Aún sigo tumbada en el suelo y él sigue de pie. Por su postura sé que está enfadado muy enfadado. En cambio, yo estoy de buen humor y con ganas de reírme de él.
—No te queda bien el rol de esposo celoso. —dos de sus hombres que pasaban cerca empiezan a reírse. —Puedo hacerlo mucho peor. —llevo una mano al broche de mi sujetador.
—Ni se te ocurra. —fija su mirada en los hombres que se estaban riendo.— Vosotros seguid vigilando. —los pobres muchachos se alejan cabizbajos.— ¿Eres idiota? Estás entrenando como un poli entre mafiosos y encima sin camiseta delante de hombres.
—Lo primero, si tenéis queja de mis entrenamientos enviadme una carta al buzón de "me importa cuatro mierdas lo que penséis" y segundo no me vengas con machismos que sé defenderme.
—Claro, me lo demostraste en el despacho y que decir de esta mañana.
Me levanto, colocó la camiseta en el hombro, le saco el dedo corazón y camino lejos de él sin entrar en la casa. Camino por el jardín evadiéndome de todo y de todos. Acaricio la mejilla que ayer golpeó mi padre. Encima de que trato salvarle la vida me lo paga con una bofetada. Suspiro enfadada conmigo misma. Camino por una piscina natural, mis botas al ser nuevas se escurren con el agua de la piscina con más facilidad, decido alejarme pero apenas doy un paso y siento un escalofrío. Miro a todos lados y entiendo el porqué del escalofrío.
Un chico me está apuntando con su arma a unos centímetros de mí a mi espalda, lo reconozco es uno de los hombres que vigilan la casa.
—De rodillas. -dice el chico de pelo oro con anteojos a mi espalda. —Dije de rodillas, maldita poli.
Me agacho un poco como si me fuera arrodillar pero me giro y empujo sus manos hacia arriba. Soy yo la que aprieta el gatillo para que sirva de aviso para el que esté cerca. Le doy un rodillazo en el estómago, en cuanto se dobla sobre sí mismo encesto un codazo en su nuca enviándolo al suelo al mismo tiempo que le arrebato el arma de sus manos.
—Ni se te ocurra moverte. —le aviso mientras le apunto con la pistola.
—No vas a dispararme. —se reincorpora y le disparo en el hombro. Cae de rodillas mientras agarra su hombro herido.
—Señora, tiene que acompañarnos. —me informa otro chico con pelo rubio junto con él, otro chico de pelo negro de punta y dos pendientes en cada oreja.
—Claro. —el chico de pelo rubio se lleva al hombre herido.— ¿Cómo te llamas? —pregunto al chico de los pendientes.
—Alzack, señora.
—Alzack, no me llames señora. Soy menor que usted.
—Si, no te digo usted tú tampoco puedes.
Asiento y camino por el jardín hasta llegar a la casa. Alzack me guía por la casa hasta que llegamos al despacho de Gajeel, toca la puerta y entra él solo. Varios minutos después sale me dedica una sonrisa llena de compasión, paso por su lado y me susurra "suerte". Cierra la puerta cuando entro me encuentro con Gajeel mirándome furiosamente.
—¿¡Cómo te atreves a disparar a unos de mis hombres!? —me grita levantándose de la silla haciéndola caer al suelo. Con tranquilidad me siento en la silla enfrente de la mesa.
—Sólo me defendí. —miro mis uñas, él apoya con fuerza sus manos en los antebrazos de mi silla. No sé en que momento se ha puesto frente a mí.
—Vas a ir a aislamiento durante 48h. No nos atacamos entre nosotros y si lo hacemos es por traición. —agarra mis mejillas y me mira fijamente a los ojos.—Tienes suerte de ser mi esposa, porque ya tendrías una bala entre ceja y ceja.
—No voy a ir a ningún lado. —hago que me suelte la cara.—Ese hombre sabía que era policía, me intentó matar. Le quité el arma, le dije que no se moviera y lo hizo.
—Así no se hacen las cosas, lo hubieras traído y yo lo hubiera arreglado.
—Claro, como estaba tan cooperativo. —ruedo los ojos sarcástica.
—Aún así vas a ir a aislamiento. —le saco el dedo del medio, lo empujo y me levanto.
—No voy a ser castigada por defenderme.
Salgo del despacho, voy hacía la cocina donde Juvia está sirviendo el almuerzo a Gray.
—Levy ahora te sirvo a ti. —me siento al lado de Gray que ya está comiendo.
—El primer día de casada y metiéndote en problemas. —comenta Gray. Juvia pone la comida ante mí y empiezo a comerla.
—Hoy es la definición de día perfecto. —digo con sarcasmo.
—Por la mañana tu esposo intenta matarte, luego uno de los nuestros quiere matarte y tu esposo te castiga. ¿Cómo la jodes tan rápido? —bromea mientras come.
—Voy a dormir siesta, haber si se me pasa la resaca. —sobo mi cabeza.
—Ya decía yo que estabas demasiado fresca para lo que bebiste. —se ríe Juvia.
Me río mientras subo las escaleras, al entrar en la habitación que comparto con mi nuevo marido, pongo el pestillo al cuarto de baño y tomo un baño, me pongo un pijama corto y me tumbo en la cama.
Al tocar la cama quedo dormida al instante. Me despierto al intentar moverme hacía un lado y no poder. Abro los ojos y me encuentro con la imponente figura de Gajeel. Miro hacía mis manos y las encuentro atadas a la cama con cuerda.
—Suéltame. —le ordeno. Plan A pedirlo amablemente.
—Claro en 48 h.
—Eres un desgraciado, él intentó matarme. Imbécil suéltame. —Plan B insultarlo.
—Pero tú le disparaste. —maldito terco. Si me hubiera disparado él ya no estaría respirando. No quería llegar al plan C
—Es una pena que esté atada, tú y yo podríamos divertirnos. —abro mis piernas. No reconozco mi tono de voz tan sensual.— Ya sabes. —le guiñó un ojo.
—No hace falta que estés desatada para divertirnos. —una sonrisa ladina aparece en su rostro y me guiña un ojo. Acto seguido se quita la camiseta, el movimiento de sus abdominales mientras se quita la camiseta me hipnotizan.
Dios mío ¿En qué juego me he metido?
★★★★★★★★★★★
¡Hola mis queridos lectores!¿Qué tal el capítulo? ¿Les gustó? Ay ay en los problemas que se mete nuestra Levy.
El siguiente capítulo viene interesante eh.
Nos leemos el sábado.
Saludos y besos de Noa-chan.
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Matrimonio por contrato
FanfictionHermosa portada hecha por: @-MagaMirajane- Obra registrada en: Safe creative Código: 1901239720327