Capitulo 5 (1/3) (Editado)

1.1K 69 30
                                    

Desde que me he despertado, no paro de mirar la caja blanca que hay sobre un lado de la cama. El día ha llegado, ayer después de la escena en el despacho no me volví a cruzar con ese desgraciado, más que nada porque no salí en todo el día de la habitación incluso hice las tres comidas entre estas paredes. Escucho unos golpecitos en la puerta, le indico que pase porque sé que no es Gajeel. Él entra sin llamar. En cambio veo que entra Juvia, la sirvienta que se encarga de traerme las comidas.

-Señorita, el señor me envió para ayudarla a prepararse. -suspiro derrotada.

Sólo tengo que fingir un poco más, cuando el cura me pregunté si acepto a Gajeel como esposo diré que no y todo acabará. Supongo que el trato con mi padre está roto y podré volver a mis estudios, encontraré alguna inconcluencia en el informe y reabrirán el caso.

-Gracias, pero te dije que me llamarás Levy. -asiente sonriendo.

-Le prepararé un baño y mientras que usted toma el baño yo prepararé los utensilios que necesitaré. -se adentra en la puerta del baño.

Me levanto de la cama y voy a la pequeña terraza. Entiendo perfectamente porque me dijo que no podría escapar. Todo el maldito jardín está vigilado por sus hombres todos llevan pistolas y es imposible memorizar su rutina porque la cambian cada cinco horas. Es demasiado inteligente, pero aún así no voy a rendirme.

Me adentro en el aseo, para tomar el baño. Cuando salgo con la toalla me siento en la silla frente al tocador, Juvia empieza hacer maravillas con mi pelo, al igual que con el maquillaje. La puerta se abre y me tenso al pensar que sea Gajeel. No obstante me relajo a ver al chico de pelo negro con el que hablaba Gajeel ayer.

-¿Os falta mucho? Gajeel se está impacientando. -Juvia va a contestarle pero yo me adelanto.

-Pues que esperé y dile de mi parte que si alguien le pega un tiro antes de la ceremonia, mejor para mi y haber si aprendéis a llamar. -el chico sale de la habitación rápidamente.

-El señor Gray es bueno. -comenta Juvia mientras coge el vestido para ponérmelo.

-Los amigos de mis enemigos son mis enemigos. -sonríe y me pone el vestido. Ceñido, y escotado, se nota que lo eligió un hombre. Lo siguiente son los tacones, que no son muy altos gracias a Dios.

Juvia me guía por la casa hasta el jardín posterior. Donde hay un montón de sillas blancas con gente que no conozco, y al final de ese montón de sillas. Gajeel y Gray a su lado. Empieza a sonar la marcha nupcial. Intento caminar lo más rápido que puedo, para que acabe esta tortura.

Me coloco al lado de Gajeel.

-Queridos hermanos y hermanas. Estamos aquí reunidos... -el párroco empieza su aburrido discurso.

-He recibido tu mensaje. -susurra y lo miro disimuladamente.- Y a partir de ahora vamos a compartir habitación, por lo tanto no voy a tener que aprender a tocar a la puerta. -eso te crees pero ni nos vamos a casar.

-Gajeel Redfox ¿acepta a Levy McGarden como su esposa, para amarla, respetarla, en la riqueza y en la pobreza? -posa su mirada en él mientras pronuncia las palabras.

-Sí, acepto. -Gajeel pone un anillo en mi dedo anular. El cura ahora posa su mirada en mi, y abre los ojos como platos mirando mi pecho. Bajo la mirada y me encuentro con un punto rojo en mi pecho.- Padre, continue.-dice con una sonrisa de medio lado.

-Levy McGarden ¿acepta a Gajeel Redfox como su esposo, para amarlo, respetarlo, en la riqueza y en la pobreza? -miro de nuevo el punto. Ahora entiendo porque no le preocupaba mi respuesta en la boda, miro al frente para buscar al francotirador, sin éxito.

-Sí, acepto. -mi voz sale en un hilo. Mientras pongo el anillo en su dedo anular.

-Los declaro marido y mujer. Pueden besarse. -Gajeel me agarra de la cintura y me besa mientras que yo hago puños con mis manos sobre sus hombros.

Las personas nos aplauden y nos gritan "Vivan los novios". Camino agarrada de su brazo por el pasillo por el que entré al altar. Entierro las uñas en su brazo e intento soltarme pero es obvio que no me deja.

-Necesito ir al baño. -en realidad no. Sólo quiero alejarme de él.

-Pues te esperas. -utiliza las mismas palabras que usé yo con él antes.

Nos sentamos en la mesa más grande, se sientan en la mesa Gray y a su lado Juvia, al lado de esta un chico de pelo blanco, que no para de incomodar a Juvia. Un trío de chicos que se creen princesos. Hablan entre ellos mientras yo solo me dedico a comer.

-Eres hermosa, señorita Levy. -uno de los princesos agarra mi mano y lo miro extrañada.

-Gracias, señor... -no sé su nombre y tampoco me interesa. Sólo quiero ser educada.

-Hibiki, mucho gusto. -hago que suelte mi mano. Le dedico una sonrisa cálida.

Me tomo mi copa de vino, y los camareros me la vuelven a rellenar. Realmente este vino está muy bueno.

-Gajeel ¿y cómo van los negocios? -pongo mucha atención a esa parte de la conversación.

-Nos estamos expandiendo poco a poco. Ya saben. No hablemos de negocios señores... -un gran estruendo lo detiene.

-Maldito a Redfox ¡págame lo que me debes! -la voz de mi padre se hace presente en todo el jardín. Veo como Gray le pasa algo por debajo de la mesa a Gajeel.

Me imagino lo que le pasó y me quito los tacones. Salgo corriendo por donde oí el grito.

-¡Levy! -escucho el grito furioso de Gajeel detrás de mí. Sigo corriendo como puedo con el pesado vestido. Hasta que me encuentro a mi padre frente a mí.

-¡Lárgate de aquí ahora mismo! -le grito con rabia.- No quiero verte en mi vida, Gajeel no te va a pagar nada porque lo amo.

Ahí va, suelto la mentira más grande que he soltado en mi vida. Agarro a mi padre por las solapas del traje de mi padre tapándolo con mi cuerpo. Lo odio sí, pero no quiero que Gajeel lo mate. Lo empujo hasta las vallas que rodean la casa.

-¡Lárgate te...! -el impacto de su mano hace que me callé y giro mi cara por el impacto. Me tambaleo, sin embargo unos brazos fuertes me agarran.

-¡Soy tu padre! ¡No te atrevas hablarme así! ¡Por fin, apareces. Contigo quería... -se detiene en cuanto un arma de fuego aparece en nuestra visión. Agarro el brazo de Gajeel intentando que baje el arma sin lograrlo.

-Por favor, no lo hagas Gajeel -sólo logro ver decisión en sus ojos y es lo que más me asusta.

-Lárgate de mi casa, ya tendrás noticias mías. -mi padre se va con miedo, Gajeel guarda el arma en la parte de atrás de su traje, me dedica una furiosa mirada. Estoy en problemas.

★★★★★★★★★★★★★★★
¡Hola mis queridos lectores!

¿Qué tal? ¿Les gustó? Una boda preciosa eh (nótese el sarcasmo)
¿Tendrá consecuencias el comportamiento de Levy?

¡Arranca el maratón!

Nos leemos en unas horas.

Matrimonio por contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora