Capitulo 8 (Editado)

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Gatea por la cama con una mirada fiera que hace que mi ritmo cardíaco se disparé, y mi respiración se congelé. Una vez sobre mi: se apoya con sus manos y sus rodillas, sin que nuestros cuerpos se toquen sólo nos miramos fijamente. 

Hasta que él da el primer paso y nos enzarzamos en una batalla de lenguas, sus cálidas manos se meten bajo la camiseta del pijama, sus brazos me rodean completamente uniendo más nuestros cuerpo, sube mi camiseta del pijama hasta tapar mis ojos. 

Mi cuerpo reacciona por sí solo, cuando sus labios se posan sobre mi cuello mi cabeza se mueve hacía atrás por sí sola para darle mejor acceso, cuando sus labios besa entre mis pechos mi espalda se arquea, deseosa de él. 

—¿Me deseas? —su aliento golpea el resto de la cara que no está cubierta por la camiseta del pijama. 

Me callo porque sería imposible mentirle después de como reacciona mi cuerpo a él, y mucho menos podría afirmarlo. 

—Dilo, Levy. —ahora su respiración golpea mi cuello, deja besos, chupetones y mordiscos en esta zona. Actos que me llevan a la locura.— Dilo. 

Sus dedos se clavan en mi cintura haciéndome gemir. Ahora son mis pechos los que son devorados, hasta que unos golpes en la puerta lo detienen. 

—¿¡Qué pasa!? —grita para que lo escuchen desde fuera, mientras yo intento calmar mi respiración y mi pobre corazón. 

—Señor es hora. —se escucha desde el otro lado. 

—Ya salgo. —siento como su peso en la cama desaparece.— Tendrás que esperar unos días. 

—¿Te vas? —pregunto con la esperanza de que no se haya ido ya.

—Así es. —baja mi camiseta para volver a donde estaba.— Juvia cuidará de ti mañana te soltará, no hagas tonterías mientras no esté. Cuando vuelva seguiremos por donde lo hemos dejado. —me guiña un ojo y sale de la habitación. 

4 días sin saber nada de él, ni de Gray que se fue con él. 4 días en los que Juvia no ha parado de lloriquear por Gray, 4 días que me han servido para investigar la casa y para llevar a cabo el plan de fuga. Tengo que irme, lo que pasó con Gajeel hace 4 días puede ser altamente peligroso.

Estamos Juvia y yo sentadas en el sofá viendo la televisión. Juvia va al cuarto de baño, estoy segura que tardará 30 minutos entre que hace pis y llora. En cambio, yo corro hacia la escalera que baja a la cochera, una vez que entro corro hacia la repisa donde cuelga las llaves. Agarro las del 4x4 negro de alta gama. Me subo en él, y le doy al mando para que abra la puerta de la cochera. 

Conduzco hasta la puerta de las vallas, mientras varios de los hombres de Gajeel intenta que frené, sin embargo piso más el acelerador y echo la puerta abajo. Al estar a las afueras de las ciudad no hay apenas tráfico y me permito acelerar a todo lo que da este hermoso coche. 

Miro por el retrovisor la casa, pero ningún auto sale detrás de mi, algo que me parece extraño. Hasta que llego a un cruce que paso de largo, pero de ese cruce salen tres coches que conducen de forma peligrosa. 

Oh oh. Malas noticias. 

Uno de los coches me pasa, y los otros dos coches se ponen a ambos lados de mi. Giro mi cabeza y me encuentro con Alzack que es el conductor del coche de mi izquierda y eso quiere decir que Gajeel ha vuelto. Además que estoy segura que está en uno de esos tres coches porque Alzack estaba con él. 

El coche que me había pasado se coloca frente a mi, haciéndome reducir la velocidad hasta que paro el coche. Dos hombres bajan de los coches de al lado. Sin embargo, antes de que toquen el coche meto la marcha atrás, a toda velocidad cuando decido que es suficiente giro el volante, conduzco por donde vine pero es obvio que no voy a volver a la casa mi plan es coger el cruce por donde aparecieron. 

El coche que tenía antes adelante imita mi movimiento, y en nada lo tengo a un par de metros. Veo como Gray saca medio cuerpo por la ventana y con la pistola dispara mis ruedas traseras que se desinflan como si fueran un globo. Freno el coche a la fuerza.  Por el retrovisor veo al conductor que no es ni más ni menos que Gajeel, la he cagado. 

Gajeel y Gray bajan del coche. Gray para sentarse en el asiento del conductor y Gajeel para acercarse a mi coche. Una vez que llega abre la puerta del piloto. 

—Cariño has llegado. —le digo con la voz y la sonrisa más falsa del mundo. 

—Sí, por cierto me ha encantado que mis hombres me llamarán para decir que mi esposa se había dado a la fuga ¿te suena de algo? —su voz es tan falsa como la mía, me quita el cinturón y me hace bajar del coche. 

Caminamos hasta su coche, al pasar por la puerta de Gray me acerca su mano a través de la ventana y yo la choco con él. 

—Bien conducido. —se ríe, Gajeel nos fulmina con su mirada y me hace sentar en el asiento de atrás con una chica de pelo rosa. 

—Que divertida eres. —comenta la chica.—Me llamo Sherry. 

—Levy, encantada. —sonrío. No vuelve a hablar, mira sus manos. 

—Sherry va a vivir en nuestra casa, cariño. —su tono de voz es malicioso y no me gusta absolutamente nada. 

—¿Es tu prima? —lo miro levantando una ceja. 

—No, es mi ex novia.

Siento como si me desgarrará el corazón, los ojos se me llenan de lágrimas y no entiendo porque. Somos esposos sí, pero no sentimos nada. Al menos él, yo ya no lo tengo tan claro por eso quería poner distancias. 

—Gray avisa a Elfman para que se lleve el coche a nuestros mecánicos.

Llegamos a casa y cuando baja Sherry salgo detrás de ella. Entro en casa y veo a Juvia en el sofá llorando.  De repente suena un móvil, pero en seguida Gray lo descuelga. 

—¡Levy! —me abraza llorando.— Creía que te iba a pasar algo. 

—Han matado a Freed. —comunica Gray. 

—Maldita sea, vamos todos. Deja a Romeo con las chicas. —se acerca a mi y me mira a los ojos.— No intentes nada raro, o te juro que te mato. 

Matrimonio por contrato Donde viven las historias. Descúbrelo ahora