Capítulo 7

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AMBERLEIGH 

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AMBERLEIGH 

SEPTIEMBRE, 2007

Simon y Luke habían quedado dormidos al instante, pero Amber aún podía escuchar las suaves pisadas de Clary, así que esperó un rato frente a la habitación de ella. Incluso quería hablar sobre lo de antes, pero no podía.

Porque había muchas cosas que no podía decir.

Apretó la frente contra la puerta y maldijo entre dientes, principalmente porque estaba esperando a Clary. Esperando. Estaba esperando. Había mejores cosas que hacer que aquello.

—Tenemos problemas.

— ¿Te ha llegado el mensaje?

—Sí, pero... —El rostro de Amber se ensombreció—. ¿Cómo sabes...?

— ¿Qué esperamos? ¿A Simon?

Amber negó con la cabeza—. No, él ya está dormido, pero... —Amber tenía un rostro vacilante a la hora de hablar.

Clary notó algo en Amber y dijo:

—Es mi hermano. Izzy también me envió un mensaje. No dice mucho, así que tenemos que...

Ante sus palabras, Amber miró hacia la puerta de la habitación donde Simon dormía con ojos comprensivos.

Cuanto más escuchaba a Clary, más ansiosa se sentía. Sintió que escuchó una historia que no debería haber escuchado. Su corazón latía con fuerza por la conmoción. Salió apresuradamente de la casa. Con esfuerzo agarró las llaves del Land Rover, tomó el abrigo que Clary le tendía y subió al coche. Durante el viaje, Amber fue incapaz de mantener la calma. Clary había murmurado que Isabelle no había contestado al teléfono cuando le había llamado, y una sensación irracional de inquietud corroía las tripas de Amber.

Pensó en Jace en La Luna del Cazador, cubierto de sangre. Mientras mostraba los dientes gruñendo encolerizado, había parecido más un hombre lobo que un cazador de sombras encargado de proteger a los humanos y mantener a los subterráneos a raya. Aminoró la marcha al aproximarse a la calle Noventa y seis y doblo a la esquina desde donde el Instituto se veía como una enorme sombra gris. Alargó la mano hacia el descomunal tirador de la campanilla que colgaba del arquitrabe, luego vaciló.

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