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Punto de vista de ________.

Había llegado a mi casa hace media hora y lo único que había hecho era pensar con los ojos cerrados. Sabía que no había sido buena idea aceptar ir a la fiesta con Justin, no por el, sino por mi.

Suspiré, manteniendo los ojos cerrados y giré mi cabeza para abrirlos.

Las 7:00.

Me recompuse y pase las manos por mi rostro, suspirando de nuevo.

Y es que estaba tan nerviosa que no me atrevía a levantarme de la cama.

O no eran nervios.

Quizá era miedo.

Me levanté por fin, y me metí en el baño, me desnude y me di una ducha larga.

Cuando salí, me enrollé una toalla blanca de algodón en mi cuerpo y salí del baño.

Abrí el armario y me le quedé mirando.

Nunca había ido a una fiesta. Na sabía que ponerme o como ir.

Suspire harta y las lágrimas aparecieron.

¿Por que mierdas estaba llorando? ¡Era una una tontería!

Me limpié las lágrimas rápidamente y saqué mi vestido favorito del fondo de mi armario. Le coloqué sobre la cama y sonreí.

Un vestido negro con flores amarillas repartidas por toda aquella preciosa y suave tela. Era precioso... y el último regalo de mi padre.

Nunca me lo había puesto. Me recordaba a él y me derrumbaba.

Pero hoy... hoy me lo iba a poner, quería sentir aquella protección que solo él sabía darme. Ese "cuidado al cruzar la calle". Sus carcajadas viendo la tele mientras pasaba un brazo por mi hombro. Sus broncas. Su mano en mi pelo acariciandome hasta dormir. Aquel "lo que no te mata te hace más fuerte" que me dijo la vez que se rompió la pierna en una de sus miles de carreras.

Y yo no mentí cuando le dije "si tu te mueres yo me muero contigo". Había sentido la muerte dentro de mi en distintas formas.

Mi boca formó una sonrisa en medio de lágrimas, que me volví a limpiar.

Ya vestida y maquillada miré el reloj.

Las 9.15.

El tiempo había pasado muy deprisa y me encontraba en el sofá de mi casa sentada esperando a Justin.

Las 9.45.

El timbre sonó y fui a abrir prácticamente corriendo.

¡Llegaba tarde!

-   Justin Bieber llegas tard... -y su rostro me interrumpió.

-   Te ha dejado tirada, ¿cierto?

No podía articular palabra. No, no, no ______. Recuerda "lo no te mata te hace más fuerte ". Mi mente dejo de argumentar durante un par de segundos.

-   No te gustará saber que mi hermanito esta con Jasmine. En la fiesta. Creo que... se olvidó algo, ¿cierto? - Y carcajeó.

-   Mientes.

-   ¿Yo? ¿Por qué tendría?

Mire el reloj de reojo mientras Robert me miraba a mi.

Le dije a las 9.30 y eran las 9.52.

Su dulce voz llamó la atención.

-   Yo podría acercarte a la fiesta, si tu quieres...

-   Hmm... no.

-   Vamos, ______, prometo no hacerte nada.

Y en realidad... ¿que me había hecho él?

-   Está bien.

Salí de casa, cerrando mi puerta detrás mio y me puse a la par de él. Estaba nerviosa, y creo que se me notaba, apenas podía andar con las botas de goma que me había puesto.

Diez minutos después.

Nadie había hablado hasta ahora. Yo miraba las luces de la ciudad, con el codo apoyado en la ventanilla y mi mano derecha sujetando mi cabeza.

Miré de reojo a Robert, y el pareció percatarse.

-   La casa de Jasmine queda a cinco minutos más, no te preocupes. - Y me brindó una pequeña sonrisa.

Yo asentí y suspiré.

-   ¿De qué conoces a Jasmine? Quiero decir... -Me interrumpió con una carcajada. Yo lo miré con el ceño fruncido.

-   Esa chica tiene un problema... se acuesta con todo lo que anda.

Yo puse una mueca de desagrado y él rió aun más fuerte. La verdad... no parecía tan peligroso como lo describía Justin.

-   Justin sabe que... en fin...

-   Me la tiré yo primero. Y más veces que él. - Desvío su mirada océano de la carretera y me miró. - Gano... gano y con diferencia.

-   ¿Por qué Justin quiere que no te acerques a mi? - Pregunté con la mirada perdida en la carretera, visualizando una casa llena de chicos y chicas entrando y saliendo con bebidas y cigarros en las manos. Algunos comiendo... otros comiendose... Y de la casa salía la música a toda hostia.

Robert aparcó su ferrari justo delante de la casa y apagó el motor. Yo únicamente lo miraba. Sacó la llave de la ranura y se la metió en el bolsillo de su chaqueta. De ésta misma sacó un cigarro y lo colocó entre sus labios, pero sin encenderlo.

Calculé que me miró unos diez segundos a los ojos, hasta que miró detrás mio, rió sarcásticamente y preguntó:

-   ¿Por qué me haces tantas preguntas a mi cuando él tiene que darte muchas explicaciones?

Fruncí el ceño, esperando algún "me estaba quedando contigo", pero él solo señalo con la cabeza algo detrás de mi. Me giré y Justin sostenía a Jasmine de la cintura y no estaban precisamente comiendo... sino comiéndose... a besos.

Volví a girarme y miré a Robert, que tenía una pizca de compasión en los ojos. Bajé la vista y acaricié mi vestido suave y lentamente.

Y en realidad lo entendía... ¿cómo había sido tan ingenua de creerme que me iba a elegir a mi y no a Jasmine?

Y en ese momento me arrepentí de arreglarme tan cuidadosamente para él, o de haberle dicho "Nueve y media. Nos vemos".

-   Esto... ¿quieres volver a casa?

-   No... pero vámonos a cualquier otra parte, por favor.

Robert volvió a sacar la llave de su bolsillo, arrancó el coche y prendió su cigarro.

Addiction » j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora