuntariamente dejándose llevar por la melodía, hasta que volvió a abrir sus ojos.

Se asomó mirando desde las escaleras. La voz había parado y no se oía absolutamente nada. Tampoco había nadie en la planta baja, hasta que se dio la vuelta.

Había dejado de cantar para ella, y se había posicionado a sus espaldas con una sonrisa en el rostro, aunque sus músculos estaban ligeramente tensos.

- Eras tú quien cantaba. -susurró ella con distancia.

- ¿Por qué lo afirmas? -susurró él de la misma manera.

En ese momento los dos conectaron al cien por cien su mirada. Tanto que su alrededor desapareció.

Él sonrió y alcanzó a acariciar su brazo derecho. Ella bajó su mirada hasta el roce, observándolo en silencio, con su respiración ligeramente acelerada, haciendo un dueto con la relajada respiración de Justin.

- Aún no me has respondido. -ella levantó su mirada y la condujo hasta sus labios, hasta que la subió un poco más y se encontró con su mirada miel. -¿Cómo sabías que era yo?

- Porque creo que te conozco lo suficiente como para reconocer el más insignificante detalle sobre ti.

Ni siquiera ella misma supo como ese pensamiento había salido de ella, así que acto seguido retiro suavemente su brazo del alcance de Justin.

- No lo quites, por favor... - Pidió con tono suplicante. -Me gusta tu roce.

Ella rápidamente lo miró y su respiración volvió a acelerarse, haciendo que su pecho subiera y bajara débil y acelerado.

- ¿Cómo has conseguido entrar?

- Dicen que un mago nunca revela sus secretos.

______ frunció el ceño y se alejó un poco más de él. Estaba demasiado confusa mirando a su alrededor, aparentemente a su casa, pero que ya, a estas alturas, desconocía. Porque desconocía todo, tenía la sensación de que todo lo suyo había desvanecido a su alrededor y lo único que realmente conocía era a él.

- No me tengas miedo, por favor. - Volvió a repetir mientras se acercó a ella.

- No te tengo miedo. -Dijo ______ con voz entrecortada.

- Entonces no te alejes. - susurró con voz ronca.

En ese momento sus rostros estaban muy cerca, tanto que sus alientos se entrelazaron y sus respiraciones iban al compás, una con otra.

- Tengo que pedirte que te vayas por favor, Justin. - Dijo agitando su respiración por la desesperación.

- ¿Por qué tendría que hacerlo?

- No lo sé... Solo sé que es lo correcto. - dijo ______ sin separarse.

- Lo correcto no siempre es bueno... ______, por favor.

Justin subió su mano hasta su mejilla y la acarició repetidas veces mientras ella cerraba los ojos ante su tacto. Ella comenzó a relajar su respiración, y poco a poco se sintió más y más relajada... y cuando volvió a abrir los ojos ya no era él quien la acariciaba la mejilla, era otro chico... su respiración comenzó a agitarse mientras aquel chico con ojos azules sonreía.

- ¡JUSTIN!

Un grito interrumpe la noche. Se levanta exhausta, con la respiración a mil por hora, envuelta en una capa de sudor a pesar de que tiene un frío infernal, y su pecho sube y baja muy rápido.

Gira la cabeza para mirar el reloj de la cocina. Son las cinco y media de la mañana y se ha quedado dormida en el sofá.

- ______, cariño, ¿que ha pasado? - Se oye desde las escaleras.

- Nada mamá, una pesadilla sin importancia.

- ¿Y por qué has gritado "Justin"?

- ¿Perdón? - ______ parpadea.

- Has gritado "Justin" cuando te has despertado. -Le explica su madre mientras la acaricia el cabello y coloca mechones detrás de su oreja derecha.

- Hmm... Pues no lo sé, mamá, un sueño es un sueño.

Su madre sonríe levemente y se levanta del sofá.

- Anda... vete a la cama.

_____ coge su móvil y sube las escaleras para ir a su habitación, entra en su cama e inmediatamente vuelve a dormirse.

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Una melodía despierta a ______. Ella se sobresalta y se incorpora y antes de descolgar la llamada mira el reloj.

Las 11:47. Si que había dormido...

Mira la pantalla en el móvil y el teléfono desconocido (ya no tan desconocido) se refleja.

- ¿Si?

- Sé que has soñado conmigo esta noche.

- ¿Me has estado vigilando? -mira a los lados repetidamente.

- Puede. Asomate a la ventana, por favor.

Ella se levanta y se detiene frente a la ventana, pero sin asomarse del todo -quizá por miedo- y mucho menos abre todavía la ventana. Toma aire y lo suelta un par de veces hasta que se decide a abrir la ventana y la mirada miel de él choca contra ella. Está apoyado en uno de sus lujosos coches, esta vez era un Porsche de color negro.

______ cuelga lentamente el teléfono, sin dejar de mirarlo y toma aire de nuevo sin soltarlo, así como intentando contener sus emociones.

- ¿Cuánto tiempo llevas ahí? -consigue preguntar.

- Eso no importa, necesito hablar contigo urgentemente.

- Ahora bajo.

Sabe que necesitaba hablar él con ella, como ella con él. Y cuando parpadea el rostro del chico de ojos azulina queda impregnado en sus párpados.

Addiction » j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora