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Robert había conducido durante veinte minutos en medio de la noche. Apenas se veía más de una carretera con alguna que otra casa al borde de esta y algún que otro coche adelantándonos.

Tenía frío. Había atado mi cazadora negra del todo y había ocultado mis manos en las mangas para evitar que el frío me congelara los dedos y no pudiera ni moverlos ni sentirlos.

Me había dejado de preocupar si lucía bonita porque había atado mi cabello con un moño y me había sobado los ojos un par de veces, una por sueño y otra para limpiar las lágrimas, así que supuse que mi maquillaje estaría extendido por mis mejillas.

La verdad, no se como pude ser tan tonta de creer que a Justin iba a importarle una simple chica como yo. Alguien que lleva mucha mierda arrastrando desde hace mucho.

Y juro, os juro por lo que quieran, que iba a creerme eso de "me perteneces", pero ya era muy tarde para arreglar esa situación y cuanto antes asumiera que Justin no era para mi antes volvería a mi vida como estudiante que pasaba desapercibida y antes lo superaría.

El coche acababa de parar y Robert había apagado el motor.

-   Oye, que...

Seguí sin contestar mirando por la ventanilla del coche, observando lo poco que se veía.

-   Yo no tenía ni idea de que Justin... -Lo corté.

-   Ya da igual, lo he visto con mis propios ojos, así que no lo podrá negar.  No te preocupes.

En ese momento mi teléfono comenzó a vibrar y en la pantalla apareció el número de Justin reflejado.

-   Creo... que deberías cogerlo y decirle que estás bien.

-   ¿Para qué?

Robert suspiró y apartó su vista de mi, mirando a través del cristal.

Al fin y al cabo, Robert no era tan malo como Justin lo había descrito.

Yo seguía mirando por la ventanilla, pensando en nada y a la vez en toda esta mierda. Mi móvil comenzó a sonar de nuevo y el número de teléfono de Justin apareció reflejado en la pantalla. Suspiré y miré a Robert, que miraba mi móvil también, fijamente.

-   ¿Vas a cogerlo?

Volví a suspirar y salí del coche.

Noté el frío entrar por mi abrigo y mi vestido. Por mis piernas e incluso las botas de goma que llevaba puestas. Mi aliento se veía como humo por la helada y mis dedos se congelaron al instante.

El móvil había dejado de sonar hace pocos minutos y en el inicio se podían leer las llamadas perdidas procedentes de Justin.

Cuatro.

Tosí debido al frío y dudé unos segundos en apretar el botón de rellamada cuando las escena de Justin y Jasmine se me vino a la mente. ¿Realmente el se merecía que yo lo llamara?

Pero no pude argumentar más porque la quinta llamada entró a mi teléfono.

-   ¿Sí? - Contesté despreocupada.

-   ¿Donde mierdas estás? - Sonaba demasiado enfadado.

-   No creo que sea de tu interés.

-   Vuelve ahora mismo.

-   No me mandas, Justin. No tienes poder sobre mi... No te pertenezco, asumelo de una vez.

Se oyó un silenció demasiado tenso y luego él suspiro frustrado.

-   Mira ______. Te lo estoy por las buenas. Hay muchas cosas que no entiendes. Me perteneces, así que ven y... - De repente una puerta detrás de su línea sonó y se oyó un golpe y a una chica gemir de dolor con una risa acompañado de un "me voy ya, ¿vale? Hasta otra".

Yo solo me bloqueé. Mi mente dejó de argumentar y todo el cuerpo se me congeló, y no del frío.

Sabía que Justin lo había hecho. Sabía que no podría cambiar, pero no sabía que podría estar con otra y a la vez intentar convencerme a mi.

-   ¿Sigues ahí?

-   N...no.

-   ______, no es lo que par...

Y colgué sin dejarle terminar. Pero había algo que si había terminado. Lo poco que había entre nosotros.

Bloqueé el teléfono y lo metí en el bolsillo de mi abrigo de nuevo.

Me quedé ahí, en medio de la nada, pensando en lo que acababa de pasar.

Realmente no puedo culparle de nada. No eramos nada. No eramos novios, ni siquiera me había invitado a una cita. Ni me había regalado nada significativo como para que lo dos no diéramos cuanta que había algo ahí, ni esas cosas que hacen las parejas.

Entré al coche y pedí a Robert que me llevara a casa. El no dijo nada y encendió el motor del coche.

Addiction » j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora